Investigadores españoles crean una fórmula que permite suministrar PLGA por vía oral, no invasiva y bien aceptada

‘Matrioskas’ de nanopartículas: una nueva vía para tratar la tuberculosis
Las nanoparticulas han sido diseñadas en colaboración entre Ciber-BBN, Ciberes y Separ.


12 mar. 2019 11:10H
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La tuberculosis es una enfermedad infecciosa que supone un grave problema de salud pública y, según datos de la OMS, 10,4 millones de personas enfermaron de ella mientras que 1,7 millones murieron en el año 2016. Por lo tanto, avanzar en el desarrollo de nuevas herramientas para el diagnóstico y tratamiento es fundamental y el uso de las nanopartículas podría abrir un nuevo horizonte para hacer frente a las infecciones causadas por la Mycobacterium tuberculosis.

En esta línea, investigadores del Ciber en la Universidad de Zaragoza, y en el Instituto de Investigación Germans Trias i Pujol, han demostrado la superior efectividad in-vitro tras el uso de nanopartículas de ácido poliláctico-co-glicólico (PLGA) cargadas de rifampicina (uno de los fármacos que se usan en combinación para el tratamiento de la tuberculosis), comparado con el efecto del antibiótico libre.

"Este estudio sentará las bases para futuras investigaciones basadas en nanopartículas"



Los investigadores han encapsulado la rifampicina en nanopartículas, que a su vez han sido encapsuladas en macropartículas tipo ‘Matrioskas’, resistentes al pH ácido del estómago. De esta forma, las micropartículas se podrían administrar de forma oral, una forma no invasiva y bien aceptada por el paciente, resistir la degradación gástrica y alcanzar el intestino.

En el intestino se liberarían las nanopartículas de PLGA cargadas del fármaco anti-tuberculosis y cruzarían la pared intestinal para poder alcanzar la circulación sistémica y potencialmente los macrófagos alveolares infectados por el patógeno intracelular, co-localizando las nanopartículas cargadas de antibiótico con el agente patógeno. Hoy en día la rifampicina se suministra por vía oral, sin embargo es bien conocido que hasta un 26 por ciento de la dosis suministrada es degradada en el estómago.

Lograría cruzar la pared intestinal


Estas nanopartículas fueron capaces de migrar por una membrana epitelial in-vitro que mimetiza la pared intestinal y así poder cumplir con su función de transporte y liberación controlada del fármaco encapsulado, que de esta manera evita el contacto con enzimas digestivas y con el bajo pH. “Este estudio sentará las bases para futuras investigaciones basadas en nanopartículas, orientadas a la evaluación in vivo de esas nanopartículas con antibióticos en ratones infectados con tuberculosis”, explica el investigador del Ciberes José Domínguez.

Los investigadores de este estudio iniciaron su colaboración gracias al proyecto 'Tarmac', financiado gracias a una iniciativa del Ciber de Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (Ciber-BBN), del Ciber de Enfermedades Respiratorias (Ciberes) y de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ). Dicho proyecto se centró en el desarrollo de nuevas herramientas para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades infecciosas del tracto respiratorio, particularmente la tuberculosis.

La investigación, en la que colaboraron Manuel Arruebo Gordo y Victor Sebastian Cabeza, del grupo del Ciber-BBN de la Universidad de Zaragoza, y los investigadores del Ciberes en la Fundación Instituto de Investigación Germans Trias i Pujol, Cristina Prat Aymerich y José Antonio Domínguez Benítez, junto con José Antonio Aínsa Claver de la Universidad de Zaragoza ha sido publicada en la revista 'Nanomedicine'.
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