Un ensayo ha puesto de manifiesto que estos suplementos alimenticios no juegan ningún papel para evitar complicaciones

La vitamina D no previene la enfermedad renal crónica en diabetes tipo 2
La vitamina D y los aceites de pescado no ayudan a la prevención de ERC.


11 nov. 2019 16:30H
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Los suplementos de vitamina D y ácidos grasos (a menudo vendidos como aceite de pescado) no evitan la enfermedad renal crónica en diabetes tipo 2. Así lo ha puesto de manifiesto el estudio clínico más grande hasta la fecha sobre estos suplementos para pacientes diabéticos presentado en una conferencia de la Sociedad Americana de Nefrología. Además, la revista JAMA ha publicado uno de los ensayos complementarios para comprobar esta tesis, acompañado de un editorial en el que ha valorado la importancia de los hallazgos.

"Ahora parece seguro concluir que muchas asociaciones epidemiológicas previas entre la deficiencia de vitamina D y los resultados adversos para la salud fueron impulsadas por confusión residual no medida o causalidad inversa", señala el editorial, que sentencia: "En pacientes con diabetes tipo 2, la suplementación rutinaria con vitamina D o ácidos grasos omega-3 no tiene ningún papel en la prevención primaria de enfermedad renal crónica".


Los suplementos de vitamina D y omega-3 no tienen ningún papel en la prevención de la enfermedad renal crónica


"Teníamos esperanzas para ambas intervenciones, la vitamina D y el aceite de pescado, pero no parecen ser particularmente efectivos para este propósito", admite Ian de Boer, autor principal del artículo de JAMA, profesor de Medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington y director asociado del Kidney Research Institute, una colaboración de la universidad y Northwest Kidney Centers.

De Boer señala que de los 28 millones de estadounidenses que viven con diabetes tipo 2, alrededor del 40 por ciento desarrolla enfermedad renal crónica, una condición en la cual los riñones no pueden eliminar adecuadamente los desechos y líquidos del cuerpo. Esto altera la salud de una persona de innumerables maneras y puede progresar a insuficiencia renal. También aumenta enormemente el riesgo de eventos cardiovasculares y muerte.


Propiedades antiinflamatorias


Estudios previos de modelos animales y cultivos celulares han sugerido que los suplementos de vitamina D y aceite de pescado tienen propiedades antiinflamatorias y de otro tipo que podrían prevenir o retrasar la progresión de la diabetes tipo 2 a enfermedad renal crónica.

La investigación también ha encontrado asociaciones entre el deterioro renal de los humanos y los niveles más bajos de vitamina D y una menor ingesta de pescado en la dieta.

"Mucha gente usa los suplementos con la esperanza de que haya efectos renales y cardiovasculares beneficiosos –apunta De Boer–. Queríamos que este estudio aclarara si estos suplementos tienen algún beneficio real para los riñones en adultos con diabetes. Incluso si no es el resultado que esperábamos, cerrar un capítulo es útil tanto para pacientes como para médicos e investigadores"


Diseño del ensayo


El estudio se realizó como parte del 'VITamin D and OmegA-3 TriaL' (Vital) a nivel nacional. Los investigadores diseñaron un estudio de cinco años sobre la función renal en 1.312 adultos con diabetes tipo 2 en el ensayo. Los adultos (hombres de 50 años y mujeres de 55 años) no tenían enfermedad cardiovascular o cáncer clínicamente aparentes, y la mayoría no comenzó con signos de enfermedad renal.

Los participantes enviaron muestras de sangre y orina para establecer una tasa de filtración glomerular estimada inicial (TFGe, una medida del rendimiento de filtración de desechos de los riñones) y la presencia de proteínas en la orina.

A continuación fueron asignados aleatoriamente a uno de los cuatro grupos de tratamiento: 370 personas recibieron suplementos de vitamina D y ácidos grasos omega-3, 333 recibieron vitamina D y un placebo de aceite de pescado, 289 recibieron un placebo de vitamina D y una cápsula de aceite de pescado y 320 recibieron dos placebos.

Se recogieron muestras de sangre y orina a los dos años y nuevamente a los cuatro o cinco años después de la aleatorización. En promedio, la función renal disminuyó aproximadamente un 15 por ciento en el transcurso del estudio.


Sin diferencias significaticas


La cantidad de disminución no varió significativamente si los participantes fueron asignados a vitamina D o placebo, o a ácidos grasos omega-3 o placebo. Tampoco hubo diferencias significativas en la excreción de proteínas en la orina.

"El ensayo Vital está evaluando los beneficios y riesgos generales de estos suplementos, y los efectos sobre la función renal son una pieza importante del rompecabezas. El presente estudio responde a una pregunta clave que ayuda a mejorar la salud pública", señala JoAnn Manson, autora principal del estudio y directora del ensayo Vital principal, además de jefa de medicina preventiva en el Hospital Brigham and Women's y profesora de medicina en la Facultad de Medicina de Harvard.
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