Óscar López Alba. Madrid
¿Cómo ve la situación del SNS desde su nueva responsabilidad? Compartimos con muchos ciudadanos la preocupación por el momento delicado que atraviesa el país. CESM, como ya ha estado haciendo, tratará de defender el Sistema Nacional de Salud (SNS), uno de los logros principales de la sociedad española. Los médicos podemos contribuir a mejorar la eficiencia, y a más cosas. ¿No es esta una coyuntura difícil para las reivindicaciones laborales propias de CESM?
Existen evidencias que señalan que el rendimiento del médico queda expuesto a las condiciones en las que trabaja. Por eso, si la Administración quiere buscar la eficiencia deberá prestar más atención a este aspecto. Una de las peticiones en las que usted más ha hecho hincapié durante su trayectoria sindical es en la llamada jubilación a la carta. ¿Será una de las banderas de CESM en esta nueva etapa? El tema de la jubilación no solo preocupa al ámbito médico. Lo que nosotros queremos es que se ponga en valor la labor que realiza el médico a través de toda su trayectoria profesional y las características especiales y dificultades que supone el ejercicio de la Medicina. La vida laboral se mide por años trabajados, pero si atendemos a las horas reales, el médico trabaja más horas que ningún otro trabajador, incluyendo a las otras profesiones del SNS. Cualquier persona debe ver razonable que se escuche esta reivindicación, porque no es justo que al existir un tope de 40 horas semanales, no se computen todas las horas que realmente trabaja un médico. Porque esas horas de más conllevan un sacrificio personal, familiar y social. ¿Y la reforma de las pensiones ha venido a agravar esto? Claro. El Gobierno ha aumentado hasta 38 los años que se han de cotizar. Esto significa que muchos médicos no van a poder alcanzar ese tiempo ni con un milagro. Muchos son contratados por jornadas, y hacen 24 horas y sin embargo solo se les computa como a un trabajador contratado que hace 8 horas, y no las tres jornadas que hace en una. Eso chirría y es una injusticia, porque a estos profesionales, que han contribuido de forma decisiva a la calidad del SNS, se les va a jubilar con una pensión mermada. La tendencia y recomendación europea desde los años 80 es la flexibilidad, que no solo se tomen en cuenta las horas. Porque cuando alguien está mal, trabaja peor, y en nuestro caso el paciente no solo busca el apoyo técnico, sino también el humano, y debemos estar en las mejores condiciones para dárselo. Pasando al plano organizativo de CESM, ¿cómo ha quedado exactamente la situación tras la renuncia de Andrés Cánovas? Él decidió delegar las funciones, pero no hay dimisión, por lo que su vuelta depende de su propia decisión. Lo importante es que vamos a continuar una línea de trabajo que seguirá persiguiendo los mismos objetivos. Pero en junio hay Congreso Nacional de CESM, ¿piensa postularse como presidenta entonces? Para entonces queda tiempo y de momento tenemos que atender otras ocupaciones. Creo que el fin debe estar por encima de todo, y no hay que personalizar. Durante el mandato de Cánovas, desde fuera, ha dado la sensación de que ha sido una figura más en la sombra, con poca trascendencia pública. ¿Esa va a ser la línea a seguir?
Mi intención es tener la visibilidad oportuna en cada momento. En este sentido hay que fijarse en los estatutos y seguirlos. Ahí marcan unas determinadas funciones para el presidente y para el secretario general, y hay que cumplirlas. No tengo interés en protagonismos que no me corresponden. |