Víricö

"Cuando se llama al paciente por su nombre y después se le saluda, mirándole a los ojos (…) comienza el tratamiento"

Ser amable con el paciente actúa "más rápido que la benzodiacepina"
Este tratamiento no tiene "efectos secundarios".


15 ene. 2019 18:30H
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La búsqueda un modelo sanitario que se base en la humanización ha encontrado numerosos defensores en los últimos años. Un trato más respetuoso al paciente que le recuerde que es persona antes que enfermo tiene importantes beneficios en su salud, según los propios profesionales han difundido en su ámbito de trabajo. 

Uno de estos casos es el de Juan Carlos Giménez, docente sanitario universitario de Buenos Aires, que ha aprovechado su perfil en Twitter para explicar cómo funcionan gestos sencillos para con el paciente. Así, asegura que cuando se le llama por su nombre y después "se le saluda, mirando a sus ojos, produce un efecto más rápido que una benzodiazepina, sin efectos secundarios". Esto supone que "para muchos de ellos, el tratamiento ha comenzado". 

En esta línea, otra médica le responde que el saludo de mano se retribuye con un apretón de manos en la despedida y una sonrisa del paciente, que también enriquece al médico y lo incentiva a continuar este formalismo. "Ganamos todos, los pacientes y médicos con una simple norma de urbanidad", añade. 

La importancia del abrazo y dos preguntas sencillas


Además, hay quien le recuerda la necesidad incluso de un abrazo, a lo que el docente explica que "en la vida se aprende a abrazar cuando no se tiene nada que decir. A veces con algunos pacientes, a los médicos nos sucede lo mismo. Un abrazo en el momento oportuno, algunos lo sienten un 'ansiolítico' en el lenguaje farmacológico; otros sienten que los 'reinicia' en el lenguaje de los smartphones", defiende Giménez. 

Al hilo del comentario principal muchos han sido los que han querido aportar los pequeños gestos que ellos llevan a cabo con sus pacientes, mientras que otros, dentro del grupo de éstos últimos, agradecen que haya médicos y docentes como Giménez. Otro usuario añade que además de llamar al paciente por su nombre hay, en su opinión, dos momentos clave en la atención. Uno se produce al inicio y con preguntas sencillas como "¿qué le ocurre?, ¿en qué puedo ayudarle?", y el otro se produce en la despedida, con "una frase que aún sorprende: 'que se mejore'. Siempre arranca una sonrisa de gratitud", sentencia este usuario. 

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