Operación quirúrgica.
El del aseo en las jornadas extenuantes en
quirófano es un problema tan enquistado como difícil de solucionar. Bien lo saben los cirujanos, y hasta se hace eco la propia Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa). “
Tenemos menos diuresis que el paciente”, sentencian trabajadores sanitarios, que advierten de los problemas que tienen para ir al baño en casos de larga duración, lo que les obliga a dedicar mucho tiempo cada vez que necesitan salir de la sala. El quid de la cuestión, resumen desde Enero Arquitectura, es que incluir
baños en zonas “limpias” o asépticas está “contraindicado”, aunque un “diseño eficiente” siempre puede ayudar a reducir este tipo de inconvenientes.
“Desde nuestro punto de vista el mejor lugar para ubicar los aseos dentro del bloque quirúrgico es en la zona de vestuarios puesto que es un lugar de transición a las zonas donde se ubica la ropa de protección específica y está ubicado en un lugar de fácil acceso”, sostiene
Francisco Ortega, director de esta compañía de arquitectura sanitaria, quien subraya que la
distancia del baño al quirófano “no debería ser significativa si es un bloque con un diseño eficiente”.
El propio Ortega explica que los bloques quirúrgicos tienen, a grandes rasgos, una
zona ‘limpia’ y otra ‘sucia’. Los protocolos de los hospitales “obligan a tener que lavarse y cubrirse con ropa especializada”, lo que engloba la bata, el gorro, las calzas, la mascarilla y los guantes, antes de entrar en una zona limpia “y
desechar esa ropa antes de abandonarla”. “Es por ello que cada vez que se sale de la zona limpia para ir al baño, es un engorro tener que hacer este procedimiento una y otra vez”, reconoce.
"No paramos ni para ir al WC"
El problema, reitera, es que incluir un baño en una zona “limpia” o aséptica, es decir, libre de gérmenes que pueden derivar en infecciones nosocomiales, está
"contraindicado". "Los motivos son varios: para ir al servicio, hace falta quitarse parcialmente la ropa, por lo que deja al descubierto nuestro cuerpo. También
obliga a limpiarse las manos, por lo que parece que el proceso anteriormente descrito se repite, no aportando ninguna ventaja", destaca.
Se trata de un asunto que afecta, ineludiblemente, a la labor de los profesionales sanitarios, en especial en casos en los que la cirugía es complicada y requiere de muchas horas de intervención. “Muchas de mis cirugías de infecciones complejas son así,
no paramos para ir al WC -destaca, a través de las redes sociales, la cirujana Cristina Ojeda- Tenemos menos diuresis que el paciente”. Hay quienes, incluso, han sido testigos de cómo hubo que sondar a un profesional que no podía aguantar más durante un trasplante.
También desde la
Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa) asumen la necesidad de avanzar en soluciones arquitectónicas que faciliten la labor de los cirujanos, aunque
José Soto, presidente de la asociación, enfatiza que los centros sanitarios trabajan para mejorar la accesibilidad de profesionales y pacientes “en base a las soluciones y posibilidades actuales”.
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