La decisión de empequeñecer Sanidad en una macro consejería con otros grandes temas retrata la situación del presidente

Juanma Moreno Bonilla, presidente de Andalucía, en soledad por la crisis de los cribados y mamografías
Juanma Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía.


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Lo avisó hace meses en una entrevista: la sanidad era lo que más incertidumbre le generaba dentro de su acción de gobierno. Así de claro se mostraba y se sigue mostrando Juanma Moreno Bonilla, que parece impotente ante la realidad negativa que percibe la calle en cuanto a la asistencia que presta el Servicio Andaluz de Salud (SAS) y la millonada récord de euros que dedica la Junta a los asuntos sanitarios. A estas alturas no parece un tema de dinero, es de cultura, estructura y gestión, más preocupante aún que si fuera 'tan fácil' como abrir la chequera de los presupuestos andaluces.

La crisis asistencial, mediática y política destapada por los miles de casos de mamografías que no llevaban acompasado el conveniente seguimiento a las pacientes solo ha venido a confirmar lo que podía ser una sensación. Ante el duro golpe, Moreno Bonilla tuvo que soltar el lastre político que desde hacía tiempo era la consejera Rocío Hernández Soto, y encargó de urgencia al consejero de Presidencia, Antonio Sanz, que se hiciera cargo de la responsabilidad de forma interina a la espera de una solución definitiva para lo que queda de legislatura, apenas un año.

Y esa solución definitiva ya ha llegado y se antoja como el retrato robot de un presidente aún noqueado por la situación. En plena tormenta política con el PSOE de María Jesús Montero, con las mujeres y la sociedad que las respalda en las calles manifestándose casi a diario, Moreno Bonilla ha decidido que Sanz siga asumiendo Sanidad hasta que la legislatura expire, al tiempo que mantiene las responsabilidades de Presidencia y Emergencias en el Ejecutivo.

En lugar de dar la imagen de que se refuerza la Sanidad con una gestión más pormenorizada, quitándole por ejemplo Consumo y con un consejero o consejera propio que devolviera la ilusión, este movimiento del presidente le dice al pueblo andaluz que el mismo responsable de dos departamentos compartirá también su tiempo con el de Sanidad, y con Consumo. Es decir, ahora en el Gobierno de Juanma Moreno lo sanitario tiene 'un cuarto' de responsable.

¿Por qué ha tomado esta decisión el presidente de Andalucía? Desde luego, el horizonte electoral le ha condicionado. En el primer semestre de 2026 tienen que ser los comicios autonómicos y teme que el peso político de la crisis de las mamografías le pase factura, o incluso le cueste la presidencia. Recurrir a Antonio Sanz simboliza pues agarrarse a la única certeza que Moreno Bonilla cree tener a mano, porque si no es difícil de explicar que en esta situación relegue a Sanidad a un cajón de sastre con Consumo, Presidencia y Emergencias, y que embarque en la cartera presupuestaria más relevante a un hombre que no es profesional de la salud ni proviene de este sector. Tampoco le ha reforzado el equipo, por lo que el mensaje es que hay que hacer más, con bastante menos, porque ahora el consejero hay que 'repartírselo'.

El que Antonio Sanz fuera la mejor opción pasa también por que Moreno Bonilla no ha visto a nadie más en el entorno político-sanitario preparado para la fuerte marejada política que ha de afrontar la Sanidad andaluza en los próximos meses de pre-campaña y campaña electoral. La otra alternativa es que no fuera la primera baza para el reto, lo que a la vista de la decisión final quiere decir que cualquier otra puerta a la que ha tocado el presidente no se ha abierto. La soledad de Juanma Moreno ante el vendaval que ha desatado la crisis de las mamografías se vio desde el primer momento, cuando no acertó a dar una respuesta lógica a bocajarro en las primeras preguntas de la prensa, y cuando para comparecer en el Parlamento andaluz alguien le sugirió que echase la culpa a sus predecesores con protocolos de hace décadas, argumentos que encima ni venían a exculparle ni a darle la razón.

"La culpa también hay que buscarla en épocas anteriores"


La culpa de cómo está la sanidad pública actualmente en Andalucía no puede ser solo de los gobiernos de Juanma Moreno, también hay que buscarla en épocas anteriores en las que hubo recortes y se tomaron decisiones de organización poco acertadas a la vista de lo que hoy se sabe. Ese es el gran hándicap de la candidata María Jesús Montero, que fue consejera de Salud muchos años y a la que este hecho le da ventaja por conocer el medio en el que se va a fajar principalmente, pero le pone palos en las ruedas porque tiene también un pasado con lagunas como gestora.

A Moreno Bonilla le esperan los meses más difíciles desde que es presidente de la Junta de Andalucía, más analizando la decisión que acaba de tomar respecto a la Sanidad. Las andaluzas y los andaluces serán quienes le den o quiten la razón.
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