Tribunal de Cuentas Europeo.
La
escasez crítica de medicamentos ya no es un fenómeno puntual, sino que se ha convertido en un riesgo estructural para los sistemas sanitarios europeos. Así lo advierte el
Informe Especial 19/2025 del Tribunal de Cuentas Europeo, que analiza la capacidad de la Unión Europea para prevenir y gestionar los desabastecimientos de fármacos esenciales.
Su conclusión es tajante y advierte de que, pese a algunos avances, el bloque "no está preparado para prevenir ni gestionar de manera eficaz la escasez crítica de medicamentos". El Tribunal advierte de que
el riesgo para los pacientes y la sostenibilidad de los sistemas sanitarios sigue siendo elevado, y las soluciones europeas avanzan a un ritmo demasiado lento.
En este sentido, el informe del Tribunal de Cuentas señala
cuatro problemas principales que persisten de forma estructural y que tienen que ver con la falta de datos fiables, un débil marco legal, la fragmentación del mercado único y la dependencia exterior que aún existe en la producción de medicamentos.
Falta de datos y respuesta tardía
El estudio señala que la Agencia Europea de Medicamentos (
EMA) sigue sin contar con información completa y puntual sobre las carencias. "
Las notificaciones de la industria son incompletas o llegan tarde" (más de la mitad, cuando el problema ya es evidente) y no existen sanciones que obliguen a reportar con rigor.
Aunque en 2024 se puso en marcha la
Plataforma Europea de Seguimiento de la Escasez, el informe reporta que a
ún no dispone de todas las funciones necesarias para anticipar crisis o coordinar la redistribución de existencias entre países.
Un marco legal todavía insuficiente
Según recuerdan desde el Tribunal,
hasta 2022, el mandato de la EMA para intervenir quedaba restringido a situaciones calificadas como crisis sanitarias. Las propuestas legislativas presentadas por la Comisión en 2023 amplían las competencias del organismo y obligan a los laboratorios a diseñar planes de prevención, pero no solucionan todos los vacíos.
Esto es, porque según señala el informe, "
no garantizan que las empresas notifiquen a tiempo ni confieren a la agencia instrumentos jurídicos para exigir a los fabricantes medidas inmediatas durante un desabastecimiento".
Mercado único fragmentado
La UE tampoco ha logrado unificar del todo las reglas del juego. El informe incide en que
muchos fármacos se autorizan de manera nacional, lo que retrasa su comercialización en otros países. Las diferencias en envases y etiquetado encarecen los intercambios y la falta de transparencia en los precios, unida a cuotas de suministro y trabas al comercio paralelo, generan desigualdades y entorpecen la respuesta coordinada frente a la escasez.
Dependencia exterior y cadenas de suministro frágiles
Así,
la concentración de la producción en pocas plantas, a menudo fuera del continente, con la dependencia que ello conlleva, deja a Europa expuesta a interrupciones y tensiones geopolíticas. La Comisión ha propuesto un
Reglamento sobre Medicamentos Esenciales para reforzar la capacidad industrial y diversificar proveedores, pero su aplicación está aún pendiente. Sin una política industrial fuerte, advierte el informe, será difícil garantizar la disponibilidad de fármacos básicos.
Recomendaciones para un sistema más sólido
El Tribunal de Cuentas pide a la Comisión que obligue a la industria a notificar con antelación cualquier escasez y que establezca mecanismos para asegurar el suministro continuo. A la EMA le recomienda
consolidar una base de datos única con información sobre disponibilidad, alternativas terapéuticas y vulnerabilidades, así como mejorar la comunicación con los profesionales sanitarios y los pacientes.
También urge a
abordar las causas profundas como lo es aplicar de forma coherente la obligación de suministro, coordinar reservas estratégicas y fomentar licitaciones conjuntas que premien la resiliencia del abastecimiento, no solo el precio.
Un ejemplo tangible es la
falta de amoxicilina y otros antibióticos durante el invierno de 2023/2024. Aunque se lanzó un ejercicio conjunto entre la Comisión y la EMA para monitorizar la oferta y aumentar la producción, varias medidas (como compras centralizadas o acuerdos con países del hemisferio sur) no llegaron a aplicarse o lo hicieron demasiado tarde. El número de Estados con escasez se redujo, pero no se logró garantizar un abastecimiento estable ni evaluar el impacto real de las acciones emprendidas.
Al final, el mensaje del Tribunal es claro y llama a
convertir estas recomendaciones en medidas tangibles, ya que, "serán un requisito imprescindible para reforzar la resiliencia de los sistemas sanitarios y proteger la seguridad de millones de europeos".
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