Miguel Malo, MIR y jugador profesional de balonmano.
Si
Miguel Malo, capitán del Bada Huesca, tuviese que quedarse con un solo recuerdo de los diecisiete años que lleva
jugando al balonmano, tiene claro cuál elegiría:
su debut con el primer equipo en el partido contra el Barcelona. "Fue un momento súper emotivo. Nunca lo voy a olvidar”, ha subrayado. Lo vivió en 2017, precisamente el mismo año que
empezó con la carrera de Medicina y cuando se dio cuenta que
su vocación no solo era el deporte, sino también salvar la vida de las personas. Ahora, con su diploma del grado en una mano, y el esférico en la otra, este médico empezará el
MIR en
Cardiología con la idea de continuar siendo jugador profesional de balonmano durante sus años de
residencia. "O por lo menos hasta que mi salud física y mental me lo permita", ha reconocido.
La idea de compaginar una carrera tan extensa y complicada como es Medicina, con ser
jugador profesional de balonmano no es fácil. De hecho, Malo indica que ha tenido que hacer "
muchos sacrificios" relacionados con su vida social para alcanzar sus metas. "Pero cuando se hacen las cosas con motivación, a pesar de los momentos difíciles, acaba mereciendo la pena", ha afirmado a
Redacción Médica.
Aun así,
gracias a sus compañeros y docentes de su facultad, al igual que las personas de su club, ha podido lograr todos los objetivos que se ha ido planteando. "Por parte de la universidad siempre ha habido una disposición para ayudarme a cambiar alguna práctica o examen si tenía partido.
Estoy muy agradecido por ello. Y también quiero resaltar la ayuda que me han brindado los demás alumnos, quienes también me han pasado apuntes o me han explicado el temario
cuando no he podido asistir. Me llevo grandes amigos que espero que sean para toda la vida", ha enfatizado.
Compaginar el balonmano con la Medicina
Pero su paso por Medicina no ha sido un camino de rosas precisamente. Y es que este médico tenía que viajar "todos los días" desde Huesca a Zaragoza para poder combinar el deporte y los estudios. Un esfuerzo "tremendo" que casi le impulsa a tomar la decisión de
dejar el balonmano, ya que durante los primeros años en el primer equipo no sentía que fuese una pieza "importante" dentro de este.
Pero ese sentimiento cambió radicalmente al llegar a quinto de carrera y pudo elegir hacer las prácticas en el Hospital de Huesca. De esta forma, comenzó a evitar esos viajes diarios que tanto tiempo le quitaban al día. "Me ayudó a ir
menos estresado y mejorar a nivel deportivo. Pude dar ese salto de calidad y convertirme en un jugador importante dentro del club", ha enfatizado. Además, fue el momento donde también fue designado
capitán del equipo.
Miguel Malo en uno de los partidos de la Liga Plenitude Asobal.
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Presentarse al examen MIR siendo deportista de élite
Tras terminar la carrera en 2023, lo habitual entre los médicos es que se preparen el
examen MIR para presentarse en la siguiente convocatoria. Pero, en ese momento, Malo se sentía "muy a gusto y contento" jugando al balonmano, y era consciente de que prepararse la prueba supondría tal esfuerzo que, seguramente, le obligaría a
dejar a un lado el deporte para obtener una buena puntuación.
Así, organizó una hoja de ruta
de cara a dos años para presentarse al examen MIR sin tener que dejar su actividad con el 'club'. Un tiempo en el que podría estar estudiando de manera más tranquila y, a su vez, jugando al balonmano. "Me he presentado al examen este 2025 y recuerdo que
los últimos meses fueron muy duros. Estuve doce horas estudiando diariamente mientras entrenaba y viajaba por España para participar en los partidos. Los niveles de estrés fueron muy altos y
psicológicamente fue muy complicado", ha detallado.
Hacer el MIR de Cardiología y jugar al balonmano
Pero Malo tenía claro su objetivo: conseguir un número de orden c
on el que pudiese entrar en Cardiología. "No me iba a caer por el camino, eso seguro", ha incidido. Y así lo hizo, este enero consiguió una puntuación que le ha permitido elegir plaza en esta especialidad y se encuentra en un momento de felicidad inexplicable. "
Quiero ser el mejor cardiólogo", ha añadido.
Y, contra de todo pronóstico, este médico tiene claro que va a
compaginar el MIR con ser jugador profesional de balonmano. Eso sí, tendrá que
abandonar su equipo actual tras acabar la temporada porque no hay residencia de Cardiología en Huesca. Además, a pesar de ser preguntado por este periódico,
ha preferido no revelar su nuevo destino. "Ya he hablado con otro club de alto nivel en la ciudad donde haré la residencia. Así que sí, voy a seguir siendo jugador profesional", ha concluido.
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