El Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) lidera y financia un proyecto de investigación sobre envejecimiento saludable

Una de cada cuatro personas mayores de 65 años en España sufre depresión
Carmen Rodríguez y Maria João Forjaz.


20 jul. 2021 10:30H
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El Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) lidera y financia el proyecto de investigación Quality of Life and Ageing in Spain, Sweden and Portugal (QASP), que acaba de cumplir dos años y medio y su conclusión está prevista para finales de 2021. No obstante, acaba de publicarse un documento resumen (policy brief) con las primeras conclusiones, entre las que destaca que una de cada cuatro personas mayores de 65 años en España sufre depresión.

El objetivo de este proyecto es investigar el envejecimiento activo y saludable y la calidad de vida de personas mayores en tres países europeos, dos del sur de Europa (España y Portugal) y uno del norte (Suecia). Maria João Forjaz, investigadora del Centro Nacional de Epidemiología del ISCIII, es la coordinadora del proyecto, que cuenta con un equipo multidisciplinar formado por médicos, psicólogos, sociólogas, estadísticas y geógrafos, además de una gerontóloga y una ingeniera.

En España, advierte el documento, las personas mayores de 65 años representan casi el 20 por ciento de la población y se prevé que este porcentaje crezca significativamente en los próximos años. En concreto, y según el Instituto Nacional de Estadística, el porcentaje continuará creciendo hasta alcanzar el 31 por ciento en 2050.

Por ello, "afrontar esta situación demográfica es uno de los principales retos de la sociedad en la actualidad", destacan los investigadores. Uno de los desafíos más relevantes que señalan es ocuparse de lo que se ha denominado "epidemia de la soledad", esto es, el impacto negativo que la soledad no deseada y el aislamiento social tienen en la salud mental y la calidad de vida de las personas mayores.

Según los datos que han recopilado, en España, un 20 por ciento de las personas mayores de 65 años declara niveles altos de soledad, un 25 por ciento de aislamiento social y 1 de cada 4 sufre depresión. 

Perfil de la soledad en España: Mujer, mayor y con baja renta


Las características principales de las personas que declaran sentirse solas son las de ser mujer, tener edad elevada, de bajo nivel educativo y renta, con problemas de salud física y mental, deterioro cognitivo y sensorial y, consecuentemente, bajos niveles de calidad de vida, destaca la investigación. 

Por otro lado, los autores advierten que "una mala salud mental está estrechamente asociada con la soledad y el aislamiento social". En España, las personas con depresión presentan una calidad de vida hasta un 17 por ciento menor que las personas sin este problema de salud mental.

"La gestión del envejecimiento demográfico es uno de los principales retos para la sociedad, que requiere de actuaciones concretas, principalmente en términos de cuidados y servicios asistenciales sociales y de salud, siendo imprescindible tomar conciencia de que una mayor longevidad no siempre va acompañada de unas buenas condiciones y calidad de vida", advierten los expertos. 

Recomendaciones sanitarias frente a la depresión


Para afrontar la soledad no deseada y el aislamiento social en personas mayores, los investigadores apuestan por desarrollar mecanismos de detección precoz de los problemas de soledad y aislamiento social en personas mayores, mediante una adecuada coordinación de los servicios sociales y sanitarios. Además, abogan por la creación de figuras profesionales dedicadas a ello.

Para hacer frente a los problemas de salud mental de los mayores, los autores instan a "fomentar la evaluación y detección precoz del malestar emocional de las personas mayores, particularmente de depresión y ansiedad, además de déficits sensoriales, dotando a los profesionales de los servicios sociosanitarios de los conocimientos y recursos necesarios para ello".

También recomiendan organizar actividades integrales y multidimensionales que estimulen las capacidades físicas, cognitivas, psicológicas y sociales, "adaptadas a las especificidades y condiciones de cada persona, con especial atención a aquellas más vulnerables".

Además, apuestan por desarrollar intervenciones sobre la enfermedad crónica y el malestar emocional orientadas a la mejora del estado de salud general de las personas mayores, promoviendo la continuidad del cuidado y la acción de equipos multidisciplinares que trabajen por mantener niveles óptimos de estado funcional, prevenir enfermedades y controlar, revertir o retrasar el deterioro físico, sensorial y cognitivo.
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