La Revista

Pablo R. Coca, psicólogo e ilustrador, plasma en sus viñetas la importancia de "pedir ayuda"

"La salud mental no se puede reducir a ir o no al psicólogo, todo suma"
Pablo R. Coca, el psicólogo detrás de las ilustraciones de Occimorons.


10 oct. 2022 17:20H
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POR ROCÍO LÁZARO
Pablo R. Coca se define como un psicólogo que va al psicólogo. Un hecho que reivindica a través de sus viñetas e ilustraciones, mediante el proyecto Occimorons, que él mismo puso en marcha en abril de 2020, en plena cuarentena. “Mi hermana tiene un síndrome genético que afecta al cromosoma 22 y puede causar hasta 240 patologías diferentes como discapacidad intelectual, cardiopatías congénitas, problemas físicos o de audición y durante el confinamiento los síntomas empeoraron”, cuenta el ilustrador a Redacción Médica como punto de partida de sus dibujos.

“Mediante el arte era la única manera que tenía de conectar un pequeño rato con mi hermana”, explica, confesando que durante esos meses, “ambos se ponían en la mesa del salón y con sus dibujos conseguía que las voces negativas que atormentaban a su hermana desaparecieran por un momento”. Así nace la primera viñeta que posteriormente subiría a redes sociales bajo el seudónimo de Occimorons y que hace unos meses recopiló en un libro titulado 'Esas cosas que nos pesan'. “Me gustó la idea de las ilustraciones y poco a poco fueron haciéndose virales”, admite, afirmando que su principal objetivo con ellas es la de “acercar la psicología a cualquier persona desde un lenguaje simple y accesible”.

¿Cómo nace el proyecto Occimorons?


De hecho, Occi, el protagonista de todas sus ilustraciones siempre pone excusas para no acudir a terapia. “Él representa a cualquier persona que se encuentra en el proceso de pedir ayuda”, apunta el psicólogo, que reconoce “ser un proceso muy difícil”. “Para cada persona, en su contexto y con sus circunstancias tanto presentes como pasadas, pedir ayuda puede ser muy complicado por factores diversos”, admite, y reconoce que todavía a día de hoy “el mensaje que se nos transmite constantemente es que estar mal no es una opción”. “Se señala a la persona que sufre y se la cuestiona, nos dicen que no es para tanto o que tenemos todo para ser felices, nos invalidan emocionalmente”.

“Es cierto que cada vez hay menos tabú con lo de pedir ayuda psicológica, pero aún sigue habiendo”, subraya, afirmando que precisamente por esta razón “tenemos que seguir hablando de la salud mental, porque es una forma de prevenir problemas futuros”.

Ilustración realizada por @Occimorons


Sin embargo, además del estigma, también hay otro factor fundamental por el que la gente no acude al psicólogo: los precios de las consultas, solo accesibles para una parte de la población. “La salud mental no es que se haya convertido en un privilegio, siempre lo ha sido”, afirma el ilustrador, incidiendo en que “lo seguirá siendo hasta el día en el que desde la sanidad pública cualquier persona que lo necesite pueda acceder a una atención psicológica pública y de calidad”.


"Pedir ayuda es un proceso muy difícil. Siempre se señala a la persona que sufre, nos invalidan emocionalmente"



“Es cierto que cada año aumentan las plazas PIR pero no es suficiente, tampoco son suficientes los psicólogos especialistas en psicología clínica”, confiesa R. Coca a este periódico, afirmando que “o aumentamos el ratio de profesionales de salud mental o seguiremos teniendo listas de espera infinitas, con la que todas las personas que en algún momento han necesitado una atención psicológica se han topado”.

De hecho, como psicólogo, admite que para cambiar esta situación la mayor prioridad es "la inversión a la salud mental desde la sanidad pública". "Actualmente faltan 7.200 psicólogos para llegar al ratio europeo, lo que significa que hay 6 psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes cuando la media europea está en 18", asegura el sanitario. Por tanto, admite que "si queremos que las personas que lo necesiten tengan una atención psicológica pública y de calidad se debe invertir en políticas de salud mental". Aunque subraya que "no podemos reducir todo al ir o no ir al psicólogo, ya que cuando hablamos de salud mental debemos incluir también otros muchos factores, como por ejemplo las condiciones del entorno en el que vivimos". 

Terapias y nuevas tecnologías, ¿fomentan el intrusismo laboral?


Por último, sobre la infuencia de las nuevas tecnologías a la hora de enfocar las terapias psicológicas, como las consultas por chat o videollamada, R. Coca afirma que "si se respeta el código deontológico y se hace dentro de los límites adecuados, la terapia online le parece una buena opción para aquellas personas que lo necesiten". Pero, ¿estas nuevas dinámicas pueden fomentar el instrusismo laboral? "Es cierto que, al final, el intrusismo es una realidad que no podemos obviar y es algo que se debe regularizar", explica, afirmando que "por ahora, el trabajo que tenemos los profesionales que nos dedicamos a divulgar sobre salud mental es también informar a las personas sobre la importancia de saber a qué tipo de profesionales acudimos, qué formación tienen o si están habilitados para ejercer". 
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