Diccionario de enfermedades

Retinopatía diabética

Tipos de retinopatía diabética
La retinopatía diabética es una enfermedad de la retina que aparece en los pacientes con diabetes. Es la causa más frecuente de pérdida de visión en los adultos de edades comprendidas entre los 20 y los 74 años. Un paciente diabético tiene de 20 a 40 veces más probabilidades de quedarse ciego que un no diabético. Esta cifra aumenta considerablemente si solo se incluyen pacientes con diabetes tipo 1.

Los pacientes con diabetes tienen un mayor riesgo de desarrollar también cataratas y glaucoma, pero sin duda la complicación más grave de esta enfermedad en los ojos es la retinopatía diabética.

¿Cuáles son las causas de la retinopatía diabética?


La causa de la retinopatía es el daño que producen los niveles elevados de azúcar a los pequeños vasos sanguíneos de la retina, los cuales se van debilitando y van reduciendo el aporte de sangre a la misma. El daño es progresivo y, si no se controla, puede conducir a la ceguera.

Es la causa más frecuente de pérdida de visión en adultos entre 20 y 74 años



Tipos de retinopatía diabética

  • Retinopatía diabética no proliferativa. Es más frecuente en la diabetes tipo 2 (diabetes del adulto). El daño causado por la diabetes debilita los vasos de la retina originando pequeñas hemorragias o escapes de líquido hacia la retina causando pérdida de visión. Al principio no suele producir síntomas pero, según avanza, provoca pérdida de visión lenta y progresiva que puede pasar desapercibida hasta que se presentan los síntomas de la retinopatía proliferativa.
  • Retinopatía diabética proliferativa. Más frecuente en la diabetes tipo 1 (diabetes de la juventud). En este tipo predomina el daño por obstrucción (trombosis) de los vasos sanguíneos. La obstrucción deja una zona de la retina sin riego y el organismo reacciona formando nuevos vasos sanguíneos para mantener el riego en la zona. Los vasos de nueva formación son anómalos y frágiles y sangran con frecuencia (hemorragia vítrea) pudiendo ocasionar una pérdida de visón brusca o percibirse como manchas que oscurecen la visión de forma parcial. Al mismo tiempo, el sangrado hace que se formen cicatrices que pueden tirar de la retina y romperla o desprenderla (desprendimiento de retina). En otras ocasiones los nuevos vasos se forman en el iris y obstruyen la salida de líquido del ojo, causando un aumento de la presión que puede llevar a la aparición de un glaucoma.
El porcentaje de pacientes con retinopatía diabética en la diabetes tipo 1 es:
  • Del 25 por ciento tras 5 años de evolución.
  • Del 60  por ciento tras 10 años de evolución.
  • Del 98  por ciento tras 15 años de evolución. De ellos el 26 por ciento presenta la forma proliferativa.
  • Del 100 por cien tras 20 años de evolución. La mitad de ellos con la forma proliferativa.
El porcentaje de pacientes con retinopatía diabética en la diabetes tipo 2 es:
  • Del 21 por ciento en el momento del diagnóstico.
  • Entre el 60 por ciento y el 85 por ciento tras 15 años de evolución.

¿Qué factores aumentan el riesgo de desarrollar esta enfermedad?


El riesgo de desarrollar retinopatía diabética depende sobre todo del tiempo de evolución de la diabetes y del control más o menos adecuado de los niveles de azúcar en sangre. Otros factores que pueden aumentar el riesgo de retinopatía y de sus complicaciones son:
  • Embarazo. En mujeres diabéticas, el riesgo de afectación de la retina aumenta durante el embarazo. Si en ese momento ya está presente la retinopatía, la evolución puede empeorar. Las mujeres no diabéticas que desarrollan diabetes durante el embarazo no tienen mayor riesgo de retinopatía.
  • Niveles de azúcar por encima de lo normal de forma mantenida, es decir, un mal control de la diabetes.
  • Hipertensión arterial. La retinopatía de las personas diabéticas con hipertensión arterial progresa con mayor frecuencia hacia la forma proliferativa de la enfermedad.
  • Retraso en el diagnóstico y en el tratamiento de la retinopatía. La revisión oftalmológica de forma periódica no previene la retinopatía pero puede disminuir el riesgo de pérdida grave de visión y de desarrollar complicaciones. El tratamiento temprano puede retrasar la evolución de la enfermedad.
  • Hipercolesterolemia. Algunos estudios sugieren que los niveles elevados de colesterol en sangre aumentan el riesgo de retinopatía. Se desconoce si la disminución de los niveles de colesterol influye en su desarrollo y evolución.
  • Tabaquismo. Aunque no se ha probado que aumente el riesgo de retinopatía, el tabaquismo puede afectar directamente a los vasos sanguíneos de la retina.

¿Cuáles son los síntomas de la retinopatía diabética?


Desde el inicio de la retinopatía puede transcurrir mucho tiempo sin síntomas. La retinopatía diabética suele ser ya grave cuando comienza la pérdida de visión. La pérdida de visión puede producirse de forma lenta y progresiva o de forma brusca.


Los síntomas pueden incluir:
  • Visión borrosa.
  • Visión de “moscas” flotantes.
  • Pérdida total o parcial de la visión.
  • Dolor en el ojo.

¿Cuándo se debe consultar con un médico?


Los diabéticos deben acudir de forma urgente al oftalmólogo si:
  • Observan “moscas” flotantes, especialmente si aumentan significativamente.
  • Se produce una reducción brusca de parte del campo visual, es decir, se deja de ver una parte, como si existiera una cortina o una sombra.
  • Experimentan dolor o sensación de presión en el ojo.
  • Se produce una pérdida de visión repentina.

¿Cómo se diagnostica la enfermedad?


El diagnóstico de la retinopatía diabética incluye:
  • Un test de agudeza visual (determina las letras más pequeñas que una persona puede leer en un tablero situado a una distancia determinada) para detectar una posible pérdida de visión
  • Un examen del interior del ojo (fondo de ojo) con las pupilas dilatadas con gotas.
Si se observaran signos de retinopatía diabética se debe ampliar el estudio con pruebas adicionales:
  • Retinografía. Toma de fotografías en color de la retina.
  • Angiografía con fluoresceína. Consiste en inyectar una sustancia fluorescente en la vena del paciente y tomar fotografías de la retina.
  • Tomografía de la retina. Es un nuevo método rápido e indoloro que permite el diagnóstico y seguimiento de las enfermedades de la retina.

¿Cuál es el tratamiento de la retinopatía diabética?


La retinopatía diabética ya establecida no tiene curación. El tratamiento a tiempo con láser y algunas técnicas quirúrgicas pueden detener la evolución de la enfermedad, aunque la vista que se ha perdido no se puede recuperar. La normalización de los niveles de glucosa en pacientes recientemente diagnosticados, ocasionalmente empeora la visión de forma transitoria, durante los primeros 6 a 12 meses de tratamiento. Sin embargo, a más largo plazo, el control adecuado de la glucosa se asocia con menos retinopatía. Dado que los síntomas pueden no aparecer hasta que el daño de la retina es grave, es fundamental que los diabéticos se revisen la vista al menos una vez al año.
  • Tratamiento láser o fotocoagulación con láser. Consiste en aplicar algunos impactos con láser que permitan sellar los vasos sanguíneos que tengan fugas. Es un proceso indoloro que se realiza a través de la pupila. La fotocoagulación de las áreas de la retina sin riego sanguíneo (por obstrucción) permite impedir la formación de vasos nuevos anómalos, evitando así las complicaciones más peligrosas de la enfermedad. El tratamiento láser administrado a tiempo (antes de que la retina se dañe de forma irreversible) puede disminuir el ritmo de progresión de la enfermedad.
  • Tratamiento quirúrgico. Uno de los procedimientos que se pueden realizar es la vitrectomía que consiste en eliminar el humor vítreo y sustituirlo por gas o por aceite de silicona. Está indicada cuando existen hemorragias del vítreo, desprendimiento de retina y para eliminar cicatrices graves que puedan producir desgarros de la retina.
Aunque no está demostrado que el ejercicio intenso sea claramente peligroso en personas con retinopatía diabética avanzada, en general se recomienda que no se hagan esfuerzos exagerados.

Prevención de daños en la retina


Para disminuir el daño a los pequeños vasos de la retina:
  • Se deben mantener los valores de azúcar, colesterol en sangre y las cifras de tensión arterial dentro de los límites de la normalidad.
  • Es importante abandonar el tabaquismo y realizar ejercicio.
  • Se debe visitar al oftalmólogo al menos una vez al año para realizar un seguimiento. El diagnóstico a tiempo puede prevenir la pérdida de visión y la ceguera.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.