El Organismo insta a desarrollar buenas prácticas en la gestión hospitalaria y en la compras públicas de fármacos

Banco de España: la sanidad debe "revisar" su financiación y prestaciones
Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España


28 may. 2019 18:10H
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El Banco de España ha publicado su informe anual sobre la economía española, con un análisis del año 2018. Entre sus conclusiones, el organismo destaca la necesidad de revisar la financiación y el nivel y eficiencia de las prestaciones del Sistema Nacional de Salud.

El envejecimiento poblacional, señala el documento, "tendrá un efecto muy pronunciado sobre las finanzas públicas". La importancia de la reducción de los desequilibrios presupuestarios y de la deuda pública se ve acrecentada cuando se tiene en cuenta el reto que supone el envejecimiento poblacional a largo plazo. Por ello, las estimaciones más recientes anticipan un incremento significativo del gasto público en pensiones, sanidad y cuidados de larga duración. 

El organismo señala las consecuencias que los cambios demográficos pueden tener sobre las políticas sociales y llama la atención sobre la necesidad de "introducir reformas en los sistemas públicos de pensiones y de salud y dependencia".


Eficiencia del sistema sanitario


El documento también señala otros factores que determinan la inversión en salud más allá de la longevidad. "En primer lugar, incrementos de la eficiencia del sistema sanitario hacen que se puedan ofrecer más servicios a un coste menor. En segundo lugar, existe evidencia, aunque no del todo 

La demanda de servicios de salud aumenta con la renta agregada y aparecen nuevos tratamientos de coste elevado


concluyente, acerca de la asociación de aumentos de la longevidad con mejoras de salud en edades avanzadas, por lo que no todo el aumento de la longevidad se traduce en mayores demandas de servicios de salud", explica el Banco de España.

Por otra parte, señala el organismo, "la demanda de servicios de salud aumenta con la renta agregada y aparecen nuevos tratamientos de coste elevado, por lo que cabe esperar que, aun teniendo en cuenta posibles aumentos de la eficiencia del sistema sanitario y mejoras en las condiciones de salud de la población de mayor edad, el gasto en servicios de salud y en cuidados de larga duración aumente significativamente en las próximas décadas".

De hecho, las tendencias recientes muestran un aumento del gasto que no puede explicarse completamente ni por factores demográficos ni por aumentos de la demanda de servicios de salud asociados al crecimiento de la renta de los hogares.

Aumento del gasto en tecnología


El impacto de la tecnología en el sector de la salud también está provocando un aumento del gasto, "que puede acentuarse a medida que el envejecimiento de la población se haga más intenso, y que 

El impacto de la tecnología en el sector de la salud también está provocando un aumento del gasto


dependerá de en qué medida el incremento de la longevidad se produzca en situaciones de buena salud o con necesidad de mayores cuidados sanitarios y de dependencia", añade el documento.  

Otro dato a destacar del informe del Banco de España es el derivado de los cuidados de larga distancia. Dentro del sistema de cuentas de salud, se incluyen como cuidados de larga duración una partida del gasto sanitario total (los servicios de atención de larga duración) y otras no incluidas en esa categoría (el suministro de servicios sociales en especie y el suministro de servicios sociales en efectivo para personas enfermas o discapacitadas). En España, la provisión total de estos dos tipos de servicios supone el 0,94 por ciento del PIB, y su provisión es principalmente pública. 

Productos farmacéuticos con prescripción


"Las presiones sobre el gasto en salud y en dependencia obligan a revisar tanto su financiación como el nivel de las prestaciones que se ofrecen y la eficiencia en su provisión". A pesar de la elevada 

El gasto sanitario podría aumentar hasta el 6,4 por ciento del PIB a mediados de siglo


incertidumbre a la hora de hacer proyecciones sobre este tipo de gasto derivada de los aspectos comentados anteriormente, se estima que, a mediados de este siglo, el gasto sanitario podría aumentar hasta el 6,4 por ciento y, en servicios de larga duración, hasta el 2,2 por ciento del PIB.

Según destaca el informe, esta última cifra podría incluso ser superior si existiera una mayor demanda social de este tipo de cuidados derivada de un descenso de la provisión informal por parte de las familias, como consecuencia de una mayor tasa de actividad. Por consiguiente, además de asegurar una adecuada financiación para el aumento del gasto esperado, es imprescindible identificar y desarrollar buenas prácticas tanto en la gestión hospitalaria y ambulatoria como en las compras públicas y en la provisión de productos farmacéuticos con prescripción.




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