Stefan Oelrich, presidente de la Efpia.
El último informe The Pharmaceutical Industry in Figures 2025, publicado por la
Federación Europea de la Industria Farmacéutica (Efpia), confirma la
relevancia estratégica del sector farmacéutico en Europa, tanto en términos económicos como de salud pública, pero también advierte de riesgos que pueden comprometer su competitividad como son la presión regulatoria, la inestabilidad de los incentivos a la innovación y el auge de mercados emergentes.
En 2024, la industria farmacéutica europea alcanzó una
producción estimada de 440.000 millones de euros, con unas exportaciones de 705.000 millones y un superávit comercial cercano a 220.000 millones. Por su parte, el gasto en I+D llegó a 55.000 millones de euros, consolidando a este sector como el más intensivo en investigación dentro de las industrias de alta tecnología.
El informe destaca la buena cobertura de los biomedicamentos, terapias avanzadas y productos biológicos, que concentran buena parte de la inversión y los nuevos lanzamientos. Sin embargo, entre 2019 y 2023,
solo un 15,8 por ciento de los nuevos fármacos llegaron primero al mercado europeo, frente al 66,9 por ciento que lo hicieron en EEUU, lo que refleja una pérdida de liderazgo en la innovación. China, por su parte, ya supera a Europa en número de nuevas moléculas originadas.
Impacto en empleo y economía
La industria farmacéutica da
empleo directo a cerca de 950.000 personas en Europa, con un efecto multiplicador que triplica esa cifra en puestos indirectos. Los empleos en I+D representan unos 130.000, la mayoría altamente cualificados.
El informe subraya que
cada euro invertido en medicamentos genera ahorros en otros ámbitos sanitarios, como hospitalización o cuidados de larga duración. Aun así, los márgenes de beneficio se ven presionados por la fragmentación del mercado europeo y el "paralelismo" comercial, que resta recursos para investigación.
En lo relativo a España,
nuestro país consolida su papel como uno de los cinco grandes mercados europeos. En 2023, la producción farmacéutica española alcanzó los 23.211 millones de euros, con exportaciones por 21.188 millones e importaciones por 22.183, lo que dejó un ligero déficit de 995 millones.
La
inversión en I+D se situó en 1.438 millones, manteniendo a España en el sexto puesto europeo por esfuerzo investigador. Además, el sector emplea a 57.800 personas, muchas de ellas en actividades de investigación clínica y producción avanzada. El mercado nacional, a precios de salida de laboratorio, alcanzó los 21.031 millones.
Según Farmaindustria,
el sector farmacéutico español ha resistido en los últimos años gracias a su fortaleza exportadora y a su red de ensayos clínicos, pero necesita seguridad jurídica y estímulos fiscales para mantener su dinamismo. La patronal advierte que los aranceles y la inestabilidad regulatoria en la UE podrían erosionar la capacidad de atraer nuevas inversiones.
Llamamiento a reforzar la política industrial
Tanto Efpia como Farmaindustria insisten en la
necesidad de estrategias europeas a largo plazo que favorezcan la investigación y el acceso rápido a la innovación. Reclaman medidas para simplificar la normativa, mejorar la protección de la propiedad intelectual y armonizar los procedimientos de reembolso y fijación de precios.
También proponen
fomentar alianzas público-privadas en campos emergentes, como terapias génicas y celulares o biosimilares de última generación, así como reforzar los programas de compra pública innovadora. Todo ello permitiría consolidar un sector que no solo crea riqueza y empleo cualificado, sino que también es esencial para la autonomía estratégica sanitaria de Europa.
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