El apoyo entre iguales está basado en el modelo de Francia y ya funciona en entidades privadas

Cataluña forma a pacientes como orientadores para mejorar la salud mental
La directora del Pacte Nacional de Salut Mental, Magda Casamitjana.


22 ago. 2022 16:00H
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Cataluña ya está formando a enfermos como orientadores para fortalecer la salud mental, una iniciativa basada en el modelo de Francia y que funciona en entidades privadas. Así lo avanza la directora del Pacte Nacional de Salut Mental, Magda Casamitjana, en una entrevista a Redacción Médica, donde reconoce que es la Universitat de Vic la que forma a los pacientes, denominados iguales o peer to peer,  y quieren se convierta en "profesión, no algo de voluntariedad".

Casamitjana analiza la situación de la salud mental en la actualidad, cuya red se encuentra "muy tensionada" tras la pandemia, también en parte por la falta de profesionales en este ámbito. Para ella, "lo ideal es que haya una estrategia de país en todo el sistema de salud mental". Casamitjana asegura que hay "uno de los malestares emocionales más graves de la historia" y por ello está trabajando con todos los departamentos para analizar cuáles son las necesidades más urgentes. En un plazo de tres años deberá trasladar al Govern de qué manera se debe gobernar, implementar y gestionar la salud mental.

¿Cómo debería ser el plan ideal de abordaje a la salud mental?

Lo ideal es que haya una estrategia de país en todo el sistema de salud mental, no solo en el Departament de Salut y sanitario, sino que el sistema garantice que una persona con un problema de salud mental pueda ser ciudadano desde que se levanta hasta que se va a dormir. Que pueda trabajar, que pueda tener su casa, que pueda disfrutar de ser ciudadano y que pueda decidir. El Pacte Nacional de Salut Mental quiere que las personas con una problemática de salud mental tengan todas las responsabilidades que puede tener cualquier otro ciudadano y que el país tenga una prevención y una promoción de salud mental necesaria para podamos coger a tiempo cualquier problema y afrontar los problemas de salud emocional que hay tras la pandemia.

¿Cómo está la red de atención a la salud mental en la actualidad?

Muy tensionada. Puede que no hayamos explicado la diferencia entre un malestar emocional y un trastorno mental. Al no explicarlo bien, las personas que tienen angustia, están tristes, han perdido el trabajo o que no ven un buen futuro, van al médico porque han escuchado decir que lo que tienen es un trastorno mental, cuando no lo es. La red de la Atención Primaria está muy tensionada, por eso hemos puesto apoyos de salud emocional en los centros de Primaria, y la atención especializada también está muy tensionada. No hay psiquiatras, no hay suficientes psicólogos clínicos y hay una falta de profesionales de Enfermería. Se están incorporando profesionales de derechos sociales, que ya estaban, pero más: trabajadores sociales, educadores sociales y terapeutas ocupacionales dentro de los equipos sanitarios porque no damos abasto.

¿Hasta qué punto ha agravado la pandemia los problemas de salud mental?

La falta de profesionales y la tensión de la red sucede a nivel mundial. La pandemia ha provocado un problema de malestar emocional más que de trastorno. Uno de los malestares emocionales más graves de la historia, sin menospreciar una guerra, que provocaría aún más. Ha provocado un cambio de hábitos y una manera de poder afrontar la realidad muy complicada, donde la gente joven ha sufrido mucho. Los hábitos y la manera de pensar están cambiando, y, por tanto, todos los países tenemos un peso tremendo de ver de que manera somos capaces de aligerar estos malestares emocionales que ha creado la pandemia.

¿Cree que la pandemia ha visibilizado la salud mental y se estigmatiza cada vez menos?

Sí. La salud mental es una de las prioridades de los gobiernos de todo el mundo. Se ha visto que la salud mental puede provocar el descalabro de un país, porque la gente está de baja, no tiene ánimos o no tiene ganas de hacer nada, y esto económicamente tiene impacto. Ha provocado un reconocimiento de las enfermedades mentales, de que una enfermedad mental no se la busca nadie, sino que es un problema que puede tener cualquier persona. Además, el tema del estigma está mejorando, aunque aún no del todo. La gente ya no ve a las personas con una circunstancia de salud mental como personas violentas, malas o que se lo han buscado.

¿Cuáles son las prioridades del Pacte?

Las prioridades son las que nos marca la Organización Mundial de la Salud, que nos pide que hasta 2030 tengamos muy claras cuatro prioridades como país. La primera es cómo se lidera y cómo se gobierna el sistema de la salud mental en un país. En estos momentos cada Departament tiene su estrategia y cada uno hace lo que puede, pero no hay un protocolo que coordine todos los departamentos para que la persona pueda vivir con los apoyos necesarios. La OMS nos pide que tengamos muy claro qué tipo de gobernanza debe haber en las acciones políticas de la salud mental. La segunda es que la Agència Social i Sanitària sea una realidad, una iniciativa que ya se está trabajando desde Salut y Drets Socials.

La tercera es que el país tenga una estrategia única de promoción, prevención y lucha contra el estigma, no que cada Departament haga la suya. Que cada Departament sepa lo que tiene que hacer y cuándo tiene que hacerlo. La última es tener un sistema de información en que los datos sean compartidos para que se entienda y pueda ayudar a la persona desde el punto de vista integral. Y también qué tipo de investigación se debe hacer, no solo biomédica, sino que el Govern sea capaz de poner dinero para que los investigadores estudien temas sociales.

Además, nosotros añadimos intentar mirar cuáles son los problemas estructurales de todo el sistema, que es lo que no funciona, cuáles deberían ser los departamentos que deberían tener más presupuestos para poderse poner al nivel con la red de salud y el derecho de las personas. Hemos hecho un convenio con la OMS, para lo que ellos denominan quality rights, que es de qué manera Cataluña forma, informa y pone todas las acciones y las políticas por delante los derechos de las personas con una problemática de salud mental.

En otras entrevistas ha manifestado la posibilidad de incorporar facilitadores en el sistema sanitario público (peer), como se hace en Francia. ¿Es esta medida y su modelo el que quiere seguir?

Sí. En estos momentos la Universitat de Vic ya está haciendo una formación específica para lo que se denominan 'iguales' o 'peer to peer', que son estas personas que ya tienen la experiencia de tener una problemática de salud mental. La experiencia de lo que se está haciendo en Francia es tan positiva que también el Pacte quiere recoger esta iniciativa y llevarla a cabo. Tenemos la formación desde Vic, tenemos peer que ya están trabajando, pero lo que tenemos que hacer desde el Pacte es que sea una profesión, no un tema voluntariedad, y que la red pública pueda contratar a estos profesionales.

¿Cuándo estará listo el Pacte Nacional de Salut Mental?

Tengo tres años para la elaboración del Pacte, por tanto, en ese plazo deberíamos presentar al Govern de qué manera se debe gobernar, implementar y gestionar desde el Govern la salud mental. Ya tenemos la Taula del Pacte constituida, donde están presentes los sectores de la salud mental y consiste en un único interlocutor con el Govern. Todo lo que suceda en la Taula debemos traspasarlo al Govern, también de manera reivindicativa y explicando cuáles son las medidas más urgentes. Ahora comenzaremos a crear grupos de trabajo de los objetivos que tenemos para consolidar una política.

¿Cómo valora las medidas tomadas para abordar la salud mental del Govern? ¿Le exige más?

No es solo poner 80 millones de euros, sino que es de una manera crear políticas diferentes de las que se están haciendo como pueden ser los equipos que ahora son de crisis para infantil y juvenil, y que van a casa de la persona afectada y los pacientes se ahorran ir a urgencias. También los equipos guía, que son los equipos que van a buscar a las personas con trastornos mentales graves que están en la calle. También el impulso que se está dando a la Atención Primaria para poder detectar casos de psicosis incipiente o de salud mental incipiente. Todos los departamentos me abren las puertas y, por tanto, son muy conscientes que se tienen que hacer cosas. Creo que vamos por buen camino. Lo que haría falta es ordenar todo lo que tenemos y acabar definiendo esta estrategia de país.

¿Cuántos recursos más, personales y económicos, se deberían destinar a la salud mental?

Lo están mirando. Ahora tenemos muy claro qué necesita Salut, y los otros departamentos están analizando las necesidades urgentes de esto. Cuando lo sepamos sabremos exactamente y podríamos pedirle al Govern en X años y cuántos dinero. La recuperación de la persona con un problema de salud mental va mucho más allá de la red de salud.
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