Redacción. Valencia
El Centro de Investigación Príncipe Felipe colaborará con la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona para la constitución del equipo que desarrollará el proyecto “Genómica y transcriptómica de las rutas de detoxificación de Drosophila”, que pretende descubrir qué vías genéticas existen para que esta especie desarrolle adaptación y tolerancia a compuestos tóxicos.
La drosophila, también llamada mosca del vinagre o mosca de la fruta, es una especie frecuentemente utilizada en experimentación genética, por la facilidad que supone al poseer un reducido número de cromosomas y un breve ciclo de vida. Asimismo, un elevado porcentaje de los genes de enfermedades humanas que se conocen tienen una contrapartida identificable en el genoma de las moscas de la fruta, y la mitad de las secuencias de proteínas de esta especie tiene análogos en los mamíferos.
![]() Centro de Investigación Príncipe Felipe. |
Por todo ello se convierte en un modelo idóneo para la investigación, además se reproduce fácilmente, se pueden estudiar muchas generaciones en poco tiempo, y ya se conoce el mapa completo de su genoma.
El equipo de investigación está coordinado por Hernán Javier Dopazo, y por la Unidad de Genómica Comparativa del CIPF y la Unidad de Biología Evolutiva del Instituto de Biología Evolutiva CSIS-UPF de la Universidad Pompeu Fabra.
Dilucidar bases genéticas
La investigación se propone dilucidar las bases genéticas de la adaptación y tolerancia a compuestos tóxicos naturales en especies de Drosophila. Para ello se está caracterizando el transcriptoma (material genético concreto de un tipo celular bajo unas condiciones dadas), y la variación genómica (SNPs o mutaciones en un solo gen) de esta especie. Estas variantes genéticas se analizarán para un máximo de 250 genes correspondientes a todas las rutas metabólicas de cuatro poblaciones distintas de Drosophila, y para ello se utilizará la plataforma Solexa Illumina, una avanzada tecnología de secuenciación del genoma.
Esta variación genética de especies y entre especies de Drosophila se cuantificará, y se analizarán las tasas de evolución de los genes por métodos estadísticos, con el objetivo de descubrir las regiones afectadas por la selección natural responsables de la respuesta adaptativa a los tóxicos.
Otros propósitos generales a largo plazo del estudio consisten en establecer colaboraciones científicas estables y efectivas, divulgar resultados en publicaciones de alto índice de impacto y generar, en su caso, propiedad intelectual e industrial, así como transferencia de tecnología.
A través de este convenio, el CIPF se compromete a entregar a la Universitat Pompeu Fabra el material biológico para la secuenciación de las variantes genéticas. Por su parte, la Pompeu Fabra se encargará de las lecturas de estas secuencias del material biológico. Ambos grupos procederán al análisis bioinformático y estadístico de los datos.
Como entidad coordinadora del programa, el CIPF recibirá del Ministerio de Ciencia e Innovación, en concepto de ayuda, 90.000 euros, de los cuales 57.800 corresponderán al CIPF y 32.200 a la Universidad Pompeu Fabra. La colaboración entre ambas instituciones se mantendrá durante el tiempo de desarrollo del proyecto.