Lorenzo Armenteros del Olmo, responsable SEMG y Mariam de la Poza Abad, presidenta de SEMG Catalunya.
La salud difiere entre mujeres y hombres debido a sus rasgos biológicos, pero también por
diferencias en la exposición a factores de riesgo y en la atención sanitaria que reciben, tal y como se ha puesto de manifiesto durante el 31º Congreso nacional de la
Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (
SEMG), que ha comenzado hoy en Las Palmas de Gran Canaria.
La atención médica a mujeres ha sido históricamente influenciada por el sesgo de género, lo que ha llevado a desigualdades en el acceso, la calidad y los resultados de los servicios de salud, según han advertido los doctores
Lorenzo Armenteros del Olmo, responsable del Grupo de Trabajo de Salud de la Mujer de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG); y
Mariam de la Poza Abad, presidenta de la Sociedad Catalana de Médicos Generales y de Familia (SEMG Catalunya) y organizadora de las Jornadas Dona’m salut.
Numerosos artículos científicos revisan cómo los sesgos de género en los diagnósticos médicos y el tratamiento afectan negativamente la salud de las mujeres, particularmente en áreas de salud mental y
enfermedades cardiovasculares. El sesgo de género en la atención médica puede manifestarse de diversas formas, incluyendo
estereotipos, discriminación y falta de consideración por las necesidades específicas de las mujeres.
Aunque la Medicina se presenta como una disciplina objetiva, estudios científicos han identificado que el género puede influir en cómo se diagnostican y tratan las enfermedades. Esto puede deberse a factores como la i
nfrarrepresentación de las mujeres en la investigación clínica, a la aplicación de estándares masculinos como norma para la atención de la salud en general, o a la influencia de las creencias culturales y sociales sobre la forma en que se perciben y tratan las enfermedades en las mujeres.
Evidencia científica
Los doctores Armenteros y de la Poza han repasado la evidencia científica de sesgo de género en la Medicina, existente por ejemplo en el diagnóstico de enfermedades. Las mujeres a menudo enfrentan un retraso en el diagnóstico o el diagnóstico incorrecto de enfermedades. Por ejemplo, las enfermedades cardiovasculares, que son la principal causa de muerte entre las mujeres, se diagnostican erróneamente o con menos frecuencia en mujeres que en hombres. Los síntomas de las enfermedades cardiovasculares en mujeres, como es el caso del infarto, pueden diferir de los de los hombres, y el
sesgo de género puede llevar a que pasemos por alto los síntomas en mujeres.
Investigación médica sesgada
Históricamente, las investigaciones médicas se han centrado en los hombres, lo que ha resultado en una
falta de datos específicos sobre cómo las enfermedades afectan a las mujeres. Esto ha llevado a que sesgo de muchos tratamientos médicos no se adapten adecuadamente a las necesidades de las mujeres. En muchos casos, las mujeres no han sido incluidas en ensayos clínicos o se han utilizado solo las dosis de medicamentos basadas en estudios realizados con hombres.
La evidencia científica de sesgo de género en la Medicina también se ve representada en el área de la
Salud Mental. Las mujeres tienen una mayor probabilidad de ser diagnosticadas con trastornos mentales como depresión o ansiedad, pero este diagnóstico no siempre refleja la complejidad de los factores sociales y culturales que pueden influir en la salud mental de las mujeres. El sesgo de género puede llevar a que los sí
ntomas emocionales o psicológicos en las mujeres se interpreten de manera incorrecta, lo que puede resultar en una atención menos adecuada.
El sesgo de género en la medicina también afecta al dolor y condiciones de salud. Las mujeres suelen recibir menos tratamiento para el dolor que los hombres, especialmente en enfermedades crónicas como la
fibromialgia y la artritis. También los síntomas de dolor en las mujeres pueden ser minimizados o desestimados por los profesionales de la salud, debido a creencias preconcebidas sobre la tolerancia al dolor de las mujeres.
Los doctores también han puesto como ejemplo de sesgo la
endometriosis y otras enfermedades
ginecológicas, históricamente ignoradas o mal comprendidas, dando lugar a numerosos casos de mujeres que pasan años sin diagnóstico. La consecuencia es que las afectadas tienen un dolor invalidante que erróneamente ha sido considerado como "normal" o parte de la menstruación.
Impacto en la salud femenina
Los médicos asistentes al e
l 31º Congreso nacional de la SEMG han podido conocer cómo impacta el sesgo de género en la salud de las mujeres, por ejemplo, en el acceso limitado a la atención médica. Las mujeres pueden enfrentar barreras en el acceso a atención médica adecuada debido a roles de género tradicionales, como el cuidado de los niños o la falta de autonomía económica, lo que limita su capacidad para buscar atención médica o recibirla en tiempo y forma. Las mujeres también sufren desigualdad en el trato, especialmente aquellas de grupos marginados o de bajos ingresos, pueden enfrentar un trato desigual o prejuicioso en los entornos médicos, lo que afecta su calidad de atención.
Propuesta de soluciones
Los doctores miembros del
Grupo de Salud de la Mujer de SEMG consideran que, para mitigar el sesgo de género, es esencial que los profesionales de la salud reciban educación médica y capacitación sobre la influencia del género en la salud, sobre cómo reconocer los sesgos y sobre cómo proporcionar atención equitativa.
Del mismo modo, se debe incluir a las mujeres en los ensayos clínicos y la
investigación médica, crucial para asegurar que los tratamientos y diagnósticos sean apropiados para las mujeres. Los investigadores deben considerar las diferencias biológicas entre géneros al diseñar estudios y al interpretar los resultados.
Igualmente, la implementación de políticas que promuevan la igualdad de género en la atención médica y la creación de sistemas de salud sensibles al género pueden ayudar a reducir las disparidades de salud entre hombres y mujeres.
En definitiva, poniendo el foco en el sesgo de género en la medicina y sus consecuencias dentro de los temas del congreso nacional y tras jornadas como la Dona’m salut, la SEMG busca
sensibilizar a los profesionales sanitarios acerca de las diferencias entre mujeres y hombres como paso necesario para poder lograr mejoras en su salud.
Enfermedades que pueden presentar sesgo de género
Diversas enfermedades y trastornos médicos presentan sesgos de género que afectan negativamente la salud de las mujeres. Es el caso de las enfermedades cardiovasculares, que son la
principal causa de muerte en mujeres, aunque sus síntomas pueden diferir de los observados en hombres. Esta diferencia, a menudo no tenida en cuenta, contribuye a diagnósticos tardíos o erróneos.
También ocurre en los trastornos neurológicos como el
Alzheimer, en los que las mujeres tienen un mayor riesgo de desarrollo. Sin embargo, se han estudiado poco los factores hormonales y genéticos específicos que podrían explicar esta diferencia.
En el ámbito del
dolor crónico —incluyendo fibromialgia, migrañas o el síndrome de fatiga crónica— se observa una alta prevalencia en mujeres, pero estos cuadros clínicos suelen minimizarse o etiquetarse como “psicológicos”, lo que genera retrasos en el diagnóstico, tratamientos inadecuados y estigmatización.
Algo similar ocurre en los trastornos de salud mental, como la
depresión y la ansiedad, donde las mujeres presentan tasas más altas. El sesgo puede llevar tanto al infra como al sobrediagnóstico de ciertos trastornos, sin que se indaguen las causas reales que los provocan.
En el caso de la endometriosis y otras enfermedades ginecológicas, históricamente se han ignorado o mal comprendido. Muchas mujeres pasan años sin diagnóstico, mientras sufren un dolor invalidante que, erróneamente, ha sido considerado como algo “normal” o propio del ciclo menstrual.
Las
enfermedades autoinmunes como el lupus, la artritis reumatoide o la esclerosis múltiple también afectan más a mujeres. A menudo, los síntomas se desestiman como exagerados o se atribuyen a una supuesta “somatización”, lo que conlleva demoras en recibir un tratamiento adecuado.
Finalmente, los efectos secundarios de medicamentos también muestran un sesgo importante. La mayoría de ensayos clínicos se han realizado históricamente con hombres, lo que implica que las dosis, eficacia y reacciones adversas pueden no estar bien ajustadas para el cuerpo femenino.
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