Las
guardias de 24 horas no solo agotan física y mentalmente a los médicos, sino que
limitan su vida social y familiar. Esto es lo que opina Cristina Rueda,
MIR, quien ha lamentado que se hable "muy poco" de estas circunstancias derivadas de las jornadas. "Ya me acaban de notificar cuáles tengo en octubre y otra vez tengo que ponerme a hacer malabares", ha lamentado esta futura especialista en un mensaje de X.
Carla es otra compañera del sector que cree que
no hay suficiente visibilidad sobre los puntos negativos de hacer una guardia de 24 horas, más allá de lo relacionado con el cansancio. Según ha explicado, su entorno sí entiende que no pueda quedar con ellos el mismo día que tiene una guardia, pero cuesta más explicarles que tampoco puede si tiene una de estas jornadas al día siguiente o si está saliente de guardia.
Compaginar vida social con guardias de 24 horas
En este sentido, otra médica que ha opinado sobre este tema ha reconocido que "odia" que sus allegados quieren hacer un plan el día anterior a la guardia porque
necesita prepararse física y mentalmente. Una opinión similar a la de
Daniel Duque, quien ha subrayado que en su caso necesita "mínimo" dos días para recuperarse.
En el caso de
Laura García, también facultativa, tiene claro que
solo su familia más cercana entiende por lo que tiene que pasar, al igual que Alba, quien reconoce que ella "no funciona" socialmente ni antes, durante o después de la propia guardia.
Evitar dar explicaciones sobre las guardias
Otros compañeros del sector, en cambio, más reacios a dar explicaciones sobre estos tunros, ha subrayado que la gente no va entender la situación de estos profesionales y por tanto,
no hay que perder el tiempo intentando que lo comprendan. "Las personas entienden lo que quieren", ha incidido.
En cambio, un médico, lejos de dar su opinión respecto a estas jornadas, directamente ha preguntando que cuándo se van a abolir de una vez por todas. “¿
Cuándo las vamos a quitar del sistema?", ha incidido
¿Qué es lo más peligroso de las guardias de 24h?
Además de los problemas mencionados, los profesionales sanitarios que ejercen este tipo de turnos coinciden en un aspecto:
son extremadamente peligrosas. Pero no solo para ellos, sino también para los propios pacientes.
Según explicó
Julio Castro, médico de Urgencias, a
Redacción Médica, una mañana que se encontraba saliente de guardia estuvo a punto de tener un
accidente que casi acaba con su vida. Y es que, durante el trayecto de vuelta a casa, sus ojos poco a poco se fueron cerrando de lo cansado que estaba y tuvo que dar un volantazo para
evitar estrellarse en mitad de la carretera. “También me he tenido que parar en una gasolinera a descansar para luego poder llegar sano y salvo a mi domicilio”, explicaba.
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