La vicepresidenta primera del Parlament, Alba Vergés, y el exdirector del IC, Josep Maria Argimon.
La Fiscalía de Barcelona ha solicitado
12 años de inhabilitación para empleo o cargo público para los exconsellers de Salud,
Alba Vergés y Josep Maria Argimon -entonces director general del
Institut Català de la Salut (ICS)- por presunto delito de prevaricación por el supuesto
retraso en la vacunación contra el Covid-19 de guardias civiles y policías nacionales, según el escrito de acusación al que ha tenido acceso
Europa Press.
El ministerio público solicita lo mismo para el exsecretario general de la Conselleria de Salut,
Marc Ramentol, y para el exdirector del
Servei Català de Salut, Adrià Comella, y pide el
sobreseimiento para el director de servicios de la Conselleria de Salut, Francesc Xavier Rodríguez. Según el escrito, el 9 de febrero de 2021 se decidió por el
Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) priorizar la vacunación con
AstraZeneca de los colectivos con funciones especiales, entre los que se encontraban los miembros de cuerpos policiales.
El 12 de ese mismo mes, la Conselleria de Salut inició la vacunación de dichos colectivos, si bien la vacuna estaba
restringida al margen de edad de entre 18 y 55 años, y el 15 de marzo se decidió, por el Consejo Interterritorial, la paralización de todas las vacunaciones con AstraZeneca al haberse detectado varios casos de trombosis. El 22 de marzo, el Consejo dijo que podía volver a administrarse la vacuna de AstraZeneca y que ya no estaba restringida a ese rango de edad, sino que "ya se podía utilizar para inmunizar a las personas de entre 60 y 65 años",
incluyendo a los policías, tanto locales, como autonómicos y estatales.
Trato "discriminatorio" entre policías estatales y Mossos
La Fiscalía sostiene que los acusados, "a pesar de ser conocedores" de que todavía estaban sin vacunar los policías estatales (en la Guardia Civil eran el 2,8 por ciento y en la Policía Nacional eran el 3,6 por ciento), mientras que en los Mossos eran el 77 por ciento y en la Guàrdia Urbana de Barcelona eran el 77,9 por ciento, decidieron que
se priorizaría a la población de entre 60 y 65 años en detrimento de los funcionarios, salvo los que tuviesen ese rango de edad.
Eran "plenamente conscientes de que con tal decisión se estaba, de hecho, discriminando a los policías de los cuerpos policiales estatales", que se quedaban sin vacunar y desprotegidos del virus, frente al resto de cuerpos policiales locales y autonómicos. Ante esta situación, los sindicatos Jucil y Jupol acudieron al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), que ordenó la medida cautelar de
vacunar de forma inmediata a los agentes, "debiendo alcanzar en un plazo máximo de 10 días la misma proporción de vacunados que en el cuerpo de Mossos d'Esquadra".
En una nota de prensa este lunes, el sindicato de Policía Nacional Jupol "celebra" el avance en el caso de lo que considera que fue una discriminación sufrida por agentes de la Policía Nacional y de la
Guardia Civil en Catalunya durante la campaña de vacunación, textualmente. El portavoz nacional de JUPOL, Ibón Domínguez, ha afirmado que la imputación de estos altos cargos no hace más que confirmar la denuncia presentada por Jupol y Jucil y añade que se trató de una "discriminación real, deliberada y gravísima por parte de las instituciones catalanas contra los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado".
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