La pandemia lo consagró como medicamento esencial y ahora las empresas analizan el futuro y los retos del sector

Oxígeno medicinal, un bien esencial que mira a un "otoño peligroso"
David Soler; Carlos Romero; Salvador Díaz Lobato; y Eduardo Ferrero.


23 oct. 2022 12:00H
SE LEE EN 6 minutos
El oxígeno medicinal se consagró como el medicamento esencial en la pandemia. El Covid-19 ha dejado, entre otras enseñanzas, un cambio en el paradigma de cómo tratar a los pacientes con insuficiencia respiratoria, siendo este elemento el protagonista del cambio. Así se ha puesto de manifiesto en el 39º Congreso Nacional de Ingeniería Hospitalaria, que ha abordado la mesa a debate ‘Retos y riesgos del abastecimiento de oxígeno medicinal’. Un ciclo que ha estado moderado por Carlos Romero, secretario general de la Asociación de Fabricantes de Gases Industriales y Medicinales (AFGM), y que ha contado con tres ponentes expertos en la materia.

Díaz Lobato: "El oxígeno es el tratamiento fundamental de los pacientes con insuficiencia respiratoria". 

Para poner en contexto a los asistentes, Salvador Díaz Lobato, director médico de Oximesa Nippon Gases, ha explicado la trascendencia del papel que juega el oxígeno, que es el tratamiento fundamental de los pacientes con insuficiencia respiratoria. Como médico neumólogo experto en la materia, ha subrayado que el rol de este medicamento ha sido “fundamental” en la pandemia, ante la creciente demanda de los pacientes. “A mayor número de pacientes demandando oxígeno, mayor necesidad de oxígeno. España ha podido afrontar esta situación, pero esto no ha sido así en todos los países del mundo y ha supuesto un verdadero reto”, ha planteado.

De hecho, según ha matizado, la demanda actual se ha incrementado en más de un 50 por ciento, por lo que su gestión se ha convertido en "una de las prioridades de los centros sanitarios". “La función principal de la respiración es captar oxígeno. Es la gasolina con la que funcionamos; si no tenemos oxígeno las células se mueren, por lo que sin oxígeno no hay vida”, ha agregado, subrayando las complejidades del sistema respiratorio.

Salvador Díaz Lobato, director médico de Oximesa Nippon Gases.


Asimismo, Díaz Lobato ha incidido en el cambio de patrón que ha supuesto la irrupción del virus, que ha hecho necesaria la incorporación de la terapia de Alto Flujo por cánula nasal. Un sistema que, según ha explicado, aporta todo el gas respirado, suministra niveles constantes de fracción inspirada de oxígeno (FiO2) y, además, estos no se ven afectados por cambios del patrón respiratorio del paciente.

A pesar de que ha pasado ‘lo peor’ de la pandemia, el neumólogo ha alertado de un “otoño peligroso”, con una mayor gravedad de gripe que en prepandemia. Es más, augura ser la más grave de los últimos cinco años. Por otro lado, ha incidido en las complicaciones que pueden suponer otros fenómenos, como la gripe aviar y el cambio climático y la contaminación, que tienen un “impacto directo” en la insuficiencia respiratoria. “Uno de los grandes retos de la Neumología es el ingente incremento de patologías relacionadas con la contaminación”, ha añadido.

¿Cómo se elaboran los gases medicinales?


Eduardo Ferrero, director industrial de Air Liquide Healthcare, ha desarrollado la elaboración de los gases medicinales en los momentos actuales y ha remarcado las enseñanzas derivadas de la experiencia de la pandemia. A este respecto, ha explicado que la esencia del proceso productivo es separar el oxígeno de las impurezas y gases raros. El elemento fundamental para llevar a cabo este proceso es es el punto de ebullición.

Eduardo Ferrero, director industrial de Air Liquide Healthcare.


“La producción de oxígeno por destilación fraccionada se centra en la separación de los componentes gracias a su diferente volatilidad y se basa en cuatro principios fundamentales: el Efecto Joule-Thomson, la absorción y el intercambio de calor y destilación, que es el proceso de fabricación en sí mismo”, ha expresado. Las materias primas empleadas para esta producción son el aire ambiente, a presión atmosférica, y el consumo eléctrico para el proceso de comprensión.

El proceso productivo de oxígeno pasa por cuatro fases, que son la compresión, purificación, enfriamiento y destilación. “A partir de ahí, se obtiene oxígeno líquido y se llevan a cabo los procesos de monitorización y almacenamiento en tanques criogénicos”, ha continuado, asegurando que el último paso de la cadena es el de distribución y llenado. “El oxígeno se genera en estado líquido para ser trasportado y ser suministrado a los hospitales, que es donde se produce la gasificación”, ha matizado, recalcando que, en España, el proceso productivo de este elemento nunca ha estado en riesgo

Una industria tradicionalmente electrointensiva


Por último, David Soler, doctor ingeniero del ICAI y director General del grupo Invesyde, se ha adentrado en las peculiaridades de la elaboración de los gases medicinales por empresas electrointensivas. Según ha expuesto, la fabricación de gases es llevada a cabo por esta industria, que se caracteriza por un gran consumo y por emplear la electricidad como principal coste. Unos requisitos que cumplen las grandes unidades de separación de aire (ASU), que usan grandes motores para mover el aire y comprimirlo.

Por otro lado, como especialista en el sector eléctrico español y en la estimación de precios de electricidad a futuro, Soler ha planteado el tsunami de precios a los que se enfrenta la profesión por la situación de guerra. “Trabajamos en un mercado marginalista, en el que el precio se obtiene mediante el cruce de curva de generación y demanda. Por tanto, el precio retribuido de todos los generadores es el precio marginal, siendo este el precio ofertado por el generador más caro que hizo falta para cubrir la demanda”, ha desarrollado.

David Soler, doctor ingeniero del ICAI.


En datos, los 45 euros del coste de energía en el mercado se han convertido en 260; donde antes teníamos una factura de 70 euros por cada megavatio hora (Mwh) ahora tenemos 280. Por tanto, se estima que el coste de la energía en plantas ASU que antes suponía un 70 por ciento ahora supera el 90 por ciento.

A pesar de la escalada de precios que golpea directamente al funcionamiento del sector, el ingeniero ha puntualizado que la fabricación de gases industriales no ha sido aún incluida por la Unión Europea entre los sectores que pueden recibir compensaciones por costes indirectos de la energía debido a emisiones de CO2, que es “el que maneja los importes más cuantiosos”.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.