En clave de pacientes
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30 nov. 2019 12:20H
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El traje nuevo del emperador, también conocido como El rey desnudo, es un cuento que a los que ya tenemos una edad nos contaban de pequeños en el colegio. Todos veían al rey desnudo, pero nadie se atrevía a decir nada, hasta que una niña, con su inocencia, un día lo gritó y, a partir de ahí, las cosas cambiaron.

He querido comenzar con esta introducción para referirme a nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS) del que muchos, y me incluyo yo mismo, presumimos. Sin embargo, llevamos cerca de una década en la que, lejos de modernizarse y adecuarse a las necesidades del ciudadano del siglo XXI, cada día que pasa va sufriendo mayores recortes en prestaciones y servicios. Y no es de extrañar, si tenemos en cuenta que el presupuesto general destinado a Sanidad es exactamente el mismo que el del año 2009.
¿Cómo puede ser esto posible? Quizás porque la sensación generalizada es que se piensa que el mejor gestor es el que mayores recortes realiza y más ahorra para las arcas autonómicas o nacionales. Y no es así; y de ahí que no sea extraño que nuestra Sanidad bata récords en recortes en medicamentos; así como en el aumento de las listas de espera para ser operado.

Además, asistimos, incrédulos o resignados, a cómo las prestaciones que recibimos son distintas o, en el mejor de los casos, nos llegan, pero un año más tarde, en función del lugar donde vivamos. A esto se suma, lógicamente, una escasez de profesionales tremenda, que hace que la atención que los pacientes recibimos no sea de calidad.

Ante esto, los responsables de los pacientes llevamos años demandando cambios para conseguir que se cuente con una Sanidad que sea realmente sostenible. A pesar de ello, la administración pública no es sensible a esta petición y, de ahí, que cada día debamos hacerlo con más fuerza si cabe.

En este sentido es en el que, desde el Foro Español de Paciente (FEP) exigimos cada día que se apueste por una fuerte inversión en Atención Primaria; la integración real de las oficinas de farmacias en el SNS, y coordinada con Atención Primaria; un equilibrio entre la sanidad pública y la sanidad privada; desarrollo de campañas de concienciación sobre las patologías más prevalentes pero que están, al mismo tiempo, relegadas a un último plano, como es el caso de la diabetes… Y así, un largo etcétera.
Según un informe de la ONU, en el año 2050 España será el país mas envejecido del mundo y eso nos obliga a trabajar de urgencia en un modelo sanitario enfocado en la cronicidad; y en algo muy importante al que no se le presta ninguna atención, y en el que deberemos trabajar: un marco sociosanitario, porque serán muchas las necesidades de nuestra población.

No quiero olvidarme de nosotros, los pacientes, porque si uno quiere ser honesto y tener una credibilidad con su trabajo, no puede solo hablar de los demás; también lo debe hacer sobre nuestras organizaciones de pacientes, las grandes olvidadas del sistema, y que siguen completamente fuera de los ámbitos de decisión.

Por el bien de los pacientes, del Estado y de la sociedad en general, no podemos seguir trabajando de forma separada, no podemos seguir sin tener una voz o un mensaje común con todos los agentes restantes del SNS.

A pesar de los acercamientos que hemos o he intentado, sobre todo desde que asumí la Presidencia del FEP seguimos con un cordón sanitario y una división entre nosotros que es francamente incomprensible.

Y digo que no podemos, porque nos jugamos todos mucho; la Sanidad no es un juego de azar en el que perder no implica nada. En este caso, el que no se cuente con los pacientes afecta a la vida de millones de personas y a sus familias. Por todo esto, hoy, y como la niña del cuento, quiero gritar alto y claro cómo veo nuestra Sanidad, y pido un debate y un pacto entre todos YA.

Os animo a todos vosotros a que os unáis a mí para buscar soluciones a un SNS que, ya está dando señales de su deterioro.