Exteriores del Ministerio de Sanidad.                                            
                                        
                                        
                                            El 
Ministerio de Sanidad reforzará el control sobre la circulación de 
nuevas sustancias cannabinoides y catinonas a fin de obstaculizar su
 tráfico ilícito como drogas. El departamento que dirige 
Mónica García, que da cumplimiento de esta forma a las decisiones adoptadas por la 
Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas, ha redactado ya la orden para reformar el real decreto que regula los 
preparados medicinales psicotrópicos, que ha sido lanzada a audiencia pública.
Dicha orden, que no requirió pasar por el procedimiento de consulta pública al no entrañar un impacto significativo en la actividad económica, se enmarca dentro del 
Convenio de las Naciones Unidas de febrero de 1971, relativo a las sustancias sicotrópicas. Este código obliga a los Estados a hacer efectivas “las 
medidas de fiscalización aplicables” a compuestos que puedan llegar a ser peligrosos para la salud humana, así como inspecciones a su
 fabricación, distribución, prescripción y dispensación.
El departamento que ahora dirige 
Mónica García subraya que, “con el fin de adecuarse a la cambiante situación que entraña el 
tráfico ilícito de drogas” y hacer frente a los “retos cada vez mayores” que este plantea, es necesario 
actualizar periódicamente las listas de sustancias estupefacientes.
Precisamente, la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas, en su 66º periodo de sesiones aprobó incluir tres nuevas sustancias en la lista, entre las que se encuentran
 cannabinoides sintéticos derivados del indazol.
Según la orden de Sanidad, se trata de unos potentes agonistas sintéticos del receptor de cannabinoides “con un 
mecanismo similar de acción y efectos similares a otros cannabinoides sintéticos” ya incluidos en las listas del Convenio sobre Sustancias Sicotrópicas de 1971.
“Su mecanismo de acción sugiere una potencial dependencia y probabilidad de abuso, que su uso se ha asociado con una serie de 
efectos adversos graves, incluida la muerte y que no tiene utilidad terapéutica”, recoge el informe.
De forma paralela, España reforzará el control y seguimiento de 
catinonas sintéticas (ALFA-PIHP y 3-MMC). Esta última, sostiene Sanidad, suele venderse y usarse como estimulante por sí sola como 
sustituto “legal” de otras 
sustancias ya controladas como la anfetamina, la cocaína y el MDMA. “No hay constancia de que esta sustancia tenga 
utilidad terapéutica”, señala.
	Legalización del cannabis medicinal en España
De forma paralela, el Ministerio de Sanidad sigue dando pasos en firme para la 
legalización del uso medicinal del cannabis, algo que la titular del departamento, Mónica García, se comprometió a regular “próximamente” de la mano de la 
Agencia Estatal de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps).
El Ministerio considera que, de forma controlada, los cannabinoides tienen un 
mayor “potencial” terapéutico en pacientes con dolor, insomnio o ansiedad siempre y cuando el proceso sea supervisado por un profesional de la Medicina.
“Ciertamente, existen medicamentos con potencial adictivo y
 efectos sobre el dolor, el insomnio o la ansiedad que se pueden prescribir por profesionales de la Medicina para pacientes con determinados problemas. Pero su uso sin supervisión médica puede generar serios problemas en las personas que los utilicen”, reza el dossier con ‘preguntas, respuestas y dudas del cannabis’ recientemente publicado por el Ministerio.
La postura del Gobierno 'roza' con la de 
Podemos, que insiste en la necesidad de 
regular el consumo de cannabis en España independientemente de su uso terapéutico. El partido liderado por 
Ione Belarra aboga por huir de la 
“estigmatización” del consumo de esta sustancia en el ámbito privado de cara a aumentar la seguridad y la libertad responsable de los consumidores.                                         
 
                                        
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