Su concentración en países de bajos recursos como India reducen el interés por desarrollar un tratamiento

María Velasco, portavoz de Seimc asegura que los síntomas del virus letal Nipah pueden aparecer años después en algunos casos.
María Velasco, portavoz de Seimc.


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Cuando se trata de una amenaza vírica, el riesgo nunca puede ser cero. Sin embargo, en el caso del virus mortal Nipah, los niveles de alerta en España todavía son reducidos, puesto que, todavía el foco de contagio, situado en India y Bangladesh todavía "es lejano" lo que, sumado a su forma de transmisión, dificulta que llegue de forma masiva a nuestro país. Aún así, dado su potencial pandémico y su grado de letalidad, desde la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc) recomiendan a los profesionales sanitarios "empezar a tenerlo en el radar". 

Este virus zoonótico se habría desplazado de Malasia, donde fue detectado por primera vez en 1999, hasta India, donde mantiene, a día de hoy, el epicentro de contagios y habría causado recientemente la muerte de una joven de 18 años en la región de Karala. No obstante, aunque los últimos brotes se habrían concentrado en esta zona del sur de Asia y "hay cada vez más personas afectadas", el número de casos de infección documentados se sitúa por debajo de mil, según martiza María Velasco, portavoz de Seimc.

Sin alarma, pero prevenidos 


A la vista del recorrido efectuado por este virus letal, la experta no ve muy probable que dicho microorganismo recale en territorio nacional, aunque insiste en mantener todas las medidas preventivas en relación al turismo. "No es un virus que ahora mismo genere una alerta grande pero está bajo vigilancia. Entonces, aunque no tenemos que alarmarnos, sí tenemos que prepararnos para este virus y para otros que pueden llegar", advierte. 

Por este motivo, a ojos de la que fuera responsable del Grupo de Estudio de Patologías Importadas de la Seimc, resulta clave que haya sanitarios "entrenados" y expertos en aquellos centros donde se tratan y previenen las enfermedades del viajero. "Hay que tener también profesionales que conozcan este virus, para que puedan hacer un consejo de prevención adecuado", insiste. 

Así, resulta clave, dice, que las personas van a visitar zonas donde puede estar el virus circulando, como India o Bangladesh, "tengan claros los consejos para evitar la infección". Esto es, no tomar la salvia de las palmeras que se consume en algunos países, evitar contacto con cerdos y murciélagos -al ser estos últimos los principales transmisores del virus-, y no consumir frutas que no hayan estado lavadas y peladas de forma adecuada. Sobre todo, a la vista de aquellos casos de infecciones, en los que "no han aparecido síntomas hasta pasados varios años". 

Interés bajo en desarrollar una cura 


En una etapa inicial, la persona que ha contraído el virus presentaría "un cuadro de tipo gripal", seguido de síntomas "más peligrosos" al afectar al sistema central. En estos casos, se "produce bajo nivel de conciencia, obnubilación y encefalitis, que es lo que hace al virus que sea mortal". De hecho, se distingue por su "alta tasa de letalidad", la cual, será más o menos elevada en función de "los medios disponibles de soporte" en el entorno del paciente. 

Aunque se ha detectado una proteína para poder identificar este virus, de momento los tratamientos para hacerle frente se encuentran en fase de desarrollo. Según relata Velasco, actualmente existen iniciativas de investigación en torno a la patología que causa este virus, al estar incluida en el paquete de enfermedades que la Organización Mundial de la Salud (OMS) "clasifica como prioritatia" pero, al no afectar a una gran parte de población o a un tipo concreto "que puede adquirir los fármacos", hay un menor interés por encontrar cura. "Tiene potencial pandémico, pero si empezara a diseminarse y afectara a muchas personas, pues seguramente los recursos que se invirtieran serían mucho mayores". 

¿Cómo se produce el contagio? 


En lo que se muestra confiada Velasco es en el alto nivel de vigilancia que se mantiene en las operaciones de importación y exportación de ganado a la hora de evitar una posible transmisión, sobre todo, en relación a los cerdos como reservorio de este virus y una de las especies donde más fácilmente se produce el contagio. Y es que, frente a la gran cantidad de especímenes que alberga nuestro país, España puede presumir, según Velasco, de tener "muy buenos controles veterinarios en fronteras". 

Y es que, aunque "no acaba de estar del todo claro", si parece que el contacto humano con secreciones o restos de murciélagos o cerdos infectados peuede ser una vía de transmisión clave. Animales domésticos, como perros o gatos, también pueden infectarse si bien, no actuarían como "amplificador" tal y como ocurre con el ganado porcino. 
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