Los escándalos sobre la leche contaminada con salmonela de Lactalis se siguen sucediendo. Después de tener que retirar varios lotes de producto y de infectar a bebés de más de 80 países, el Gobierno de Francia (del que es originaria la multinacional que preside Besnier) ha acusado a Lactalis de no informar de un caso de contaminación por estas circunstancias en 2011, a pesar de que las empresas del país, por ley, tienen la obligación de hacerlo. Pero no solo eso. Varios grupos de alimentación aseguran que han seguido recibiendo los lotes de leche de Lactalis después de la fecha límite de retirada. Unos hechos que han llevado a las asociaciones de consumidores y de padres afectados a presentar una querella contra la compañía para evitar, según dicen, que “este escándalo se salde con impunidad”.