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Redacción. Sevilla
Andalucía ha triplicado la producción científica en los centros del Sistema sanitario Público, puesto que, sólo en 2009, superó los 2.500 documentos accesibles en bases de datos con visibilidad internacional, lo que supone tres veces más la producción de 2002 (unos 800 documentos), a lo que se suma que en sólo cuatro años se ha duplicado el número de proyectos presentados por centros sanitarios públicos al Fondo de Investigación Sanitaria del Instituto de Salud Carlos III (pasando de 156 de 2007 a 292 de 2010).

María Jesús Montero, durante su intervención en el Parlamento andaluz.

Así lo ha señalado la consejera de Salud de Andalucía, María Jesús Montero, durante su comparecencia en el Parlamento, donde ha señalado que la comunidad se sitúa actualmente en una situación en materia de investigación “que no se podía vislumbrar hace una década”.

Éste es sólo uno de los frutos que está dando la apuesta decidida del Gobierno Andaluz por la investigación biomédica como motor económico, como fuente de desarrollo y, sobre todo, como estrategia para buscar soluciones a enfermedades que aún no las tiene. Para ello, se diseñó el Plan Estratégico de Investigación, Desarrollo e Innovación en Salud 2006-2010”, que ha marcado el camino todos estos años.

El esfuerzo que la Consejería de Salud está realizando en el ámbito de la investigación tiene su reflejo en el incremento del 3,37 por ciento experimentando en el presupuesto de 2011 para esta materia que, además, supera en casi dos puntos la contribución de Andalucía al PIB.

De hecho, la dimensión de las convocatorias de ayudas propias a los trabajos científicos ha pasado de 800.000 euros anuales iniciales a los siete millones actuales, lo que ha permitido que se haya pasado de los 400 proyectos presentados en 2007 a los 724 de 2010.

Más instalaciones y recursos

Según ha señalado la máxima responsable de la sanidad andaluza, la comunidad cuenta con “una red de infraestructuras de unas dimensiones físicas y con un equipamiento inimaginable hace menos de una década y que ha permitido configurar un escenario de alta competitividad y calidad en I+D biomédica”. Línea en la que destacan, desde el plan de formación de investigadores, hasta los resultados obtenidos en patentes y en investigación.

Son más de 40 los acuerdos firmados con instituciones, centros y laboratorios donde investigadores jóvenes se están formando con la garantía de retorno a centros andaluces. Ya son veinte las personas que se están beneficiando de estos acuerdos en los Institutos Nacionales de Salud de EEUU o en la Universidad Estatal de Michigan. A ello se suma que ya se han consolidado 42 investigadores emergentes y técnicos de apoyo, que se ha facilitado la disponibilidad de tiempo para investigar a profesionales sanitarios (53) y que se está realizando un seguimiento y apoyo personalizado a investigadores emergentes del campo sanitario (75). Además, se están incorporando a los equipos andaluces científicos de otros países (EEUU, Reino Unido, Suecia, Alemania, Francia o Suiza).

En materia de infraestructuras, Andalucía se ha dotado de una potente red de centros que pivotan en torno a los Institutos de Investigación Sanitaria y los centros de investigación en excelencia, además de la red de biobancos. El Instituto de Investigación de Sevilla se convirtió, junto al de Barcelona, en el primero en estar acreditado por el Instituto de Salud Carlos III. Cuenta con 8.200 metros cuadrados en los que se distribuyen 51 laboratorios, donde realizan su trabajo 300 científicos. En fase de construcción está el Imibic (Maimónides) de Córdoba, con 9.000 metros cuadrados y 28 laboratorios en los que trabajarán 200 científicos (actualmente en fase de acreditación). Además, se ha licitado recientemente el Ibima de Málaga (5.500 metros cuadrados y 140 investigadores) y en fase de construcción los futuros institutos de Granada y Cádiz.

Pleno del Parlamento de Andalucía.

En lo que a centros monográficos se refiere, destacan el Centro de Medicina Regenerativa de Sevilla (Cabimer), con 9.000 metros cuadrados en los que se ubican 20 laboratorios y trabajan 200 científicos; el Centro de Genética y Oncología (Genyo) de Granada, con 6.400 metros cuadrados, 12 laboratorios y 200 científicos y el Centro de Medicamentos Innovadores y Huérfanos (Medina) de Granada, con 5.200 metros cuadrados para 10 laboratorios y 70 científicos. A ellos se sumará el Centro de Nanomedicina (Bionand) de Málaga (6.500 metros cuadrados, 12 laboratorios y 150 científicos), el Centro Andaluz de Secuenciación Genómica Humana de Sevilla y el Laboratorio Andaluz de Reprogramación Celular (Larcel), en colaboración con la Universidad de Michigan.

La red de biobancos, por su parte, está conformada por el Banco Andaluz de Células Madre de Granada, la red de Bancos de Tumores de Andalucía y el Banco de ADN, también en Granada. Todos estos recursos se completan con las 16 salas blancas (o salas GMP) que se distribuyen en centros de las ocho provincias.

Esta apuesta estratégica ha permitido que en Andalucía haya más de 65.000 metros cuadrados destinados a la generación de conocimientos en salud de Andalucía y 3.500 profesionales dedicados a esta labor, cuando se complete la dotación prevista.

En palabras de la consejera, los andaluces han pasado de ser “espectadores de los que se producía en investigación biomédica a comenzar a ser una referencia en investigación aplicada”. Muestra de ello es el interés que empresas del sector han mostrado por ubicar sedes en la comunidad (Rovi, Celgene, Pfizer, Roche o MSD).

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