El estudio liderado por Marina Pollán, del Instituto de Salud Carlos III, ha sido financiado por la AECC



3 sept. 2014 12:27H
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Jesús Vicioso Hoyo. Madrid
La dieta mediterránea reduce el riesgo de padecer cáncer de mama. Y no en un porcentaje menor: el 30 por ciento, es decir, tres de cada diez mujeres reducirían las probabilidades de desarrollar esta enfermedad si siguen este régimen alimentario tradicional y típico, hasta no hace mucho, en España. Así lo atestigua un importante estudio liderado por Marina Pollán, del Instituto de Salud Carlos III, que ha sido desarrollado por el Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (Geicam) y financiado por la Asociación Española Contra el Cáncer (Aecc).

Miguel Martín, Isabel Orbe, Isabel Oriol, Marina Pollán y Jesús Fernández.


La investigación, en la que han participado 1.017 mujeres con un cáncer de mama recién diagnosticado y otras 1.017 mujeres sanas, ha certificado que la dieta la que conjuga pescado, vegetales, legumbres, fruta y aceite de oliva, principalmente, repercutiría beneficiosamente en la incidencia de este tipo de cáncer, el más habitual entre las féminas españolas: una de cada ocho mujeres la padecerán en su vida. De hecho, cada año se diagnostican 26.000 nuevos casos. Por ello, los datos de este estudio son verdaderamente reveladores, y es que la alimentación basada en la dieta mediterránea se consolida, ya con una importante base científica, como arma preventiva frente a este cáncer. Así que de seguir la dieta mediterránea, unas 8.000 mujeres se ‘salvarían’ de padecer la enfermedad.

Y si se le da la vuelta a la gran conclusión de este estudio, hay un aviso a navegantes: la dieta ‘occidental’ (la que incluye un alto consumo de productos grasos, carne procesada, dulces, bebidas calóricas y bajo consumo de cereales) se asocia, empíricamente, a un mayor riesgo de cáncer de mama. Y esto es un verdadero problema porque el patrón de alimentación ‘occidental’, tal y como señalan los datos de la investigación, es más frecuente en las mujeres premenopáusicas, es decir, en las jóvenes, y su efecto negativo es, por lo tanto, mayor.

Efecto protector

Entre las diversas novedades que aportan las conclusiones del estudio, tal y como ha señalado Marina Pollán, hay una trascendental. Se trata del primer trabajo científico que ha demostrado que la dieta mediterránea tiene un efecto protector frente a los tumores triple negativos, que son los que, en la actualidad, no disponen de un tratamiento quimiopreventivo.

El presidente de la Geicam, Miguel Martín, ha recalcado que en España la incidencia de este tipo de tumores más agresivos es de entre un 10 y 12 por ciento, la mitad que en otros países occidentales, precisamente por la ‘herencia’ de la dieta mediterránea.

La máxima responsable de la AECC, Isabel Oriol, ha puesto el ejemplo de este trabajo como gran exponente de para qué sirven los fondos destinados por su organización no solo a sufragar investigaciones que persiguen mejorar los tratamientos o las técnicas diagnósticas, sino también en prevención: “Lo único que podrá frenar y controlar el cáncer es la investigación”, ha recalcado Oriol.
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