Sus investigadores han encontrado potenciales biomarcadores de protección contra la enfermedad

El Ciberes acelera los ensayos de la nueva vacuna contra la tuberculosis
Grupo de investigación de Genética de Microbacterias de la Universidad de Zaragoza.


14 jul. 2017 11:40H
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POR REDACCIÓN
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en los dos últimos años la tuberculosis ha superado al sida como la principal causa de muerte debido a enfermedades infecciosas en todo el mundo. La creciente amenaza de cepas resistentes y multirresistentes a los antibióticos hace que el tratamiento sea difícil y, en muchos casos, imposible. La actual vacuna contra la tuberculosis, el bacilo Calmette-Guérin (BCG), consiste en una variante atenuada del patógeno de la enfermedad en vacas y se considera eficaz contra formas graves de tuberculosis pediátrica, pero no contra las formas respiratorias de la enfermedad en adultos, responsables de la transmisión de la enfermedad. Por lo tanto, el desarrollo de nuevas vacunas capaces de prevenir las formas respiratorias de tuberculosis es esencial para el control de la propagación de la enfermedad.

El proyecto europeo del Horizonte 2020, Tbvac2020, se centra en el descubrimiento y desarrollo de nuevas vacunas contra la tuberculosis. Los investigadores de la Universidad de Zaragoza, pertenecientes al Ciber de Enfermedades Respiratorias (Ciberes) del Instituto de Salud Carlos III,  y del Hospital Universitario de Lausana (Suiza) están colaborando en el estudio de Mtbvac, la primera vacuna contra la tuberculosis viva atenuada basada en Mycobacterium tuberculosis. En 2015, Mtbvac completó con éxito la fase 1 de ensayos clínicos en humanos en Lausana, “un hito histórico de la vacunología humana” porque, según explica Nacho Aguiló, uno de los autores del estudio, “hasta la fecha  no existen antígenos específicos asociados con la eficacia de una vacuna contra la tuberculosis y por tanto la necesidad de biomarcadores de protección que puedan demostrar la eficacia de una nueva vacuna es urgente, ya que permitirán alcanzar la meta de eliminar la tuberculosis del mundo para el año 2035 según los objetivos de la OMS”.

El estudio de Aguiló, que publica la revista científica Nature Communications, describe que los dos principales antígenos de M. tuberculosis ESAT6 y CFP10, ausentes en la actual vacuna BCG, juegan un papel fundamental en la mejor protección conferida por Mtbvac respecto a BCG en ratones. Además, el estudio demuestra que Mtbvac (pero no BCG) desencadena una respuesta específica contra ESAT6 y CFP10 en los voluntarios humanos de la fase I en Lausana, lo que justifica la exploración adicional de esta respuesta como biomarcador potencial de protección en los próximos ensayos clínicos de Mtbvac.

Los nuevos datos sugieren una estrategia eficaz contra la enfermedad

Mtbvac es el único candidato del repertorio mundial de vacunas contra la tuberculosis en ensayos clínicos que induce una respuesta inmune específica frente CFP10 y ESAT6. Es más, estudios prospectivos de cohortes de personas expuestas a individuos con tuberculosis activa han indicado que los individuos latentemente infectados (reactivos a la estimulación CFP10 y ESAT6 presentes en la tuberculina) están más protegidos contra la reinfección con el patógeno que las personas no infectadas. Los nuevos datos sugieren que esta estrategia podría ser eficaz en la protección de la enfermedad pulmonar, lo que tendría un impacto evidente en la transmisión de la tuberculosis.

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