Miguel Ángel Santed, presidente de la Conferencia de Decanos de Psicología, pide cautela ante su uso como panacea

"El mindfulness no tiene evidencia científica que respalde su 'boom'"
Miguel Ángel Santed, presidente de la Conferencia de Decanos de Psicología.


6 jul. 2017 10:30H
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POR LAURA DÍEZ
En los últimos diez años ha proliferado en España el llamado mindfulness como terapia aplicada a numerosos ámbitos, principalmente personal y laboral. Ante el llamado boom de esta práctica, muchos expertos han querido advertir de cuál es su situación real y alertar de los posibles riesgos que puede tener su expansión sin límites. 

Es el caso de Miguel Ángel Santed, presidente de la Conferencia de Decanos de Psicología, que imparte una conferencia sobre el tema en el III Congreso Nacional de Psicología organizado por el Consejo General de la Psicología de España. Bajo el lema "Mindfulness y salud: entre la tradición, la ciencia y la moda", Santed presentará la tradición vipassana de la que surge el mindfulness, el concepto que tiene actualmente y el papel que tiene en las denominadas terapias de tercera generación. 

"El riesgo es que lo usen personas no formadas y acaben haciendo psicoterapia"



"Doy a conocer la evidencia científica sobre su eficacia a la luz de las revisiones sistemáticas y metaanálisis de los datos y su presencia en las guías de práctica clínica. Hablo del boom que ha experimentado tanto en terrenos profesionales como en redes sociales, que no estaría demasiado justificado a la luz de la evidencia científica disponible y trato de explicar esa disociación entre falta de evidencia y el boom que ha tenido", asegura Santed en conversación con Redacción Médica

No es una panacea

Desde su punto de vista, en absoluto es suficiente la evidencia científica que hay con la repercusión de la práctica, por lo que "es preciso que los profesionales nos atengamos a la evidencia. Es decir, el mindfulness sirve para algunas cosas, al menos que se sepa hasta el momento actual, y no se debe, deontológicamente hablando, utilizar como una panacea. Esa es la clave. Démosle el lugar que tiene, ni menos ni más", defiende el psicólogo. 

En su opinión, sí se le está dando demasiada repercusión, incluso hay gente que lo está tomando como solución para todo y esto ha fomentado su enorme crecimiento en todos los sentidos. 

El riesgo de la expansión de esta práctica está, al igual que con el coaching, en que se pueda utlizar para hacer psicoterapia por parte de personas que no tienen la formación requerida. "El terreno de la psicoterapia debía estar reservado para las personas que están habilitadas para ello y capacitadas. Lo que ocurre es que al igual que el coaching, lo utilizan personas que no son psicólogos o psiquiatras y es una forma de entrar por la puerta de atrás al terreno de la psicoterapia", advierte. 

Ese es, según Santed, el peligro de ambas etiquetas, tanto mindfulness como coaching, que un no profesional lo utilice y luego lo que haga de facto sea psicoterapia, "que atienda a personas con problemas que deben ser atendidos por profesionales, psicólogos o médicos. Y yo investigo en mindfulness, yo escribo sobre mindfulness, y yo hago cursos sobre mindfulness. Te lo dice alguien que no odia el mindfulness, sino alguien que lo ama", sentencia el presidente de la Conferencia de Decanos de Psicología. 
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