Nerina Montalbán, Gonzalo Campo, Alfredo Pérez e Iván Trasobares.
11 abr. 2018 12:25H
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POR REDACCIÓN
HLA Montpellier ha celebrado el segundo ciclo ‘A comer bien nos apuntamos’, un programa divulgativo sobre alimentación desarrollado en colaboración con Obra Social Ibercaja. La segunda conferencia de este evento giro en torno a la carne de ave y de caza. En este sentido, la nutricionista y responsable de restauración de HLA Montpellier, Nerina Montalbán, ha apuntado que “la carne de ave es muy nutritiva debido sobre todo a su elevado contenido de proteínas. Resulta un plato ideal para personas con estómago delicado por ser muy fácil digerir”.
La carne de ave es fuente de vitaminas del grupo B y también, de minerales de hierro, potasio, magnesio, zinc y fósforo. “Pero la gran ventaja es que el colesterol se concentra en la piel. Retirar la piel antes de cocinar el ave, disminuye considerablemente su contenido en lípidos y, por consiguiente, también su aporte calórico”, indicaba. Específicamente, la carne de pollo, una de las más ricas y apreciadas, destaca por su alto contenido en vitamina B3 y ácido fólico.
Por lo general se conoce a las carnes de aves como carnes blancas, pero es importante reconocer que no todas las carnes de ave son blancas. Esta denominación "carne blanca", responde a una menor concentración de mioglobina, una proteína creada con la unión del oxígeno con el hierro, que es beneficiosa para la musculatura.
La composición nutricional de los animales de caza
En segundo lugar, la ponencia giró en torno a la composición nutricional de los animales de caza, la cual es muy variable y está determinada por factores tales como la especie, la edad, el sexo, el tipo de alimentación, etc. “Por todo esto se hace muy difícil valorar de forma general el aporte nutricional que proporcionan estas carnes, aunque tienen muy poco contenido en grasa”, apuntaba Nerina.
Otra ventaja muy importante es que tienen un mayor contenido proteico, siendo las proteínas de alto valor biológico. También son ricas en hierro y fósforo, y contienen importantes cantidades de magnesio y potasio. “Son un alimento especialmente indicado para las personas que padecen anemia”, recalcaba. En cuanto a su contenido vitamínico, estas carnes destacan fundamentalmente por su aporte en vitaminas del grupo B, al igual que las carnes de abasto.
La nutricionista finalizaba apuntando que “en la dieta mediterránea se considera ideal comer aproximadamente de dos a cuatro raciones de carne blanca a la semana (es decir, pollo y otras aves, principalmente) y que no debería faltar en nuestros platos”.
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