La Revista

Antonio Camaño, supervisor de Enfermería en urgencias, es medalla de oro a nivel europeo en marcha atlética

"El deporte me ha ayudado a exprimirme y ser sistemático como enfermero"
Antonio Camaño.


9 oct. 2019 9:20H
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POR JESÚS MEDIAVILLA
Vida a vida, kilómetro a kilómetro. Antonio Camaño, de 38 años, es supervisor de Enfermería en el servicio de urgencias del Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga. Por sus manos y las de sus compañeros pasan cientos de personas esperando encontrar una solución para sus dolencias, debatiéndose en ocasiones entre la vida y la muerte. Por sus pies, millas y millas recorridas, sacrificio y cantidad de horas de entrenamiento para labrarse un nombre en una de sus mayores pasiones junto a la Enfermería: la marcha atlética.

Como enfermero, Camaño siempre ha estado vinculado con el área de cuidados a pacientes críticos. Estuvo dos años y medios trabajando en Inglaterra para, posteriormente, regresar a Málaga y al Hospital Clínico, donde ha permanecido desde entonces. Hace dos años y medio fue propuesto como supervisor de unidad, “una de la que más pacientes recibe de toda Andalucía”, asegura en una entrevista con LA REVISTA de Redacción Médica.


Técnica y organización


El deporte le ha otorgado la capacidad de “exprimirme siempre y ser sistemático. Hacer las cosas desde un orden y con un protocolo”. Esta capacidad es herencia de la marcha atlética, “un deporte muy técnico donde sabemos aprender a estructurarnos, al igual que en el trabajo, donde tengo que organizar. Ahora soy supervisor y en la unidad somos casi 300 profesionales”, subraya Camaño, entre los beneficios que le ha otorgado compatibilizar ambas ocupaciones.

Su pasión por el atletismo también viene de lejos. Estuvo años corriendo maratones y participando en pruebas a nivel amateur, sin embargo, desde hace cuatro años se dedica al deporte de alto rendimiento. “Un amigo mío, que es entrenador, me puso un día a marchar y vio que se me daba bien. Tenía la técnica”, señala. “Me animó y desde entonces comencé con un entrenamiento más estructurado y ya me enganché”, explica Camaño.

Este escalón más de dedicación le ha llevado a competir tanto a nivel nacional e internacional, este último escenario donde ha conseguido el mayor de los reconocimientos: la medalla de oro. Hace tan solo un par de semanas, Camaño se subía a la cumbre del podio tras proclamarse campeón europeo en Venecia. Pero no es el único logro, dado que anteriormente ya fue subcampeón de España de 20 kilómetros marcha de veteranos y campeón andaluz.

Antonio Camaño durante el campeonato europeo en el que fue medalla de oro.

Antonio Camaño durante el campeonato europeo en el que fue medalla de oro.


Compaginar ambas facetas


Sin embargo, ¿cómo es posible compaginar un puesto como supervisor de servicio con la alta competición? “Es mucho estrés, pero con el horario que tengo de mañana me puedo permitir tener un descanso y un hábito para poder organizarme. Era más difícil cuando estaba por turnos”, reconoce.

El nivel de intensidad depende de lo próxima que esté la competición a la que va a acudir. “Entreno por ciclos. El entrenador me intenta llevar a las competiciones clave, dos o tres veces al año, en buena forma”, apunta. En cuanto a su rutina diaria, entrena entre cuatro y seis días por semana. “Siempre intento hacer una hora y media entre semana, y en los fines de semana, que hay tiradas más largas, puedo estar una hora u hora y media”, afirma.


Camaño tiene que pedir días de sus propias vacaciones para poder viajar y competir


Camaño tiene que pedir días de sus propias vacaciones para poder viajar y competir. El día que ganó el europeo, se pidió un viernes. “Salí el jueves por la tarde y la competición fue el sábado. Volví el domingo y el lunes a trabajar. Cuando hay competición no me dan permiso”, explica a este periódico.

Pero el esfuerzo merece la pena, más cuando se cuenta con el aliento y apoyo incondicional de los compañeros. “El lunes cuando llegué -tras el campeonato de Venecia- había un cartel en el despacho y todos los compañeros estaban allí”, además, vio como personal de otros servicios le felicitaban. “Esta medalla ha tenido más repercusión de la que me imaginaba. El hospital hizo un vídeo y lo ha subido a las redes sociales”, muestra en tono agradecido.

“Sobre urgencias es raro que salgan noticias buenas. Es un servicio que siempre está saturado y es poco agradecido”, por eso, su medalla de oro “es bueno, porque se habla de las urgencias para bien”. En este sentido, insiste en que sus compañeros “están súper contentos, y yo más en representarlos”.
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