La SEMI celebra su tercera jornada virtual de pacientes enfocada en la discapacidad y la desigualdad de género

"Hay que enseñar en la facultad a ver la parte psicosocial del enfermo"
Arántzazu Álvarez de Arcaya.


28 oct. 2020 16:20H
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POR MARCOS DOMINGUEZ
El lema de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) es ‘la visión global de la persona enferma’. Para Arántzazu Álvarez de Arcaya, su coordinadora de relaciones con los pacientes, no hay nada mejor que defina al internista que esa visión integral e integradora.

La sociedad médica organiza sus terceras jornadas de pacientes enfocada en la atención a la discapacidad y la visión de género, dos cuestiones que van más allá del curar una enfermedad y que necesita de esa visión. Para ampliar esta percepción, el evento también cuenta con una charla sobre la atención a las mujeres turkana, un pueblo de Kenia, de la mano de Carmen Hernández-Pérez, directora médico de la organización Cirugía en Turkana.

¿Qué novedades nos espera en esta tercera edición de la jornada para pacientes de la SEMI?

Esta es la tercera jornada que hacemos con los pacientes. Desde la SEMI tenemos claro que hay que transformar nuestro modelo y para ello debemos incorporar la perspectiva y experiencia de los pacientes. A raíz de esa firme convicción empezamos a organizar la primera jornada hace 3 años.

Las hemos ido planteando en función de los temas que creíamos más relevantes en el momento y el camino que nosotros queríamos seguir. El primer año hablamos de toma de decisiones compartidas, formas de capacitar mejor a los pacientes, cómo incorporar la ética a la toma de decisiones…  La segunda jornada la enfocamos en la seguridad del paciente en la toma de decisiones compartida y el envejecimiento.

Este año hemos elegido dos temas que nos parecían importantes de antes y en el contexto que hemos vivido son más relevantes: desigualdades por discapacidad y género. Discapacidad no necesariamente implica hablar de enfermedad, es un colectivo al que hay que darle voz. Nuestro modelo sanitario está centrado en patologías agudas de perfiles característicos, y el enfermo ha cambiado en estos años, con cronicidad y edad avanzada, que suelen conllevar discapacidad. Hay personas mayores que no tienen enfermedad en sí misma pero sí una discapacidad.

En cuanto al género, las patologías según no se abordan de la misma manera. Hay muchos estudios desde el punto de vista profesional, pero también hay estudios realizados por pacientes que abordan ese problema.

¿Son dos realidades poco visibles en el día a día del médico, que se han tenido poco en cuenta?


"Hay enfermedades que en mujeres tienen una presentación diferente que e los hombres"


Si algo ha puesto en evidencia la coyuntura que hemos vivido en este país en relación con la pandemia es que tenemos que transformar nuestro modelo sanitario, porque está orientado a pacientes agudos, con patologías concretas, que las curas y solucionado el problema. Pero hay un colectivo que no obedece a eso, y es el que está relacionado con la cronicidad, el envejecimiento, las personas vulnerables… Entre ellos están las personas con discapacidad.

Hay noticias que han salido recientemente sobre estos colectivos en relación con la pandemia que dan que pensar, y es algo que hay que ponerlo encima de la mesa. Cuando decimos que queremos transformar el modelo, ¿qué queremos decir? Que queremos un modelo sanitario actualizado para afrontar, desde una manera integral, integradora y personalizada las demandas de todas las personas: con procesos agudos, con discapacidad, con vulnerabilidad… y tener en cuenta las otras desigualdades en relación con el género. Hay enfermedades que en mujeres tienen una presentación diferente que en los hombres.

¿Qué retos plantean estas dos cuestiones en la Medicina?

Todos hablamos de crear un modelo de atención integral e integradora, y personalizada. Esos son los retos. Para eso, tienes que empezar por conocer lo que ellos necesitan, te lo tienen que verbalizar, y no hay mejor manera que incorporar su perspectiva y su experiencia, para poder adaptar los procesos asistenciales a lo que las personas necesitan. 

Hemos elegido este año discapacidad y género porque cada vez son más relevantes las diferencias en ese sentido.

¿El profesional de Medicina Interna está mejor capacitado que otros para este abordaje?

Si por algo nos caracterizamos los internistas es precisamente por tener esa visión integral, global. Somos médicos generalistas, que tenemos esa visión global de una persona. Nosotros no diseccionamos por partes: incorporamos la parte clínica, social, psicoemocional…

Es muy importante conocer el impacto biopsicosocial de la enfermedad en las personas, o de la vulnerabilidad o de la discapacidad, y por supuesto el del género también. Eso los internistas lo tenemos muy fácil porque nuestra formación y nuestro entrenamiento ha sido así, pero hay que reforzar estas ideas. Hay que enseñar desde las facultades todo esto, para que todos los médicos tuvieran esa visión.

¿Es necesaria formación sobre género y sobre discapacidad en el MIR, no ya solo el del Interna?

Todo esto tiene que empezar desde las facultades. Allí nos enseñan enfermedades, cómo tratarlas y curarlas. Aprendemos la fisiopatología, la patogenia, etc. Pero hay toda esa parte psicosocial, que acompaña a la parte biológica, que es tan relevante o más que la parte biológica.

La Medicina de alto valor se consigue haciendo esto, incorporando todo esto pero desde su perspectiva, no desde lo que nosotros creemos que necesitan.
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