La especialidad pide atajar el máximo histórico de suicidios aplicando la receta de países que lograron reducir su tasa

Psiquiatría da al suicidio rango de plan nacional específico y multinivel
Víctor Pérez Sola, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB).


17 ene. 2022 19:00H
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Detrás del pico máximo de suicidios en España alcanzado en 2020 se esconde una ausencia "vital" en la lucha contra una patología mental que se expande más que nunca entre la población: la falta de un plan de prevención a nivel nacional dotado de un presupuesto específico, según los expertos. “España debe atajar la alta tasa de suicidios porque hasta ahora no lo estamos haciendo. Otros países lo han logrado, solo tenemos que seguir su receta”, señala el presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB), Víctor Pérez Sola.

Una receta que pasa por implementar un plan común: “A nivel nacional no tenemos un plan de prevención del suicidio. Lo único que hay en la estrategia de salud mental es un apartado de prevención. A nivel autonómico sí que hay varios, pero tenemos un problema con la implementación porque para ello hace falta un presupuesto y muchas veces no lo hay”, detalla el especialista.

En dicho apartado de la Estrategia de Salud Mental, Sanidad asegura que "se ha decidido la conveniencia de incluir una línea estratégica exclusiva dedicada a la prevención de la conducta suicida en la que se fijan objetivos y acciones a llevar a cabo por las comunidades autónomas", y reconoce la conducta suicida como un problema de salud pública.

¿Cómo se pueden reducir los suicidios?


En caso de que Sanidad llevara a cabo el diseño del plan, Peréz Sola asegura que no debería hacerse nada orginal, ya que "está todo inventado ya". “La tasa de suicidio en España es más baja que la media europea, pero hay otros países como Dinamarca, Hungría, Irlanda o Suecia que ya han hecho los deberes logrando reducir drásticamente su número de suicidios”, explica Sola.

El caso más significativo es el de Dinamarca. Entre 1993 y 2003 logró reducir a la mitad la tasa de suicidios, pasando de 22,3 casos a 11,7 cada 100.000 habitantes. Una cifra cercana a la actual de 10,7. “Es cierto que nosotros partimos de un 7 cada 100.000. Nos va a costar más reducirla a la mitad”, reconoce el psiquiatra.

Más allá de las cifras, lo que tienen en común los países que han logrado combatir el suicidio es la elaboración de un plan multinivel específico de prevención del suicidio. “Solo con una intervención no se soluciona nada”, reclama Pérez Sola.

¿Qué debe contener el plan multinivel para prevenir el suicidio?


Según detalla el especialista, el primer paso es dar una intervención muy importante en personas en riesgo, entendiendo estas como las personas que han pensado en el suicidio o han tenido una tentativa de suicidio.

“Hay que darles un tratamiento adecuado y de forma proactiva. En Cataluña está el código riesgo suicidio y en Madrid un instrumento parecido que asegura que las personas en riesgo visiten el sistema de una forma proactiva”, detalla el presidente de SEPB.

En otro nivel más generalista, los ejemplos de países vecinos han demostrado que es muy eficaz reducir los puntos negros. “Es otra medida que hay que hacer. Por ejemplo, si sabemos que el metro es una herramienta de suicidio muy importante hay que realizar una tarea de prevención e impedir que la gente salte a las vías poniendo puertas de metacrilato que lo impidan. O si sabemos que hay un edificio desde el que se precipita la gente, ponemos una vaya alrededor para impedirlo. Son medidas muy eficaces y que tienen un coste relativamente barato”, asegura Pérez Sola.

El psiquiatra también recuerda la importancia de colaborar con los medios de comunicación.“Es muy importante que se hable del suicidio, y se hable bien. Tratando a este como una consecuencia de una enfermedad mental y como lacra social que tiene remedio si hacemos algo para remediarlo”, reivindica Pérez Sola.

Un cambio en el concepto social del suicidio


Por último, deberíamos abordar el considerado por el especialista como “el nivel que más difícil de cambiar”, el concepto social del suicidio. “No se tiene que ver como un problema que afecta a otros ni a gente con genética suicida o con problemas mentales. Nos puede afectar a todos y hay pocas familias que se escapen de suicidios cercanos a ellos”, destaca Pérez Sola, quien compara la prevención del suicidio con la de los accidentes de tráfico: “Si ves a alguien borracho le dices que no coja el coche”.

Normalizar el suicidio también implica hablar de ello, y es que, según asegura Pérez Sola, mucha de la gente que sobrevive afirma con frecuencia que se lo quisieron decir a alguien, pero no encontraba a quién decírselo, “muchas veces” ni en el sistema sanitario.

Miedo profesional a hablar del suicidio


Lo que sucede en el sistema sanitario y a sus profesionales está intrínsecamente ligado a lo que ocurre en la sociedad y socialmente “cuesta mucho” preguntarle a alguien si ha pensado en matarse. “La falta de atención no es por el déficit de profesionales, a todos nos cuesta mucho hacer esta pregunta. Hablo de todos, de Atención Primaria y de los profesionales de la red de Salud Mental. Probablemente, nosotros estemos más acostumbrados, pero el resto del sistema sanitario no está acostumbrado y cuesta”, reconoce Pérez Sola.

Según explica Pérez Sola, la gente que está pensando en suicidarse está deseando hablar de ello. “Hay que hacer un cambio del concepto social sobre el suicidio y no va a ser rápido. Ahora mismo ir sin casco en una moto es muy raro y todo el mundo le diría a alguien que dónde va sin él, pero el cambio ha llevado su tiempo. De momento hay que asegurarse que la gente en riesgo tiene un tratamiento y seguimiento adecuado”, asegura el presidente de SEPB.
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