La SEMG hace una "llamada a la ética" a los famosos que anuncian casas de apuestas

"El juego online emula la actividad de los 'camellos' con el menudeo"
Fernando Gonçalves, responsable del Grupo de Trabajo de Salud Mental de la SEMG.


8 nov. 2019 9:10H
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POR MARÍA GARCÍA
Medicina de Familia se suma a la preocupación de Psiquiatría por el aumento de personas con problemas de ludopatía, en parte incitados por personajes públicos que, con su mejor sonrisa, les dicen que apuesten. Que es un juego. Fernando Gonçalves, responsable del Grupo de Trabajo de Salud Mental de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), tiene claro que no lo es. Por eso, apela a la responsabilidad ética de estos famosos y pide que se limite "de forma absolutamente estricta" esta publicidad. 

¿Están viendo más casos de personas con problemas de juego en los últimos años?

Sin lugar a dudas. Y ha aumentado especialmente desde la aparición de la crisis económica iniciada hacia el 2007. Las empresas que se dedican a ello han sabido captar y aprovechar las dificultades económicas de la población, potenciando exponencialmente las casas y los tipos de juego. Todo ello con perversa habilidad. Por ejemplo, potenciando la inmediatez del juego a través de la tecnología, redes sociales e internet, de tal modo que al jugar se puede obtener o no el premio en cuestión de minutos.

Y esa inmediatez engancha y anima al juego, y muy especialmente a los adolescentes, que es el grupo poblacional más vulnerable.

¿Entre los jóvenes?


"Los juegos online, a los que se puede acceder sin filtro real alguno, están detrás del incremento de casos de ludopatía"


Los jóvenes han entrado aprovechando las nuevas tecnologías: a través de los smartphones, que están al alcance de cualquiera, y a través del bombardeo continuo de propaganda por los medios de comunicación más básicos y accesibles a todos, como la televisión. Añadamos a ello la aparición masiva de las casas de juego, cada vez más cerca de ellos, de sus lugares de esparcimiento e incluso de sus colegios. Lo que debería contar con estrictas limitaciones.

Están entrando los jóvenes así al juego con la aparición de ludopatías en gente cada vez de menor edad y peor pronóstico.

¿Creen que la publicidad del juego online y las casas de apuestas están detrás del incremento de casos de ludopatía?

Por supuesto que sí, y muy especialmente a través de los juegos online, a los que se puede acceder sin filtro real alguno, independientemente de la edad. Sin duda, la inmediatez de los resultados de sus apuestas ha perjudicado enormemente, pues aprovecha con descaro los rasgos de infantilidad del jugador: “Lo quiero, lo tengo al instante”.

No hace tanto tiempo era impensable que un joven de 14 o 15 años jugara con su economía y la de los suyos a juegos como el póker, inaccesible para ellos en los establecimientos dedicados al juego de entonces. Hoy puede hacerlo desde la cama de su dormitorio, sin filtro alguno, a través de su smartphone, incitado a ello por nuevas técnicas como que al apuntarse sin más al juego reciba una cantidad de dinero regalada para poder apostar. Emula así a la actividad de los pequeños 'camellos' de drogas en el menudeo, que regalan porros a los adolescentes hasta que los enganchan a las drogas, momento en que saben que su negocio está asegurado. Con ello se consigue establecer en los jóvenes una adicción y una dependencia sin sustancia, hábilmente potenciada.

¿Son partidarios de restringir la publicidad de las casas de apuestas? Por ejemplo, prohibiéndola en horario infantil.

Rotundamente sí. Y en cualquier horario, no solo en el infantil, concepto muy laxo, pues hoy día en realidad no existe ese "supuesto horario infantil". Además, la ludopatía no solo se potencia y existe en adolescentes, sino que tiene una mayor trascendencia económica y social entre los adultos, que se enganchan por las mismas vías y desde cualquier lugar.

¿Y están a favor de prohibirla completamente?

Sí. Pero ya que la palabra prohibir puede que conlleve cierto ánimo trasnochado y represor, y políticamente pueda entenderse como una limitación a las libertades individuales, si no es posible llegar a un acuerdo total al respecto, como mal menor debería producirse una limitación real absolutamente estricta.


"Cuando la tolerancia y el acceso al juego es total, la prohibición es necesaria"


Pero cuando la tolerancia y el acceso al juego es total, como hoy en día sucede, y no existe control alguno de discriminación de los jugadores ni tan siquiera por edad, la prohibición es necesaria como factor de protección social. Por la catástrofe que supone para la vida familiar y social.

Si cualquier dependencia es nefasta para el individuo, la adicción al juego lo es dramáticamente para la vida familiar, económica y social del individuo, por las graves consecuencias de desestabilización y desestructuración de todo orden que conlleva.

¿Qué les parece que sean los ídolos de los niños, por ejemplo, futbolistas de La Liga, los que protagonicen estos anuncios?

No todo debe valer hoy en día. La participación en la propaganda a favor de los juegos de azar de personajes públicos de todo tipo, desde jugadores de fútbol, hasta presentadores de televisión, o actores de cine, es una estrategia de potenciación del juego muy hábil y perversa. Debería ser considerada socialmente reprobable su participación en tales anuncios.

Pero la permisividad actual llega al extremo de que en los descansos de los partidos de fútbol, que son seguidos con pasión por los aficionados adolescentes, salen deportistas y actores de reconocido prestigio incitando desde la televisión a la apuesta incluso por los posibles resultados del torneo, quién marcará los goles, en qué periodo de tiempo...

Desde el Grupo de Trabajo de Salud Mental de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) quisiéramos hacer una llamada a la ética personal y a la sensatez de tales personajes públicos, para que sean capaces de negar su contribución a esas estrategias comerciales que pueden resultar demoledoras, de modo especialmente dañino para la población adolescente. Al fin y al cabo, eso no menoscabaría su propia economía, y sí potenciaría su prestigio social el conocer que tal persona, con nombres y apellidos, se niega a participar en tan nefastas estrategias comerciales de las casas de apuestas. Solo contribuiría a mejorar su imagen. Y nosotros, públicamente, se lo agradeceríamos.
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