Las pacientes tratadas con el fármaco de Roche aumentan su supervivencia en casi cuatro meses



4 jun. 2013 11:42H
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Severin Schwan, CEO de Roche.

Redacción. Chicago
Tras casi una década sin avances en cáncer de cérvix, aumentar las opciones terapéuticas más allá de la quimioterapia estándar podría ser una realidad, como se ha visto en la Reunión Anual de la Asociación Americana de Oncología Clínica (ASCO). En esta cita americana,- que se celebra hasta el 4 de junio en Chicago, Estados Unidos-, se han presentado los primeros datos de Avastin (Bevacizumab) en este tumor que muestran una mejora de la supervivencia global (objetivo primario de esta investigación). Así, el ensayo clínico GOG240 revela que las pacientes con cáncer de cuello de útero avanzado y recurrente tratadas con Avastin® más quimioterapia vivieron una media de 17 meses frente a los  13,3 meses de aquellas que solo recibieron quimioterapia (paclitaxel y topotecan o cisplatino). El grupo tratado con el antiangiogénico redujo en un 29 por ciento el riesgo de muerte frente a las pacientes que sólo recibieron quimioterapia (HR=0.71, p=0.0035).

El estudio GOG240 es el primer fase III que muestra avances en esta enfermedad con un tratamiento diferente de la quimioterapia. Se trata de una investigación pionera con 452 pacientes liderada por la red de investigadores del Grupo Norteamericano de Ginecología Oncológica (GOG) con el apoyo del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos (NCI). En este sentido,España,-  con 6 hospitales y 18 pacientes-, ha sido el único país europeo participante.

La doctora Ana Oaknin, oncóloga del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, ha sido la principal investigadora en nuestro país. A través de su labor como coordinadora nacional del estudio, se establecieron las condiciones regulatorias que permitieron la participación de los profesionales del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Ovario (GEICO). “Nuestra entrada en un estudio de esta relevancia pone de relieve, sin duda, la alta calidad de la investigación clínica española”, subraya la doctora.

El aumento de la supervivencia global (SG) es, en palabras de esta especialista, el “gran objetivo” frente a esta enfermedad que apenas ha incorporado novedades más allá de la quimioterapia en casi una década. “Cualquier estudio en cáncer de cérvix busca mejorar la SG porque no disponemos de líneas secundarias de tratamiento. El primer esquema que apliquemos debe ser lo suficientemente eficaz para prolongar todo lo posible el tiempo de vida de nuestras pacientes. Hablamos de mujeres jóvenes con una supervivencia que no suele superar la cifra de los 10 meses. En este sentido, no habíamos conseguido una mejora de la SG desde 2005, cuando comprobamos que combinar dos agentes citotóxicos  (cisplatino y topotecan) era superior a utilizar solo uno (cisplatino)”, explica la doctora Oaknin.

En términos de tasa de respuesta, el estudio mostró que Bevacizumab más quimioterapia disminuyó más el tamaño del tumor que la quimioterapia en solitario (48 por ciento vs. 36 por ciento. respectivamente, p=0.0078).

Necesidad médica no cubierta

El cáncer de cérvix, cuya incidencia anual en España es de unos 2.100 casos, está considerado una necesidad médica no cubierta por la escasez de opciones terapéuticas  disponibles. A nivel mundial se estima que cada año se diagnostican más de medio millón de tumores. Cuando está localizado la supervivencia a los cinco años es del 90%; si cuando se detecta la enfermedad, ésta ya se ha diseminado, entonces ese porcentaje se reduce a menos del 20%. “Estamos ante lo que conocemos como una patología huérfana; en ella es bastante más complicado que en otros tumores desarrollar investigación clínica debido a su distribución geográfica. El mayor número de diagnósticos se localiza en países en vías de desarrollo. No obstante, hay en marcha otros estudios encaminados a probar nuevas terapias”, asegura la doctora Oaknin.

La angiogénesis es el proceso a través del cual un tumor desarrolla su propio suministro sanguíneo para seguir creciendo y lo hace liberando VEGF, que son las iniciales en inglés del factor de crecimiento endotelial vascular. Bevacizumab actúa inhibiendo precisamente este factor para poder controlar el tumor. “La angiogénesis”, explica la especialista del Vall d’Hebron, “juega un papel altamente relevante en cáncer de cérvix, estando implicada en su desarrollo  desde el mismo momento en que se produce en la paciente la infección por el Virus del Papiloma Humano (HPV) y constituye un factor de mal pronóstico”.

En términos de seguridad, el añadir Bevacizumab al régimen de quimioterapia no reveló la aparición de nuevos efectos secundarios que no fueran manejables o bien se trataba de los conocidos previamente en otros estudios con el antiangiogénico, que tiene además indicaciones aprobadas en otros tumores como mama, colon, pulmón y ovario.

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