Nil Riudavets, enfermero y deportista de alto rendimiento en Triatlón.
El mundo de
Nil Riudavets se le vino encima en el momento que sufrió un
choque frontal con otro ciclista durante una prueba de triatlón "Me fracturé la clavícula, seccioné la arteria subclavia y tuve una
rotura del plexo braquial", ha explicado. Las secuelas físicas fueron graves, pero las mentales fueron peores. Estuvo durante un largo periodo de tiempo con un
"odio increíble" contra el deporte, a quien señalaba como responsable directo de su situación y de que, a nivel laboral, no pudiese ejercer en otra de sus pasiones:
la Enfermería. Pero, tras dos años de duelo, este enfermero consiguió volver a trabajar dentro del sector sanitario y
reconciliarse con el deporte, llegando a lograr, incluso,
el bronce en triatlón en los Juegos Paralímpicos de París 2024. "Me aporta muchísima felicidad", ha subrayado.
Aunque desde "siempre" le ha llamado "mucho" el ámbito de la salud, Riudavets sintió una mayor conexión con esta profesión cuando dos de sus abuelos estaban en el
"proceso final de la vida". "Siempre me ha gustado cuidar a las demás personas y, esta vocación apareció con ellos. Es una actitud que está muy relacionada con la profesión de la Enfermería”, ha indicado a Redacción Médica.
Con
el deporte también ha estado ligado desde niño, incluso más que con el sector sanitario. Mientras estudiaba la carrera de Enfermería competía a "muy buen nacional", aunque
no era un deportista de élite. Pero el choque frontal que tuvo contra otro ciclista en una prueba de triatlón disipó, en esos momentos, sus objetivos dentro del triatlón."Me fracturé la clavícula, seccioné la arteria subclavia y tuve la rotura del plexo braquial", ha incidido.
Dejar de ser enfermero por un accidente en triatlón
En un primer momento, este enfermero
no sabía que secuelas tendría la rotura del plexo braquial, pero, tras un año y medio y "muchas horas" de rehabilitación nerviosa, había recuperado
muy poca movilidad. Al ser consciente de que
no podría mover el brazo, se encontró en un momento en el que se sentía "totalmente perdido". "Con 23 años tienes unos planes de futuro, estás en proceso de independizarte de tus padres, yo ya estaba viviendo solo en Barcelona y, tras el accidente, resulta que tengo que volver a casa,
no puedo trabajar como enfermero y tengo un odio increíble contra el deporte, que era lo que más me gustaba hacer", ha afirmado.
A partir de ese momento comenzó una época de "dos años de duelo" y, poco a poco, decidió volver al deporte porque le aportaba "muchísima felicidad" y le 'empujaba' a levantarse "siempre" con metas. "Con la Enfermería igual.
Estuve un año y medio de baja. Hablé con la enfermera de formación para que me indicase opciones de cursos que se adaptase a mi condición actual y me acabé reincorporando como
sanitario en el área de recursos humanos, en Menorca. Sabían de mi accidente y estuve dos años ejerciendo hasta que me ofrecieron una sustitución como supervisor de laboratorio, en donde estuve un año, ha subrayado. En la actualidad, continúa trabajando como enfermero, ahora, en la
Unidad de Seguridad y Calidad del Paciente, en el Área de Salud de Menorca.
Un enfermero en los Juegos Paralímpicos de París
En cuanto al deporte, cuando la lesión de Riudavets se estabilizó, se empeñó en participar en unos
juegos paralímpicos y vivir esa experiencia. "Yo
quería entrar en la categoría de maratón, pero la quitaron. Y no pude hacer otra cosa que
perdonarme con el deporte que me provocó todo esto: el triatlón", ha detallado.
Así, tras dos años esforzándose y subiendo puestos en el ranking, consiguió clasificarse para los Juegos Paralímpicos de París 2024 y
gano la medalla de bronce en su categoría. "Recuerdo que logré ese premio con un sprint final a falta de 200 metros. Fue muy emocionante”, ha recalcado.
Nil Riudavets durante los Juegos Paralímpicos de París.
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Ser enfermero y ganar el bronce en los Juegos Paralímpicos
Con la medalla colgando en su cuello y tras echar una mirada atrás y ver todo lo que había conseguido superar, este enfermero reconoce estar “muy feliz”, sobre todo, por cerrar los 'cabos sueltos' con el triatlón y haberse perdonado, tanto profesional como deportivamente. "
Tenía demasiada rabia interna", ha añadido.
Todo ese esfuerzo
ha inspirado a su hermana, quien también es enfermera y triatléta. Eso sí, Riudavets hace hincapié en que está "muy orgulloso", pero que
ella sigue sus propios pasos y a su manera. "Disfruta mucho de la profesión en UCI y del deporte fuera del trabajo", ha narrado.
Planes de cara al futuro todavía
no los tiene definidos. Lo que sí tiene claro es que, de momento, pretender seguir trabajando en la Enfermería y
compaginarlo con el deporte. “Estoy con una reducción de jornada gracias al Gobierno balear, que los deportistas de alto pueden cogerse una reducción de jornada. Eso me permite entrenar y descansar mejor. Además, estoy preparándome para participar en los próximos Juegos Paralímpicos en Los Ángeles.
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