De "suspender todo" a estudiar Medicina: "Nunca fui la típica empollona"

Suspender todas las asignaturas durante el colegio y acabar estudiando Medicina puede sonar a milagro, pero para Reyes Del Río ha sido más bien una revancha contra los clichés y contra sí misma. "Yo he suspendido siempre", empieza detallando sin rodeos. "En Primaria, en la ESO… mi madre me decía 'solo te pido un cinco, no un diez', pero ni eso conseguía". Sin embargo, a pesar de su expediente y tras intentarlo varias veces, consiguió por fin entrar a Medicina. 

Según detalla en un vídeo publicado en su perfil de TikTok, las malas notas se convirtieron en su rutina, hasta el punto de que un profesor recomendó a sus padres llevarla a Salud Mental para ver "qué pasaba con ella". "Al final me dieron el alta en la segunda sesión porque ya había recuperado todo. Y así era siempre: suspendía, recuperaba, pasaba", añade.

@reyesdelrio Literalmente de pequeña pensaba que de mayor iba a acabar siendo vagabunda porque me decían que el cole era para tener un trabajo #medicina #ci #tdah sonido original - REYES

Una FP para entrar a Medicina

Con los años, Reyes empezó a sentirse "inútil". "Tonta no me he sentido nunca, pero sí inútil. Yo veía que los demás cumplían sus objetivos y yo no". Todo cambió cuando, tras un episodio de ansiedad, le hicieron un test de inteligencia. "El resultado superaba la media. No tenía sentido. Pensé: seguro que si lo repito sale mal. Así que mejor lo dejamos así, que la gente piense que soy lista", bromea esta estudiante de tercer curso.

Aun así, seguir el camino "oficial" hacia Medicina no parecía posible. "La nota de corte es altísima, y yo sabía que con Bachillerato no me daba. Pero hay otros caminos". Reyes decidió matricularse en un grado superior de Anatomía Patológica y, ahí, todo empezó a encajar. "El grado te da diez puntos, y si haces bien las específicas puedes llegar a catorce. Pero lo mejor fue que por fin estaba estudiando algo que me gustaba. Y eso lo cambia todo".

Estudiar Medicina no es imposible

Reyes logró un 9,5 de nota media en el grado y, con las específicas, consiguió acceder a la carrera que siempre había visto como imposible. "Nunca he sido la típica empollona de sobresalientes. Solo necesitaba otro camino", resume. "Sigo teniendo la sensación de que he tenido suerte. Pero al final, suerte no: ha sido esfuerzo y confianza". 

Su consejo para quienes sueñan con una bata blanca pero no creen que no conseguirán la nota de corte es claro: "No os quedéis con la idea de que solo hay una forma de entrar. Si queréis estudiar Medicina, lo vais a conseguir. A la primera, a la segunda o a la cuarta, pero vais a entrar".