Inspectores constatan prácticas irregulares que dispararon a 300 días el plazo para una operación

Listas de espera andaluzas: Sanidad abre una nueva investigación
Jesús Aguirre.


26 jun. 2019 21:20H
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El Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha decidido abrir una información reservada tras encontrar nuevas anomalías en la gestión de las listas de espera. El consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, ha informado al Pleno del Parlamento durante una comparecencia a petición propia de que ha detectado más casos de pacientes “guardados en los cajones”, entre ellos 22.230 pacientes a los que el SAS tardó 300 días en inscribir en el registro de demandantes de una intervención quirúrgica una vez que el especialista le prescribió la operación.

“La norma dice que el plazo para inscribirlos es de treinta días tras la presentación de la solicitud por parte del paciente, pero estos 22.230 pacientes multiplicaron por diez su espera”, ha declarado el titular de Salud y Familias. El consejero ha detallado que estos enfermos, a los que el Servicio Andaluz de Salud ha operado durante los primeros meses de 2019, son de distintos procesos quirúrgicos. “Nuestra primera preocupación es que fueran atendidos.

En 2019, y en Cataratas, la mayoría de estas personas ya no están en la lista de espera, gracias a la realización, por parte de nuestros profesionales, de una buena gestión de cola, que es un procedimiento por el cual se prioriza a los pacientes que más tiempo llevan esperando”, ha señalado Jesús Aguirre.


Diferentes modelos de 'fraude'


Entre las anomalías que los inspectores han podido constatar se encuentran las siguientes, de acuerdo a la intervención del consejero en el Parlamento. “Ha habido agendas cerradas que sólo se abrían el mes anterior, esto es, se encontraban en situación de “no tramitadas”: es decir, se recibe la solicitud del Registro de Demanda Quirúrgica pero no se registra de entrada. Por lo que no se le da trámite y se guardan en un cajón del que luego se irán sacando poco a poco pero sin que figuren en el registro de la AGD (Aplicación para la Gestión de la Demanda)”.

Otra práctica común era que cuando a un paciente le correspondía la intervención se le decía que debía visitarlo de nuevo el especialista. De este modo, no se inscribía en la lista de espera de la intervención. “A otros pacientes se les inscribía en la lista de espera cuando estaba a punto de concluir el plazo de garantía; también hemos constatado casos de reevaluaciones clínicas de pacientes y que no están documentadas en la historia clínica. Por tanto, se desconoce por qué se realizaron”, ha añadido Jesús Aguirre, que ha indicado además que los inspectores han detectado casos “de destrucción de parte de la documentación cuando ya se había intervenido al paciente”.

Han asegurado además que las irregularidades afectaban además a la gestión de las citas con centros concertados. “El SAS ofrecía al paciente que su intervención se realizara en un centro privado el mismo día que se inscribía en la lista de espera y se le daba de baja de la lista de espera al paciente una vez que era derivado al concierto”, ha dicho el consejero.


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