Juan Fidalgo y Juan Ramón Prieto.
La
conciliación es ya una de las claves del mundo laboral. Cada vez son más los trabajadores y empresas que recurren a planes que permiten
compatibilizar el empleo con la vida personal o familiar. El sistema sanitario español, tanto en el ámbito público como en el privado, también es partícipe de esta hoja de ruta. No obstante, los profesionales aún lo ven como una utopía. E incluso dictan sentencia:
“Es imposible conciliar en sanidad cuando no existen los recursos suficientes”.
Estas palabras pertenecen a Juan Fidalgo (Madrid, 56 años). Este facultativo es uno de los
anestesiólogos del Hospital Clínico San Carlos en la capital española. A ello se suma que es padre de tres hijos y que, como cuenta, cada verano, navidad o época de vacaciones, tiene que hacer
“encaje de bolillos” junto a su mujer, que también forma parte del colectivo médico.
La ‘misión imposible’ de conciliar en la pública
“
La conciliación es un derecho nominal pero no un derecho real. España es el país de los derechos que no se pueden ejercer”, apunta Fidalgo en conversación con
Redacción Médica. Este médico de la sanidad pública, además, explica el por qué de esa ‘misión imposible’. “Si yo quiero conciliar es a costa de que
se endose el trabajo que dejo de hacer a mis compañeros, con lo cual se acaban generando conflictos, sobre todo en el actual escenario de
sobrecarga asistencial que padecemos”, cuenta.
Es en este punto de la conversación donde el anestesiólogo indica que “este escenario, ya de por sí, no invita a solicitar los permisos de conciliación salvo en situaciones extremas”. “Actualmente
las plantillas de los servicios están extraordinariamente ajustadas por lo que ya resulta difícil cubrir todas las incidencias diarias como para dar cobertura también a las solicitudes de conciliación”, incide sobre el asunto. A todo ello añade que “la
concesión de cualquier permiso se supedita siempre a las necesidades del servicio, que raramente suelen estar completamente satisfechas”.
Fildago desvela cuál es su estrategia. “Mi mujer y yo tenemos guardias obligatorias, y cuando no podemos coordinarnos, hemos tenido que
recurrir a nuestros padres”, cuenta. “Se sacrifica todo en aras de la asistencia sanitaria. No hay nada más”, remata.
Sus palabras no se quedan ahí. Y es que este anestesiólogo se remonta a hace cinco años. “Hemos pasado por la pandemia del covid donde nuestros hijos ya fueron los grandes ‘sacrificados’ Pero casi todo sigue igual. Ahora todos aducen la
manida falta de profesionales, que en nuestro país no es tal sino la ausencia de
condiciones laborales adecuadas que incentiven a trabajar y permanecer en el sistema”, recalca tajante.
La situación en la sanidad privada
La
sanidad privada también dispone de planes de cara a la conciliación. Así lo explica Juan Ramón Prieto, un pediatra de 54 años en conversación con este periódico. Su caso es algo distinto al de Fildalgo, y es que este facultativo explica que no tiene hijos, aunque sí tiene problemas a la hora de conciliar.
Este especialista de la sanidad privada cuenta que sus
principales obstáculos se encuentran cuando tiene que realizar guardias “los fines de semana, festivos o noches”, donde, según él, hay una “lógica incomodidad”. “Tengo problemas para coincidir con mi mujer”, relata Prieto.
No obstante, este médico no muestra la contundencia de su compañero en este reportaje.
“Las guardias están unidas a la profesión y tiene poca solución”, reitera. Aún así, sí que advierte de que en el caso de los compañeros con hijos “los problemas crecen” y apunta a la existencia de permisos y excedencias para padres.
La conciliación sigue siendo uno de los
planes pendientes de la sanidad española. Uno de los pilares, de una nueva ‘hoja de ruta’ que guiará los planes de trabajo del futuro y que ambos sistemas -el público y el privado- ya tienen en mente.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.