Sanidad prepara una herramienta que analizará los "puntos calientes" de este impacto industrial

Sanidad trazará en 2026 un 'mapa' de riesgo ambiental prioritario
Ministerio de Sanidad.


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La resistencia a los antibióticos es un problema global que afecta a la salud pública y la sanidad animal. Según datos de una universidad canadiense, unas 8.500 toneladas de antibióticos (casi un tercio del consumo anual mundial humano) terminan en los sistemas fluviales, incluso después de pasar por sistemas de depuración.

¿Son datos preocupantes para la industria? Si atendemos al último informe publicado por el Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN), "las bacterias resistentes a los antimicrobianos en el medioambiente no tendrían relevancia desde el punto de vista de la clínica allí donde no hubiese interacción con personas ni animales/cultivos susceptibles de recibir tratamiento, porque en una visión simplista, si no hay interacción directa no hay transmisión".

Es decir que, "simplificando un problema complejo, se podría considerar que, de no haber interacción entre los determinantes de resistencia (bacterias resistentes -ARB- y genes de resistencia -ARG-) presentes en el medioambiente (MA), y las personas, animales o cultivos, no habría riesgo de trasmisión".

Así lo explican fuentes del PRAN a Redacción Médica, desde donde asumen que los riesgos para la salud pública "se producen en aquellos puntos donde existe mayor probabilidad de interacción". En este sentido, el PRAN, a través de su área de medioambiente (PRAN-MA), está trabajando en un documento que se publicará en 2026 y que "analizará el riesgo de exposición ambiental de humanos a ARB y ARG".

En dicho documento se pretenden determinar los "puntos calientes" de exposición ambiental sobre los que habría que establecer un mayor control de forma prioritaria y urgente por constituir un riesgo real para la salud pública.

Es decir, los riesgos sanitarios derivados de la presencia de resistencia antimicrobiana en el medioambiente no son relevantes clínicamente si no hay interacción con personas, animales o cultivos. Sin embargo, allí donde existe esa posibilidad de contacto, la amenaza se vuelve tangible. De ahí la importancia del trabajo que lidera el PRAN-MA, que analizará los lugares con mayor probabilidad de interacción humana o animal con estos agentes resistentes.

¿Necesita el sector un control más exhaustivo de sus residuos?


Con respecto al control de residuos, desde el PRAN se refieren a la nueva directiva europea de aguas residuales (Directiva (UE) 2024/3019) que establece que "con el fin de saber más sobre las principales fuentes de resistencia a los antimicrobianos, se debe introducir una obligación de control de la presencia de resistencia a los antimicrobianos en las aguas residuales urbanas a fin de seguir desarrollando nuestros conocimientos científicos y posiblemente adoptar medidas adecuadas en el futuro".

En este sentido, establece que en las aglomeraciones urbanas de un mínimo de 100000 h-e se controle la resistencia a los antimicrobianos en aguas residuales urbanas. Por ello, adelantan que, "a más tardar el 2 de julio de 2026, la Comisión adoptará actos de ejecución a fin de establecer una frecuencia de muestreo mínima y una metodología armonizada para medir la resistencia a los antimicrobianos en las aguas residuales urbanas".

"Este control más exhaustivo contribuirá a un mejor conocimiento de los niveles de contaminación ambiental, y, en consecuencia, ayudar a mitigar los posibles riesgos derivados", destacan desde el PRAN. También reseñan que los productores que introduzcan en el mercado medicamentos de uso humano (incluidos antibióticos) y cosméticos "deben cubrir el 80 por ciento de los costes totales de inversión y operáticos relativos al tratamiento de aguas residuales para eliminar micro contaminantes".

El PRAN reforzará la colaboración con la pharma


El informe PRAN concluye en que "la colaboración entre distintos entes de la administración y el trabajo de expertos multidisciplinares ya está en marcha y será de gran ayuda para dar respuesta a las cuestiones pendientes sobre el papel del medioambiente en las resistencias a los tratamientos con antibióticos".

Desde el Ministerio de Sanidad reconocen que, "tanto a nivel nacional como internacional, se percibe una creciente preocupación por parte de la industria frente a la diseminación y emergencia de resistencias a los antimicrobianos". En este sentido, informan de que se han impulsado diversas iniciativas, entre las que destaca el desarrollo por la AMR Industry Alliance de estándares de fabricación que contribuyan a minimizar el desarrollo de RAM y la ecotoxicidad acuática, orientadas a abordar este problema desde una perspectiva medioambiental, "lo que indica un alineamiento de la industria en dicha dirección".

"En los últimos meses, desde el PRAN se ha intensificado la colaboración con diferentes agentes, y, más concretamente, con aquellos pertenecientes al sector farmacéutico", subrayan, aunque recuerdan que la participación depende de la voluntariedad y capacidad de cada empresa.
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