Doctora saturada en su puesto de trabajo.
El
Sindicato Médico Europeo (
FEMS) ha denunciado que la profesión presenta niveles de
burnout, depresión y ansiedad muy superiores a los de la población general. En un documento interno, la federación sostiene que este deterioro de la salud mental justifica declarar la Medicina como
“trabajo penoso” y reclama
medidas urgentes a las instituciones comunitarias.
El documento de trabajo de la FEMS advierte de la elevada carga emocional y psicológica de la profesión médica. Estudios internacionales y datos españoles muestran que los facultativos, tanto los que ejercen como los que están en proceso de aprendizaje, presentan
tasas más altas de depresión, ansiedad y riesgo de suicidio que la población general, lo que refuerza la petición de considerarla una actividad laboral penosa.
Carga emocional y burnout en la práctica médica
El texto recuerda que los médicos se enfrentan de manera cotidiana a situaciones de vida o muerte, al sufrimiento y al fallecimiento de pacientes, lo que supone una
sobrecarga emocional constante. La FEMS cita investigaciones que vinculan este contexto con elevados índices de burnout, caracterizado por agotamiento, despersonalización y pérdida de realización personal.
Un estudio publicado en Archives of Internal Medicine concluyó que
más del 45 por ciento de los médicos encuestados presentaban síntomas de burnout. Otro trabajo en Journal of American Medical Association (JAMA) identificó una prevalencia del 27 por ciento de depresión entre estudiantes de Medicina, con hasta un
11 por ciento de ideación suicida. La federación insiste en que este impacto psicológico afecta tanto al bienestar del profesional como a la calidad de la atención a los pacientes.
Formación larga y etapa crítica de los MIR
La FEMS subraya que la formación médica prolongada añade un componente extra de vulnerabilidad. Cita un estudio de la
Universidad Nacional Autónoma de México que reveló que el 54 por ciento de los estudiantes de primer curso sufría malestar psicológico, con una mayor afectación en mujeres.
Durante la residencia, la presión se intensifica. Datos del
Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (
PAIME) muestran que los
MIR presentan una alta prevalencia de trastornos de adaptación, depresión y ansiedad, especialmente en los primeros años de especialización. Entre las
especialidades más afectadas figuran Medicina de Familia y Psiquiatría, con mayor incidencia en mujeres.
La organización europea advierte de que este contexto no solo pone en riesgo la salud del profesional en formación, sino también su capacidad docente y asistencial.
Recomendaciones para proteger la salud mental
El documento recoge hasta una docena de recomendaciones que deberían asumir los sistemas sanitarios y los colegios profesionales. Entre ellas destacan:
garantizar entornos libres de violencia y acoso, implementar programas confidenciales de apoyo psicológico, establecer límites estrictos a la duración de las jornadas y fomentar estilos de vida saludables en los lugares de trabajo.
Asimismo, la FEMS reclama que se promueva la
detección temprana y el tratamiento de los problemas de salud mental, con acceso a programas específicos para médicos y residentes en riesgo de depresión, burnout o consumo problemático de sustancias.
Para la federación, reconocer la Medicina como trabajo penoso no es únicamente una cuestión laboral, sino también una medida de prevención en salud pública.
“Sin médicos sanos, no hay pacientes bien atendidos”, resume el documento, que urge a las instituciones europeas a actuar de manera coordinada.
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