Un paciente en revisión oftalmológica.
La
retinopatía diabética continúa siendo una de las principales causas de pérdida de visión en adultos en edad laboral. Pese a los avances en el control de la diabetes, esta complicación ocular, la más frecuente entre las personas con la enfermedad, sigue considerándose una “epidemia silenciosa”, según advierten los especialistas del
grupo Miranza, líder en oftalmología con 40 centros en España, Portugal y Andorra.
Revisiones oculares contra la retinopatía diabética
Los expertos insisten en que la prevención y las revisiones oftalmológicas regulares son la única vía efectiva para
evitar daños irreversibles en la visión. Sin embargo, uno de los mayores desafíos continúa siendo la detección precoz. En sus fases iniciales, la retinopatía diabética no suele presentar síntomas, lo que provoca que muchos pacientes retrasen sus controles visuales, a menudo debido a la carga médica asociada a su patología. “Muchos pacientes llegan a la consulta cuando el daño ya es evidente, y en ese punto solo una
revisión especializada puede detectarlo y tratarlo a tiempo”, explican desde el grupo Miranza.
Los oftalmólogos recomiendan que las personas con
diabetes tipo 1 realicen su primer examen ocular entre los tres y cinco años después del diagnóstico, con controles anuales a partir de entonces. En el caso de la
diabetes tipo 2, el examen debe realizarse desde el momento del diagnóstico, también con seguimiento anual. Con motivo del incremento de casos y la falta de conciencia sobre esta complicación, los especialistas insisten en incorporar la revisión ocular periódica como
parte esencial del tratamiento integral de la diabetes.
Avances y retos para frenar la pérdida de visión en pacientes diabéticos
Los especialistas insisten en que, más allá de actualizar la graduación de las gafas, es fundamental revisar el fondo del ojo de los pacientes para detectar cambios que pueden pasar desapercibidos en etapas iniciales. “El control oftalmológico es indispensable. Durante la pandemia, muchos pacientes evitaron sus revisiones por miedo al contagio, y eso provocó que la enfermedad avanzara sin tratamiento. Hoy seguimos viendo sus consecuencias en consulta”, advierte
Jorge Ruiz Moreno, oftalmólogo del Departamento de Retina y Vítreo de IMO Grupo Miranza Madrid.
Por su parte,
Ruiz Medrano, especialista en la misma clínica, subraya que se han "observado empeoramientos severos y, en algunos casos, ya no es posible recuperar la visión. Las
inyecciones intravítreas pueden frenar la progresión de enfermedades como la retinopatía diabética, por eso insistimos en la importancia de acudir a revisión”.
Afortunadamente, el tratamiento de estas complicaciones ha evolucionado notablemente. Hoy, muchas formas leves se pueden abordar con terapias mínimamente invasivas, como el láser o las inyecciones intraoculares, que ofrecen efectos más duraderos y permiten espaciar las aplicaciones, mejorando la calidad de vida y la adherencia al tratamiento. “La
inyección de fármacos dentro del ojo es un procedimiento sencillo y seguro en manos de un oftalmólogo experimentado. Ha sido clave en la lucha contra la degeneración macular, obstrucciones venosas o el edema macular diabético”, explica I
ñigo Corcóstegui, director médico de Miranza Clínica Begoña, en Bilbao. En casos avanzados, la cirugía sigue siendo imprescindible, especialmente en pacientes jóvenes con diabetes tipo 1, donde las intervenciones tempranas ofrecen mejores resultados funcionales y recuperación visual.
Prevención y control glucémico, clave para la salud ocular
El vínculo entre la diabetes y las complicaciones visuales es directo. “La diabetes puede provocar edema macular diabético, es decir, acumulación de líquido en la retina que conduce a pérdida rápida de visión. En casos graves, puede aparecer un desprendimiento de retina traccional. La prevención, mediante un buen control de la glucemia, es esencial”, advierte
Francisco Barrero, especialista en retina de Miranza Málaga.
Aunque la retinopatía diabética no tiene cura, puede mantenerse bajo control si se diagnostica de forma temprana y se aplica el tratamiento adecuado. Sin embargo, apenas un
25 por ciento de los diabéticos se somete a una revisión anual de retina, y
más del 50 por ciento de las personas que han perdido la visión por esta enfermedad nunca acudieron al
oftalmólogo. Los avances clínicos, combinados con la conciencia preventiva y la atención especializada, abren una nueva etapa en la gestión de la retinopatía diabética. Con todo, priorizar las revisiones oftalmológicas regulares y actuar a tiempo puede
marcar la diferencia entre mantener la visión y perderla para siempre.
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