Esta cifra le posiciona como el segundo ramo de aseguramiento con el coste más alto, superado solo por el de automóviles



2 jun. 2015 11:52H
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Cristina Alcalá. Madrid
El seguro de salud gestiona 80.146 siniestros diarios, lo que supone un coste de 13.824.165 euros cada uno de los días del año. Esta cifra le posiciona como el segundo ramo de aseguramiento con el coste más alto, superado solo por el de automóviles, que gestiona un nivel de siniestralidad mucho más bajo al día (28.563 casos) pero cuyo coste es más alto (19.403.226 euros).

Pilar González de Frutos, presidenta de Unespa.

Esta es una de las conclusiones que se arroja de la Memoria Social del Seguro 2014, que la Asociación Empresarial del Seguro (Unespa) ha presentado este martes. También hace especial énfasis a la evolución de las tasas de penetración de los seguros de prestación sanitaria, donde ha crecido, en 2013, hasta casi el 18 por ciento en prestación de servicios y más del 6 por ciento en dental.

En este informe anual se desprende, a su vez, que los seguros relacionados con la defensa jurídica son los que menor coste gestionan al día (34.491 euros para 471), así como el de las pérdidas pecuniarias (228.835 euros para 536 casos), o el de accidentes (533.279 euros para gestionar 555 siniestros diarios).

20 años del seguro de accidentes de tráficos

Precisamente, en el día de hoy, Unespa ha querido resaltar la importancia del aseguramiento frente a accidentes de tráfico, que cumple en esta ocasión 20 años, después de su promulgación en 1995. A lo largo de estas dos décadas, el seguro ha atendido a 9,2 millones de víctimas de siniestros de tráfico, por lo que las entidades han tenido que pagar 49.600 millones de euros, de los cuales, 41 mil millones de las indemnizaciones eran para víctimas o beneficiarios; y 8 mil millones, para la asistencia sanitaria de las víctimas durante 20 años.

Los comprendidos entre 18 y 35 años fueron el colectivo de edad que mayores accidentes de tráfico sufrieron en este periodo, es decir, el 36,6 por ciento de los casos, aunque la mayor parte de estas secuelas fueron de poca gravedad. Le siguen, por peso, aquellas personas que se vieron implicadas en algún accidente pero que, aunque no padecieron secuelas, sí tuvieron que pasar un tiempo de baja hasta la total recuperación (32,3 por ciento).

Por otro lado, los que sí requirieron asistencia sanitaria y tuvieron una incapacidad temporal (IT) que interrumpió, en un breve plazo de tiempo, su actividad cotidiana representaron el 29 por ciento de las víctimas, frente al 2 por ciento restante que constituyen las personas que perdieron a un familiar en un accidente de tráfico.

En cuanto a este último colectivo, destacar que de los 200.000 indemnizados, unos 110.000 lo fueron por ser hijos del difunto. De estos, 23.000 eran menores de edad en el momento del accidente mortal de sus padres. Entre tanto, 64.415 fueron indemnizados por ser padres de la persona malograda en el accidente, mientras que 29.333 eran cónyuges; 20.613, hermanos; y 991, abuelos.

Por comunidades autónomas, Andalucía y Cataluña han sido las regiones donde han sufrido mayor número de lesionados cada año, ya que son las que más afluencia de visitantes reciben en periodos especiales del año como las vacaciones estivales. Además, son territorios extensos y esto provoca que ahí sean frecuentes los desplazamientos interurbanos.

En el polo puesto, Comunidad de Madrid y País Vasco son las regiones que presentan los índices más bajos de siniestralidad grave, ya que son zonas mucho menos extensas y que, en su caso, los núcleos urbanos aglutinan una proporción elevada de la población local, es decir, que predominan los desplazamientos urbanos.

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