La Memoria de 2024 no aclara su ruta para las nuevas exigencias europeas en gestión de envases, entre otras cuestiones

 Miguel Vega, director general de Sigre. Sigre se rodea de dudas operacionales en el primer año de su gran expansión; no se sabe cómo se adaptará a la nueva ley europea y se estanca en reciclaje
Miguel Vega, director general de Sigre.


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El pasado 1 de agosto, Sigre presentó los datos de su Memoria de Sostenibilidad 2024. La primera desde que el pasado 1 de enero, esta entidad ampliara su ámbito de actuación a los envases comerciales e industriales de medicamentos. En ella, la empresa presenta avances en varios frentes como el incremento del 4,3 % en la recogida de residuos o la ampliación de la base de empresas y farmacias colaboradoras. Sin embargo, deja a la vista áreas de relevancia donde el progreso es limitado o la información aportada resulta insuficiente en comparación con la memoria de 2023; sobre todo si se tienen en cuenta los retos futuros de la corporación. Dudas que Redacción Médica ha trasladado a Sigre sin obtener respuesta al cierre de esta edición, a pesar de diversos contactos, alegando la imposibilidad de responder al ser fechas vacacionales.

Uno de los puntos donde se observa un estancamiento es en la tasa de reciclado de envases. En 2023, el porcentaje se situaba en el 69,23 %, mientras que en 2024 se mantiene "casi en el 70%". Pese a la inversión en inteligencia artificial, robótica y optimización logística que ha realizado Sigre, lo cierto es que no se refleja una mejora significativa en este indicador clave.

Por otro lado, el nuevo Plan Empresarial de Prevención y Ecodiseño (PEPE) 2024–2028 se presenta como un proyecto ambicioso, con cerca de mil medidas previstas y una cobertura que alcanza al 92 % de los envases comercializados. Sin embargo, al cierre de 2024 no se incluyen resultados tangibles como reducción de peso medio o ahorro de materiales, a diferencia del plan anterior (2021–2023), que sí ofrecía datos concretos de impacto.

En el plano regulatorio, la Memoria 2024 de Sigre advierte que en breve se modificará la normativa española para adaptarla al nuevo Reglamento europeo de envases y residuos de envases, aprobado en 2024 por las instituciones comunitarias. Esta norma sustituirá a la Directiva 94/62/CE e introduce objetivos más estrictos de prevención, reutilización y reciclado, así como obligaciones ampliadas de responsabilidad del productor en todos los Estados miembros. Entre sus cambios más relevantes figuran la imposición de porcentajes mínimos de contenido reciclado en determinados tipos de envases, metas de reducción para envases de un solo uso y requisitos de diseño para facilitar la reciclabilidad.

Sigre: ¿sin hoja de ruta para la nueva legislación europea?


Sin embargo, y aunque Sigre reconoce que la entrada en vigor de esta legislación obligará a ajustar su operativa para cumplir con los nuevos estándares, que podrían implicar modificaciones en el ecodiseño, en los sistemas de recogida y en el tratamiento de materiales, nada se sabe de la planificación para semejante reto. Y es que la memoria no detalla qué escenarios regulatorios está analizando ni cuáles serían los planes de contingencia para absorber el impacto de estos cambios. Tampoco se especifica cómo prevé coordinarse con las Administraciones para garantizar que la gestión de envases comerciales e industriales, que Sigre asumió a partir de enero de 2025, se alinee sin interrupciones con las nuevas exigencias comunitarias.

Respecto al ámbito de la comunicación y sensibilización, 2024 registra un fuerte incremento de la actividad mediática: 126 millones de impactos y 21 millones de impresiones en redes sociales. No obstante, la memoria no detalla la metodología de medición para estos datos, ni aporta evidencias sobre la influencia real de estas campañas en el comportamiento ciudadano.

Por último, en la proyección internacional, Sigre mantiene su participación en redes como la Red Iberoamericana de Programas Posconsumo de Medicamentos y amplía colaboraciones, como la iniciada con la EU-JAMRAI 2. Sin embargo, no se citan casos concretos de países que hayan replicado su modelo, lo que dificulta evaluar el alcance real de su influencia fuera de España, a pesar de su visión internacional.

En conjunto, la Memoria de Sostenibilidad 2024 de Sigre refleja una organización que mantiene una base sólida y muestra avances en recogida, expansión de colaboradores y proyección tecnológica; pero que afronta retos estructurales donde la evolución es más lenta o la transparencia, limitada. Cuestiones que su director general, Miguel Vega, ya trató en una entrevista a principios de 2025 con Redacción Médica, hablando de exigencias que requerían trazar nuevas alianzas, pero sin mayor concreción. Así, temas como la estabilidad en la tasa de reciclado, la ausencia de resultados medibles en el nuevo PEPE, las incógnitas sobre la adaptación a una normativa europea más exigente y la falta de evidencias sobre el impacto real de la comunicación son incógnitas que no deberían serlo en un documento público de una entidad sin ánimo de lucro. 
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