Se sitúa por encima del impacto financiero de la emigración o de las implicaciones que tendrá la mudanza para la familia



20 ene. 2016 10:38H
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Redacción. Madrid
Marcharse al extranjero para trabajar no es una decisión fácil. Hay que pensar en muchos factores: si mejorará la calidad de vida, qué impacto tendrá en el desarrollo profesional y, por supuesto, qué tipo de asistencia sanitaria encontrará el emigrante en el país de destino.
 
Según un estudio de Cigna en el que entrevista a 2.700 profesionales de 156 países, el de la cobertura de salud es una de las principales preocupaciones de quienes deciden marcharse a trabajar a otro país. Con una puntuación de 4,28 puntos se sitúa por encima del impacto financiero de la emigración o de las implicaciones que tendrá la mudanza para la familia.
 
De hecho, la preparación médica antes del viaje es muy importante para el 43 por ciento de los consultados, por encima de otros factores como el de conocer las escuelas o la formación lingüística. No es de extrañar que el 65 por ciento de las comunicaciones previas a la marcha de un trabajador por parte de las empresas estén relacionadas con temas de salud.
 
A la hora de solucionar alguno de los problemas médicos que les hayan surgido el 75 por ciento de los entrevistados respondió que acudió a servicios del país de destino para solucionarlo, mientras que el 21 por ciento regresó al país de origen a tratarse y el 4 por ciento no necesitó tratamiento.
 
En caso de necesitar asistencia para situaciones más graves, el 40 por ciento se quedó en el país, mientras que el 22 por ciento regresó y el 38 por ciento no necesito de tratamientos serios durante su estancia. El porcentaje de las personas que se marcharon al extranjero y contaron con un seguro médico privado fue del 79 por ciento.
 
En este sentido, la satisfacción sobre cómo la empresa ha respondido a sus necesidades sanitarias alcanza un ranking de 3,88, sólo superado por la educación con un 3,95.
 
Perfil de los emigrantes
 
Según este estudio, el perfil de personas que se trabajan fuera de su país de origen son en su mayoría hombres (un 81 por ciento), de entre 35 y 54 años (un 59 por ciento) y con familia (un 73 por ciento).
 
El sector de la salud está entre los 12 que cuenta con más emigrantes. En total un 4 por ciento de las personas que trabajan fuera de sus países lo hace en este ámbito. Sin embargo, queda muy lejos del 30 por ciento de los que lo hacen en energía y minería o en el sector tecnológico.

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