El director del Imibic llama a no consumir carne de macrogranjas por su alto perjuicio para la salud

"El exceso de carne está detrás de la mayoría de enfermedades crónicas"
Pablo Pérez Martínez, director científico del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (Imibic).


14 ene. 2022 9:00H
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POR IVÁN FERNÁNDEZ
La reciente polémica del ministro de Consumo, Alberto Garzón, sobre las macrogranjas de cerdos ha reabierto el debate sobre si el actual consumo de carne en España de 50 kilogramos anuales por persona es un problema de salud pública que se debe atajar y tras el que se esconde enfermedades crónicas como la obesidad y la diabetes. 

En primer lugar, según aclara el director científico del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (Imibic) hay que aclarar que en la perspectiva de la salud existen dos conceptos distintos en la relación entre alimentos y salud, los relacionados con la seguridad alimentaria y su efecto saludable a largo plazo. “En España existe una regulación que garantiza que el consumo de carnes de cualquier tipo no suponga un problema de salud pública”, aclara Pablo Pérez Martínez, quien también es Catedrático de Medicina y especialista en Medicina Interna del Hospital Universitario Reina Sofía.

En cuanto a los efectos a largo plazo el asunto cambia. “Debemos diferenciar entre la carne ultraprocesada y la que se consume sin ninguna manipulación industrial. La primera, sea carne blanca o carne roja está claramente relacionada con el riesgo de desarrollar obesidad, enfermedad cardiovascular, cáncer colorrectal, diabetes y con el aumento de la mortalidad por cualquier causa”, defiende el catedrático, quien también recuerda que entre las no procesadas las carnes (pollo, pavo y conejo) son más saludables que las carnes rojas (cerdo, cordero, ternera), sin que el consumo moderado de estas suponga un perjuicio para la salud.

¿Hay un consumo excesivo de carne en España?


El especialista tiene claro que en España el consumo es superior al deseado y parte de la culpa la tiene que somos uno de los países del mundo que más carne produce, y especialmente ultraprocesada como embutidos y fiambres cárnicos, precocinados o hamburguesas. 

“Su pobreza en vitaminas, antioxidantes o minerales y su riqueza en sodio y otros componentes, como conservantes y aditivos del tipo de los nitritos, nitratos y nitrosaminas, existentes en las mismas favorecen la aparición de las enfermedades que siguen aumentando en la población española”, detalla Pérez Martínez.

En base a esto, el especialista tiene claro que el consumo excesivo de carne ultraprocesada es altamente perjudicial para la salud. Por ello, cree que debemos ser conscientes de que hay que “actuar y reducir su consumo eligiendo las menos dañinas para para la salud porque su exceso está detrás de la mayoría de las enfermedades crónicas de las sociedades modernas”. 

¿Son dañinas las carnes procedentes de macrogranjas?


La procedencia de la carne puede influir en su calidad nutricional y, por tanto, en la salud, ya que dicha calidad depende de factores como el tipo de alimentación del animal, el ejercicio que realiza durante su crianza o el estrés que soporta.

“Hay datos que apoyan que las carnes de producción intensiva, como son las granjas industriales, tienen una composición grasa de menor calidad nutricional que las carnes de ganadería sostenible, siendo más pobres en minerales y biocomponentes, como vitaminas y antioxidantes”, resalta el especialista.

Además, Pérez Martínez, se suma a las declaraciones del ministro de Consumo y recuerda que a la peor calidad se une un daño ambiental “importante” que “rompe” con el equilibrio ecológico de su entorno y favoreciendo el deterioro del planeta.

“Se podría pensar que alimentar a un planeta sobrepoblado exigiría la existencia de este modelo productivo, pero ese argumento tiene debilidades como que en España consumimos 50 kg de carne anual per cápita cuando las recomendaciones de la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda un consumo de 20 kg", asegura el director de Imibic.

¿Se deben tomar medidas para reducir el consumo de carne?


Pérez Martínez tiene claro que se debe moderar el consumo de carne, sobre todo en forma ultraprocesada,   para frenar el deterioro del planeta y por beneficios para la salud. Ante la situación actual, para lograrlo es de “importancia crítica” que los profesionales de la salud se comprometan en la promoción social e implementación de la dieta del futuro.

“Esto pasa por reducir el consumo de carne, especialmente la ultraprocesada, junto a otras muchas medidas. Partimos con la ventaja de que los profesionales sanitarios gozan de un alto grado de credibilidad y poseen una gran capacidad de permeabilidad e influencia social. Pero, además, en esa tarea se deben implicar múltiples instituciones, corporaciones, fundaciones, empresas públicas y privadas, que deben trabajar conjuntamente y alinear sus agendas, de forma prioritaria, en un compromiso por la salud y el futuro del planeta”, expresa el director de Imibic.
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