Andreu critica el ‘individualismo’ y el ‘acomodamiento’ de los investigadores sanitarios españoles a la subvención pública y les pide que miren a Europa



17 feb. 2014 17:33H
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Javier Leo / Imagen: Miguel Ángel Escobar y Pablo Eguizábal. Madrid
A pocas semanas de cumplir su primer año al frente del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), Antonio L. Andreu define su experiencia como un periodo de “mucho trabajo pero con resultado claramente positivo”. En el Café de Redacción de Redacción Médica Andreu mira al futuro con optimismo, aunque reconoce que la situación económica todavía es precaria como para hacer grandes anuncios. Sí se muestra tajante al definir el modelo Caiber como “clarísimamente extinto” y al defender que la investigación en salud ha sido y seguirá siendo una prioridad del actual Gobierno.

¿Cuáles son sus impresiones en este primer año al frente del ISCIII?

Antonio L. Andreu.

El día 1 de marzo cumpliré un año en el cargo. Ha sido un año de mucho trabajo. Un año particular porque había que poner en marcha el Plan Estatal de Investigación Científico-Técnica y eso ha determinado que tuviésemos la responsabilidad de poner en marcha todas las acciones encaminadas a la investigación en el marco del Sistema Nacional de Salud (SNS). Un año en el que hemos sufrido un retraso importante en las convocatorias del Plan Estatal de I+D y que ha hecho que las convocatorias del ISCIII hayan sido prácticamente las únicas en salir en el año, algo que ha sido una presión muy importante para todo el proceso. El margen de maniobra era pequeño en la toma de decisiones, pero afortunadamente ha acabado de forma muy satisfactoria porque el 20 de diciembre pudimos firmar la resolución de la convocatoria inyectando 135 millones de euros en el sistema y manteniendo de esta manera la hoja de ruta de I+D de nuestro país.

Es una de las típicas situaciones en la vida en la cual un esfuerzo dirigido queda muy bien recompensado. En un momento en el que también hemos percibido como nunca que los investigadores del sistema tenían muchas ganas de superar esta fase y de dar un paso adelante para asegurar la sostenibilidad del sistema de I+D en el ámbito del SNS. Yo creo que se han creado muchas complicidades, muchas alianzas, muchas ganas de hacer cosas juntos. Ha sido uno de estos momentos en los que la crisis también está siendo una ventana de oportunidad para hacer que la gente cree una agenda compartida; la oportunidad de crear un proyecto que eleve el nivel de competitividad de la investigación española, específicamente en el campo de la salud, en el lugar que se merece en el entorno europeo. Diría que el balance de 2013 es: mucho trabajo pero con resultado claramente positivo.

¿Hasta qué punto influyen las exigencias de Hacienda en el retraso en las convocatorias que nos comentaba?

La secretaria de Estado de Presupuestos y Gastos (Marta Fernández) nos ha apoyado totalmente este año en la resolución de la convocatoria. No ha tenido ningún impacto la situación de déficit de las autonomías, y el Ministerio de Hacienda, después de su proceso de análisis, llegó a la conclusión de que la investigación en salud había que apoyarla. No creo que esta situación vaya a cambiar este año y mi impresión es que vamos en la buena dirección.

Hace falta llamar a la puerta europea con más insistencia.

Proyectos cooperativos, clave para frenar la fuga de talentos.


¿Qué impacto han tenido los ajustes y las restricciones presupuestarias en la labor del ISCIII?

Tengo que decir que poco, porque la verdad es que una parte muy significativa de nuestro presupuesto proviene de la disposición adicional de uso racional del medicamento. Eso nos ha asegurado una inyección financiera que se suma a la asignación nominativa de la Secretaría de Estado para mantener la investigación en salud en el sistema a lo largo de 2013. Hemos vivido una situación más protegida y más estable en comparación con otras áreas de la I+D. Con la fortuna de que además las perspectivas para 2014 son claramente positivas. De hecho, está previsto un incremento presupuestario de 18 millones de euros por parte de la Secretaría de Estado de I+D que, en parte, va a paliar de una manera muy significativa la previsión de reducción de ingresos que tenemos y la disminución de la factura farmacéutica. La intersección de los dos vectores nos deja un incremento de seis millones de euros en el presupuesto del año que viene. Además, la previsión de la Acción Estratégica de Salud (AES) para 2014 contempla un incremento aproximado ajustable de aproximadamente de 10 millones de euros respecto a 2013. Esto quiere decir que de cara a 2014 podremos mantener la hoja de ruta marcada con un margen adecuado para inyectar financiación a los nuevos programas en los que estamos trabajando. La previsión es claramente positiva.

Uno de los puntos débiles del sistema de I+D sanitaria en España es la captación de fondos privados ¿ha mejorado algo esta situación desde su llegada a la dirección del ISCIII?

Andreu en el plató de Sanitaria 2000.

Creo que esta es una de las asignaturas pendientes que tenemos en este país. Es fundamental que vayamos desplegando instrumentos de alianza y de cooperación entre el sector público y el privado. Es importante que apoyemos las actividades de mecenazgo y será una de las principales asignaturas de 2014 para el ISCIII. Tenemos mucho camino por recorrer, aunque ya contamos con algún ejemplo muy positivo. Uno de los más evidentes es la presencia de la Fundación ProCNIC del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC). Creo que uno de los elementos fundamentales para que ese centro mantenga los niveles de excelencia y competitividad que está manteniendo es el apoyo del sector privado. Y ese tipo de mecanismos tenemos que ser capaces de llevarlos a cabo en otros ámbitos del sistema.

Las fundaciones de investigación también están con acciones individuales muy interesantes de las que tenemos que aprender a nivel sistémico. En cualquier caso, todo lo que representa la agenda de colaboración público-privada será uno de los grandes elementos de 2014 y de los años venideros. Y esto no es una decisión de España, es una decisión del marco europeo. Es uno de los pilares de la Estrategia Horizonte 2020. Para que la ciencia europea mantenga su nivel investigador a escala global tiene que haber un acercamiento entre ambos sectores, de manera que cooperen para presentar productos competitivos desde el punto de vista económico.

A pesar del aumento de la presión fiscal ¿los laboratorios farmacéuticos con actividad en España han mantenido el tipo en esta clase de acuerdos?

Ellos son precisamente uno de los grandes ejemplos de cooperación. Son, a través de la disposición adicional, una de nuestras principales fuentes de financiación. Eso es algo que la gente debe conocer. La industria farmacéutica tiene un papel fundamental en la I+D pública a través de los retornos de la disposición adicional. Sin esos fondos no se podría mantener el nivel que tenemos, además de otros papeles que tienen en el desarrollo de la investigación clínica. Sin duda, son un elemento que suma y que multiplica la capacidad investigadora de este país. Son uno de los pilares determinantes de inyección financiera al sistema.

¿Es tan precaria como la pintan la situación laboral de los investigadores sanitarios?

La carrera investigadora es uno de los elementos en los que tenemos que trabajar más en el futuro. De hecho, la Ley de la Ciencia ya lo marca como una de las prioridades fundamentales para articular un sistema de I+D sostenible. En el mundo de la salud específicamente, nosotros hemos trabajado mucho para impulsar un escenario de estabilidad que proteja y encaje la actividad del investigador en el sistema. Nuestros programas principales, como el Miguel Servet, que estabiliza a investigadores profesionales en el marco del SNS, ya han llegado a un punto de madurez que les permite dar un salto de madurez al futuro. Es además un grupo de investigadores que va a representar el cambio generacional en el SNS. Otro de los programas que ha madurado mucho es el Rio Hortega, que está mejorando las capacidades de investigación de los facultativos especialistas en los centros asistenciales del sistema; los está acercando cada vez más al mundo de la investigación. Se están inyectando argumentos en la realidad de que el acto médico proviene de la intersección de la asistencia y la investigación. Es importante que los médicos del SNS estén cada vez más integrados y conozcan la investigación como una parte fundamental de su actividad profesional, principalmente porque los va a hacer más competitivos en el entorno internacional.

No hay problemas con la doble adscripción Economía-Sanidad.

El proyecto del Campus de Sanchinarro, aún por consolidar.


Tenemos más de 180 investigadores en el sistema y seguiremos aumentando. Este año ha sucedido algo muy importante con una fuerza simbólica muy representativa: la puesta en marcha del programa Joan Rodés. Un programa que va a dar un paso adelante en un escenario mucho más ambicioso. Gracias a este proyecto se va a poder contratar, utilizando fondos de I+D, a profesionales médicos para hacer actividad asistencial indistinguible de su actividad investigadora en los distintos institutos de investigación sanitaria que han ganado este programa. Espero que en los años venideros sea otra nueva vía de especialización que permita el relevo generacional en los centros del sistema. Hay que continuar trabajando en esta línea, no es suficiente. Hay que llevar a cabo más acciones a nivel de los perfiles curriculares del proceso de formación en la carrera universitaria, muy especialmente con los residentes. Es importante que la investigación sea una parte integral de la formación MIR. Nos queda mucho por hacer, pero estamos en la dirección correcta.

¿Qué le diría a un investigador sanitario español frustrado porque no encuentra empleo para que no haga las maletas y busque suerte en otro país?

Es complicado porque depende de cada caso. Le diría que no se quedara solo. La investigación del futuro no es una investigación de individuos, es una investigación de colectivos. Valiente, competitiva, es como se hace en Europa. Los grandes grupos, proyectos cooperativos, agendas colectivas, etc. son los elementos en los que tenemos que trabajar por un cambio cultural. Los investigadores de este país tienen que ser cada vez más conscientes de que el desarrollo de la I+D en el sector salud hay que hacerla en base a procesos agregativos. Tenemos que crear un escenario en el que las agendas individuales, legítimas, que estimulan la competitividad, coexistan con una agenda colectiva. Esta es una tarea complicada pero se ha trabajado mucho en estos últimos tres años y todo el mundo tiene claro que es el camino a seguir en el futuro. La fuga de talento es uno de los grandes riesgos que tenemos en el sistema, pero en el mundo sanitario yo creo que estamos en situación ya de dar un impulso muy importante a las capacidades de permanencia del talento. Estamos en un momento importante para que, si la situación económica continúa en este proceso de mejora que hemos iniciado, podamos acelerar el proceso de mantener la velocidad que el sistema se merece.

El director del ISCIII, Antonio L. Andreu, junto con el redactor jefe de Redacción Médica, Javier Leo.


Los problemas estructurales que han dejado al CNIO en una situación crítica ¿los sufren otros organismos dependientes del ISCIII? ¿Es probable que se pueda cerrar alguno de ellos?

Hemos estado muy vigilantes este año para hacer reorientaciones en situaciones con cierto riesgo de que la estructura financiera no fuera lo suficientemente eficiente. En estos momentos me da la impresión de que partimos de un punto de estabilidad para los grandes proyectos de cooperación, el programa Ciber, etc. Esto hace que podamos plantearnos el desarrollo de 2014 sin tener sustos ni desajustes importantes. Aún así, la situación financiera todavía es lo suficientemente delicada como para ver necesario monitorizar muy de cerca cómo se van desplegando las actividades de todos y cada uno de los centros del ISCIII. Yo estoy razonablemente tranquilo de que vamos a poder controlarlo.

¿El modelo Caiber ha quedado extinto o se puede volver a recuperar en época de bonanza económica?

Ha quedado clarísimamente extinto, y debe quedar extinto. La prueba es que lo que lo ha sustituido, el modelo de red de investigación clínica, es con el sistema que hemos arrancado la plataforma europea de investigación clínica. Ese modelo nos va a permitir desarrollar habilidades en los nodos locales que den un valor añadido. Claramente vamos a seguir por ese camino y apostar por ese modelo. Es el más efectivo, el más eficiente y el más funcional, no me cabe ninguna duda.

¿Va a retomar el ISCIII la construcción del nuevo campus de Sanchinarro?

Es un proyecto muy complejo desde el punto de vista técnico y financiero. En el momento de lanzarlo queremos estar seguros de que vamos a estar en la situación adecuada para hacerlo con un nivel de sostenibilidad adecuado. Estamos trabajando aún en estos momentos con Economía y Sanidad para lograr que el proyecto despegue, pero solo lo hará cuando tenga la garantía total de que este paso adelante va a seguir adelante, y en estos momentos todavía es algo prematuro decir que tenemos esa garantía.

¿Cabe la posibilidad entonces de que el proyecto se paralice?

De momento nuestro escenario es el de continuar trabajando en intentar construir un proyecto que sea sostenible y viable.

¿Qué avances hay en la implantación efectiva de la Red de Evaluación de Tecnologías Sanitarias?

Antonio L. Andreu.

Ha sido una experiencia apasionante. Su constitución ha permitido extender las capacidades técnicas de evaluación de tecnologías sanitarias a otros grupos de expertos en el Estado en un escenario de cooperación muy interesante. Se ha construido un programa de trabajo muy eficiente para 2014 en el que se va a seguir trabajando sobre el programa de red de agencias. Las agencias tienen en el futuro un papel fundamental porque van a tener otro reto muy relacionado con el cambio de modelo sanitario que se está viviendo en toda Europa. Un modelo en el cual la cronicidad va a tener un papel muy importante, que nos va a tener que acostumbrar a incorporar nuevas tecnologías en los procesos de atención en la nueva cartera. Y la Red de Agencias creo que va a estar preparada para hacer ese trabajo. En estos momentos tenemos una gran Red de Agencias, con una gran capacidad de valorización y de decisión que habrá que continuar alimentando y procurando un mecanismo de coordinación eficiente.

¿Se van a sumar nuevas comunidades a la Red?

Habrá que verlo en función de las necesidades que tengamos. El plan de trabajo que tenemos para este año cubre perfectamente las capacidades con el ‘Know How’ que tenemos en este momento.

¿Qué va a suponer la AES para el presente y el futuro de los investigadores sanitarios españoles?

La AES es el gran barco en el cual navega la investigación en salud en España. Un barco complejo, grande, con muchos rincones, muchas funciones distintas y en el cual todo el mundo se siente seguro. Es un patrimonio construido con mucho esfuerzo por parte del ISCIII, de toda la comunidad científica y del SNS. Nos da una garantía, una hoja de ruta. Nos dice hacia dónde tiene que caminar la investigación en salud, claramente hacia un objetivo prioritario: mejorar la salud de los ciudadanos. Tenemos uno de los mejores sistemas sanitarios de Europa, a pesar de todos los problemas, y una parte significativa de esta calidad reside en que en el SNS se investiga. Y se investiga en la frontera del conocimiento, se hacen aportaciones y descubrimientos absolutamente fundamentales para la sanidad.

Están desarrollando métodos diagnósticos, nuevas terapias, nuevas aproximaciones que están cambiando el paradigma de la Medicina. Ése es el perímetro donde trabaja y trabajará la AES. Nuestra obligación es tener una AES que sea capaz de mirar hacia el futuro, un futuro con un horizonte muy marcado por el entorno europeo que se llama Horizonte 2020. Tengo la satisfacción y la ilusión de que será el escenario donde todos los investigadores podrán converger en cuanto a sus trabajos y sus intereses para, en último término, lograr que los ciudadanos de este continente y de este mundo tengan la mejor salud posible.

¿Qué supone Horizonte 2020 para la investigación sanitaria española?

Es fundamental. En 2013 con la aprobación del plan estatal tomamos una decisión histórica: alinear la hoja de ruta de la investigación española con los principios de la europea. De hecho, el Plan Estatal de I+D+i es el aterrizaje en España de la forma de trabajar de Horizonte 2020 y de Europa. Hemos tomado una decisión como país que el gobierno y todos los agentes del sistema apoyan totalmente: queremos trabajar en la misma dirección que lo hace Europa porque es la casa común de toda la investigación. Eso quiere decir que tenemos que ajustar todos nuestros procedimientos a Europa, será complicado pero nos asegurará estar en la primera línea del frente en las mismas condiciones que el resto. Debemos tener todos la conciencia de que nuestro marco de trabajo no es solo España, es el espacio europeo. Ahí es donde se cuece todo, es donde tenemos que buscar nuestras alianzas y es donde tenemos que dar nuestras respuestas a los grandes problemas de salud de la población.

El director del ISCIII durante el Café de Redacción de Redacción Médica.


Ha comentado que con esta programa España pasará a la primera línea investigadora ¿quiere eso decir que estábamos en la segunda o que hemos bajado de la primera a la segunda?

No. Quiere decir que tenemos problemas financieros significativos, que son evidentes y que estamos luchando por mantener el peso específico que merecemos. De todas formas, en una situación que financieramente ha sido compleja, se ha puesto en marcha en el sector salud la infraestructura europea de investigación clínica, uno de los elementos fundamentales para la investigación europea con cinco socios fundadores, uno de ellos es España.

¿Pueden la presión de Hacienda o los recelos de las comunidades dar al traste con esta reorientación?

Diría que no. Tenemos una relación muy fluida con los responsables de investigación de las comunidades. Existen muchas ganas e ilusión por sumar esfuerzos y alinearnos con Europa. Existen programas bilaterales entre comunidades y Europa, programas muy eficientes que están aportando mucha innovación. Las comunidades mas que ser un elemento de dispersión aportan visiones complementarias que nos van a permitir dibujar una hoja de ruta común. Tenemos una relación muy fluida, muy tranquila, aprendemos y enseñamos y poco a poco hemos creado un eje compartido.
En las comunidades rescatadas ¿la investigación ha quedado o puede quedar en un segundo plano?
Nosotros pudimos inyectarles fondos sin problemas en la acción estratégica de 2013 y estoy convencido de que podremos hacerlo en 2014.

¿Qué retornos espera España de Horizonte 2020?

La Secretaría de Estado está diseñando una estrategia muy inteligente para incrementar los retornos. Yo procedo del mundo investigador y  como investigador creo que tenemos que hacer algo de autocrítica en el sentido de que la comunidad investigadora española no ha llamado a la puerta europea con suficiente intensidad. Entre otras razones porque probablemente existía un nivel de financiación adecuado por parte de la Administración General del Estado para desarrollar sus propias agendas individuales. Es fundamental que en los próximos años nos acostumbremos a hacer un cambio importante en la forma de trabajar. A Europa hay que llamar, es el elemento fundamental para poder obtener retornos. Debemos potenciar la cultura de la participación en las actividades europeas por parte de los investigadores, especialmente en el SNS.

Es una cultura que todavía hay que desarrollar, hay que despegar. También en los últimos años hay centros que fruto de la crisis han trabajado muy directamente en esa línea pero aún nos queda mucho por hacer. La potenciación de la Subdirección General de Relaciones Institucionales y de la oficina de proyectos del ISCIII es una de nuestras prioridades para 2014, que en este momento crítico del inicio de Horizonte 2020 está desplegando una actividad muy importante para intentar hacer pedagogía entre los profesionales de los centros del SNS sobre las oportunidades que existen en Europa. Es una de las claves que determina que nosotros vayamos a ser muy proactivos en la participación de infraestructuras europeas, porque entendemos que este lazo cultural debe crearse y, donde ya existe, potenciarlo para hacerlo fuerte y solido.

¿Esa falta de ‘cultura europea’ es general en España o depende de la comunidad?

Es una cuestión muy generalizada en el Estado español, fruto probablemente de nuestra historia reciente. Tenemos que hacer una reflexión global. Posiblemente a las comunidades con mayores masas críticas de investigadores les resultará más fácil recorrer ese camino porque tienen mayor infraestructura, y en otras será un poco más difícil. Pero es un mensaje que debemos vehiculizar a la totalidad del sistema. Es absolutamente fundamental que estemos todos en el mismo barco.

¿Cataluña va un paso por delante en ese sentido?

Antonio L. Andreu.

En el área de investigación sanitaria tenemos dos grandes polos bien estructurados: por un lado Cataluña, incluso Barcelona por concretar; y Madrid por el otro. Son los dos grandes pivotes del sistema, pero existen otras comunidades menores que en los últimos años han articulado procesos de excelencia tremendamente competitivos a nivel europeo, a pesar de contar con una densidad de investigadores muy baja. Nosotros claramente queremos que todo el mundo adquiera su mayor velocidad posible en su entorno. Hay algunas comunidades que no son ni Cataluña ni Madrid que están haciendo cosas increíblemente innovadoras, increíblemente creativas, e institutos de investigación sanitaria fuera de estas dos comunidades que están haciendo aportaciones muy significativas. Esto es uno de los elementos que a nosotros en los próximos años vamos a potenciar como elemento de complementariedad. Un espacio en el que cada comunidad aporte su capacidad, su visión y su trabajo para hacer que el conjunto del sistema sea más que la suma de las partes.

¿Es partidario de que el ISCIII vuelva a depender exclusivamente del Ministerio de Sanidad?

El debate de la dependencia es un debate de medios más que de profesionales. Tengo que decir que la situación actual nos ha permitido tener no un aliado, sino dos; no un punto de apoyo, dos. Eso nos ha permitido este año potenciar muchas de las acciones, porque podemos apoyarnos en un ministerio para unos aspectos y en otro para los demás. Es una experiencia que sería interesante vivirla en otros ámbitos de la Administración General de Estado. Para nosotros no es un problema, todo lo contrario. No hay contras en esta doble adscripción. El papel tanto de Carmen Vela (secretaria de Estado de I+D+i) como de Pilar Farjas (secretaria general de Sanidad y Consumo) ha sido absolutamente fundamental, porque cada una nos está apoyando desde su propia competencia y realidad en algo que es común para ambas: la investigación en el sector salud.

¿Su trabajo al frente del ISCIII tiene fecha límite o estará todo el tiempo que el Gobierno le requiera?

Son cuestiones que no son incompatibles. Las fechas por definición tienen que tener límite y los compromisos profesionales por definición tienen que ser indefinidos. No es algo que me plantee. Llevo 25 años de mi vida trabajando por la investigación biomédica, por la investigación en salud, he viajado siempre en este barco ocupando distintas posiciones. Al final no importa estar en la sala de máquinas, en el puente de mando o en la cubierta de paseo, lo importante es el viaje en la buena dirección.

¿Cuáles son sus mejores y sus peores experiencias en este año que lleva como capitán de ese barco?

Antonio L. Andreu.

Es curioso porque este tipo de trabajo no hay que hacerse planteamientos en términos maniqueos de lo que es mejor o peor, hay que hacérselos en términos de lo que es eficiente y lo que no. En una percepción personal momentos buenos he tenido muchos. Siempre ha sido un gran momento cada vez que he podido comprobar el esfuerzo de los profesionales del sistema, de los profesionales del ISCIII, en lograr que algo que parecía difícil llegase a buen término. Un gran momento fue el 20 de diciembre cuando logramos firmar la AES, que nos permitió garantizar la continuidad de la hoja de ruta de la investigación española. Probablemente otro gran momento sea el 7 de marzo cuando firmemos el acto de entrega del Programa Joan Rodés, por el valor simbólico que tiene para el recambio generacional del sistema.

Y malos momentos no ha habido, ha habido momentos de mucho trabajo, de luchar contra el tiempo que no te dejaba margen de equivocación. Tengo el inmenso privilegio de trabajar en un ISCIII con profesionales honestos, valientes y que están profundamente convencidos del trabajo que hacen. Es interesante porque uno vive muchos grandes momentos cuando llega uno de estos investigadores y te da las gracias por algo que has hecho, pero también lo es cuando te critica alguna decisión, porque te das cuenta de que lo hace porque quiere que las cosas funcionen mejor. Este es el elemento nuclear que nos está uniendo a todos. Y en esa lucha voy a estar en primera línea de fuego.

¿Qué reto le gustaría cumplir antes de marcharse de la dirección del ISCIII?

2014 es un año que se articula sobre una serie de pilares muy bien identificados. Sin duda el número uno es la innovación como elemento de desarrollo del sistema. Es uno de los mandatos de Horizonte 2020, clave estratégica del plan estatal. Tenemos que ser capaces de diseñar instrumentos para que el conocimiento que se genera en el sector salud sea capaz no solamente de dar mejor trato a los pacientes y crear mejoras en los procesos, sino también de generar riqueza. Instrumentos que acerquen la investigación académica con la que se hace en las empresas del sector. Este gran reto de todo el sistema lo vamos a poner en marcha con la AES.

Tenemos todo calibrado para dar el paso adelante. Otro de los retos que tenemos es ser capaces de impulsar los institutos de investigación sanitaria. Hemos identificado claramente que estos organismos son la clave del futuro del sistema, la punta de lanza, y potenciar ese instrumento como arrastre y tracción de toda la investigación es fundamental. Tenemos otro reto apasionante fruto de la reestructuración del programa Ciber, con un cambio muy profundo con la unión de todos en un único consorcio. Esto crea una oficina técnica de gestión única y un gran espacio de interacción para que los científicos puedan elaborar una agenda compartida. Esa, en el fondo, es otra de las clave de 2014. Ser capaces de lograr un escenario en el que uno más uno no sea dos, sea más de dos. Crear productos con valor final superior a la suma de las partes.

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