Los costes energéticos se multiplican por más de dos en tan solo un año, según el ingeniero Luis Fernando Talavera

Las tres claves para preparar a los hospitales ante la crisis energética
Luis Fernando Talavera.


5 sept. 2022 16:00H
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El sistema sanitario español no es ajeno a las crisis económicas. El aumento de los costes de la energía, causados por factores la subida del precio del gas por la guerra de Ucrania, el aumento de la demanda de los consumidores o el coste de las emisiones por CO2, también están afectando al sector. En este contexto, el vicepresidente de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH) y director de Ingeniería del Dr. Negrín (Gran Canaria), Luis Fernando Talavera, señala tres claves para preparar a los hospitales ante el reto de la eficiencia energética.

En primer lugar, “la medida más eficiente en los hospitales para reducir el consumo y el impacto medio ambiental es aplicar políticas de gestión de las infraestructuras para eliminar todo consumo de energía no justificado”, asegura el ingeniero en un entrevista con Redacción Médica.

Por otro lado, señala las "cuestiones de organización" que afectan al funcionamiento del hospital y su consumo energético. Por ejemplo, la ventilación en los quirófanos tiene que estar 24 horas por normativa de bioseguridad ambiental. Sin embargo, “la normativa vigente también permite que durante la noche o fuera de horario se reduzca el caudal a la mitad, así como modificar los parámetros de humedad y temperatura”, por lo que se puede reducir el consumo de manera notoria. Aún así, Talavera insiste en que “cada hospital es diferente y cada uno tiene sus propias particularidades”.

Asimismo, “se puede preparar al hospital para el futuro a medio plazo". "Se puede rediseñar una reforma en las instalaciones, ya sea por renovación de la maquinaria (enfriadoras o climatizadoras, por ejemplo), y también de rediseño de las instalaciones”.  En la misma línea, el ingeniero apuesta porque los hospitales incorporen la producción de su propia energía por fuentes renovables. “Un clásico son las placas fotovoltaicas, que permiten producir entre el 10 y el 15 por ciento de la producción eléctrica”, indica al respecto.


El consumo aumenta más del doble en un año


Al mismo tiempo, alerta de que el precio de la energía ha aumentado más del doble en tan solo un año. Esto supone que los hospitales tengan que incrementar su presupuesto de manera atenuada en el capítulo de gasto energético. “De media, un hospital consume el doble en términos económicos que antes de la guerra de Ucrania o hace un año. Esto es mucho en cuanto al aumento del gasto presupuestado para la energía”, sostiene.

En este sentido, “el porcentaje que se destina en los hospitales a energía varía mucho según el hospital, la región en la que se ubique debido al clima, y a si tiene una climatización del cien por cien”. En un hospital totalmente climatizado, el gasto por energía puede suponer entre el 1 y el 1,5 por ciento del presupuesto total. En la actualidad, esta cifra supone ya más del 2 por ciento. La mayor parte del presupuesto hospitalario, indica Talavera, se destina a los recursos humanos, la compra de material y a la farmacia hospitalaria.


Falta de apoyo a la transición energética


En resumen, para Talavera “lo más consistente es conseguir lo mismo consumiendo menos energía gracias a la modernización y gestión de las instalaciones”. En este contexto, considera que los fondos europeos son una “oportunidad” y recrimina que, tradicionalmente, “hasta hace un par de años”, el apoyo de las Administraciones Públicas a la transición energética “no ha sido suficiente”. “Siempre ha primado una contención del gasto a corto plazo. El problema de la Administración Pública es que no hay una gestión a largo plazo porque gestores se ven forzados a pensar en horizontes cortos de tiempo”, subraya. “Así, hacer actuaciones de calado en un mismo año es prácticamente imposible”.

Muchos hospitales hoy se reforman porque durante muchos años se ha escatimado la inversión para que pudieran hacerlo poco a poco. Llega un momento en el que los hospitales se quedan obsoletos, hasta el punto de que la única opción pasa por hacer nuevos hospitales, tal y como lo estamos viendo últimamente”. “Se ha estirado las instalaciones existentes más tiempo del debido. Eso ha pasado en España siempre, no solo con los hospitales, sino con todo tipo de infraestructuras”, incide.

Pero, por último, alerta de que “mantener instalaciones antiguas, al final, cuesta más que renovarlas”. “Lo que nos ahorramos en inversiones para gradualmente actualizar las infraestructuras, lo gastamos en energía que consumimos de más”, zanja.
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