Redacción Médica accede al borrador del plan del Ministerio de Sanidad para los años 2021-2026

DOCUMENTO| La nueva Estrategia de Salud Mental que planea Sanidad, completa
Carolina Darias, ministra de Sanidad.


23 jul. 2021 19:00H
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Redacción Médica ha accedido a la nueva actualización de la Estrategia de Salud Mental para 2021- 2026, que se compone de 10 líneas estratégicas y que, previsiblemente, volverá a someterse al Consejo Interterritorial en otoño. 

Esta nueva estrategia cuenta un nuevo enfoque basado, según indica el propio texto, "en los derechos de la ciudadanía, la integración social, la lucha contra el estigma, la promoción de la salud mental y la prevención de los trastornos mentales, la prevención de la conducta suicida y la recuperación de la persona".

- Acceda aquí al borrador de la Estrategia de Salud Mental -

Los trabajos de actualización también han tenido en cuenta la pandemia de Covid-19, lo que les ha llevado a añadir un capítulo dedicado a la importancia de prestar especial atención a la salud mental de la población durante y tras una pandemia

"El incremento esperado en la prevalencia de problemas de salud mental durante una pandemia precisa de una respuesta adecuada y que puede ser necesario prolongar una vez superada", aseguran. 

Las mujeres presentan índices más elevados de depresión o ansiedad; los hombres de consumo de sustancias y suicidios



El enfoque de género también está muy presente en toda la estrategia "para garantizar la adecuación de los programas y servicios de salud mental a las características diferenciales de mujeres y hombres". Por ejemplo, recalcan que en los menores de 14 años la prevalencia de los problemas de salud mentales es mayor en los chicos, entre los 15 y 19 años se equipara en ambos géneros y a partir de esa edad son las mujeres las que tienen una mayor prevalencia que los hombres. Las mujeres presentan índices más elevados de depresión, ansiedad, estrés, somatizaciones y trastornos de alimentación, mientras que los hombres presentan índices más elevados de consumo de sustancias, suicidios y trastornos antisociales.

Diez líneas estratégicas 


En concreto, el plan, que no cuenta con presupuesto económico como adelantó Redacción Médica, recoge diez líneas estratégicas:

1. Autonomía y derechos. Atención en la persona. Entre las recomendaciones, establecen que hay que "reducir progresivamente al mínimo imprescindible las intervenciones que van en contra de la voluntad de la persona con trastorno mental, así como cualquier otra medida restrictiva y generar las condiciones que las hagan innecesarias" e "implementar en todos los servicios un protocolo de actuación y un registro del uso de las contenciones y otras prácticas coercitivas y hacer un seguimiento de su evolución". 

2. Promoción de la salud mental de la población y prevención de los trastornos mentales. Entre otras recomendaciones, instan a "sensibilizar y formar a los profesionales de las diferentes disciplinas sanitarias para identificar mejor los malos tratos y abusos sexuales a las personas vulnerables, especialmente a la infancia y adolescencia", y a "promover intervenciones dirigidas a los medios de comunicación para implicarlos en la promoción de la salud mental desde las administraciones sanitarias, a nivel nacional y de comunidades autónomas".

3. Prevención, detección precoz y atención a la conducta suicida. Recomiendan fomentar una adecuada continuidad de cuidados de las personas que han realizado una tentativa de suicidio y promover la formación y capacitación de los y las profesionales de Atención primaria, de Medicina, Enfermería y Trabajo social en identificación de grupos de riesgo y en técnicas de entrevista para la detección y manejo de este riesgo, entre otros. 

4. Atención a las personas con problemas de salud mental basada en el modelo de recuperación en el ámbito comunitario. Entre los objetivos marcan "centrar la atención en la persona y sus necesidades y realizar Planes Individualizados de Atención (PIA) en el marco de una alianza terapéutica, con participación activa de la persona" o "potenciar las intervenciones psicoterapéuticas individuales, familiares y grupales de cuya eficacia se tiene conocimiento", tal y como recoge el documento al que ha tenido acceso este medio.

5. Salud mental en la infancia y en la adolescencia. "La atención a la salud mental en la etapa de la infancia y la adolescencia representa una prioridad para todos los agentes sociales", aseguran en este apartado. Como objetivos específicos marcan fmentar campañas de sensibilización en colectivos claves; implementar proyectos compartidos entre personas en las etapas de la infancia y la adolescencia con y sin problemas de salud mental, con objetivos comunes y en igualdad de estatus; y elaborar programas comunitarios con participación de instituciones y asociaciones que contribuyan a la lucha contra el estigma social.

También recomiendan que los profesionales de Medicina Familiar y Comunitaria, Pediatría y enfermeras de Atención Primaria deben tener una adecuada formación para evaluar a niños y adolescentes con riesgo de depresión y otros problemas de salud mental, registrando el perfil de riesgo en su historia clínica. 

6. Atención e intervención familiar. Instan a asegurar que durante la atención sociosanitaria se realiza una valoración integral de las situaciones y necesidades de las familias, con especial énfasis en las personas cuidadoras principales; facilitar el desarrollo de Programas de Intervención y Apoyo Familiar; o potenciar los equipos de tratamiento asertivo comunitario interdisciplinar (psiquiatría, psicología clínica, enfermería y trabajo social), entre otras. 

7. Coordinación. Entre los objetivos específicos están el implementar con otros organismos, organizaciones y redes asociativas, programas transversales y específicos; incorporar en los programas de salud mental la coordinación entre los recursos públicos y los de las redes asociativas, promoviendo desde las administraciones el asociacionismo de las personas con problemas de salud mental y facilitando la información desde los servicios de Atención Primaria; potenciar la presencia de las asociaciones de personas con experiencia propia en salud mental, familiares y personas allegadas en la toma de decisiones en los procesos de coordinación entre los distintos ámbitos implicados; y establecer y evaluar intervenciones colaborativas entre los sistemas de salud mental infantiles y juveniles con los de personas adultas, protocolizando programas de transición de uno a otro.

8. Participación de la ciudadanía. Facilitar la participación de los agentes sociales y representativos en las estrategias y planes de salud mental; establecer en cada comunidad autónoma mecanismos de participación de los movimientos asociativos, las sociedades científicas y profesionales relacionados con la salud mental en el diseño, planificación y evaluación de los servicios; o establecer en cada uno de estos servicios mecanismos que estimulen la participación interdisciplinar desde una perspectiva de horizontalidad, son algunos de los objetivos específicos. 

9. Formación. En la estrategia recomiendan impulsar una formación desde un modelo centrado en la persona y en el fomento de su autonomía y sus derechos; pomover la formación específica de los diferentes profesionales del ámbito de la salud mental; y fomentar acciones formativas para las personas que realizan cuidados informales de las personas con problemas de salud mental.

10. Investigación, innovación y conocimiento. Entre otros objetivos está el de impulsar el desarrollo de líneas de investigación innovadoras referidas a la relación mujer y salud mental en diferentes ámbitos.


Sin Estrategia ocho años 


El Ministerio de Sanidad comenzó a desarrollar en el año 2006 la Estrategia de Salud Mental del SNS basada en recomendaciones internacionales y de expertos españoles. Tres años más tarde se hizo una segunda versión, que sería aprobada por el Consejo Interterritorial del SNS en 2009. En 2016 se presentó una nueva actualización que nunca llegó a ver la luz. 

Ahora, España puede tener una nueva Estrategia ocho años después en caso de que se apruebe en el Consejo Interterritorial. 

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