Residentes de últimos años analizan las "sorpresas" que se han llevado de su paso por las especialidades

Los MIR Gadea Braceras, Nacho Morellón, Natalia Pérez Rodríguez y Ángel Ricardo Rodríguez analizan cuál es la cara A y la cara B de sus especialidades
Gadea Braceras, Nacho Morellón, Natalia Pérez Rodríguez y Ángel Ricardo Rodríguez.


7 abr. 2024 12:00H
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Cuando un MIR llega como R1 a su residencia, aterriza con una percepción inicial de su especialidad que puede variar a medida que avanza en su formación. Cuando lleva unos años dentro del hospital, la perspectiva cambia, desvelando la 'cara A' y 'cara B' de la misma. Redacción Médica ha reunido a varios MIR que están en sus últimos años de residencia para conocer qué es lo que se esperaban de su especialidad y  en qué punto se encuentran.

Dermatología, la especialidad por excelencia en preferencias MIR, tan sólo deja entrever "la punta del iceberg" antes de iniciar la residencia. Gadea Braceras, R4 de esta especialidad en el Hospital Universitario Donostia en San Sebastián, ha explicado a este medio que ella llegó "sintiéndose afortunada" por acceder a una especialidad "con tanto nivel" aunque desconocía que iba a vivir una formación muy variada: "He tratado a niños, ancianos, pasado consulta en hospital y en centro de salud... Estoy más ilusionada que cuando entré", indica.

Si tuviese que señalar la 'cara A' de Dermatología, Gadea priorizaría la formación "completa" que reciben los residentes, además de las amplias salidas laborales y lo "bien valorados" que están a nivel internacional: "Saber que voy a terminar y me da trabajo me da mucha tranquilidad". En cambio, la 'cara B' de su descubrimiento de la especialidad es la "idea equivocada" que tiene, tanto la población como otros médicos, del trabajo de los dermatólogos.

"Se dice que la elegimos porque no tenemos vocación y para nada es así. La Dermatología es muy compleja, requiere de mucho tiempo y dedicación fuera del horario laboral. La sociedad es bastante superficial y se queda con la parte más estética de la Dermatología, cuando es una mínima rama de la Dermatología y no todos los dermatólogos hacen estética. Tenemos la opción de no hacer guardias, es cierto, pero otras especialidades también. Además esto afecta al sueldo, que se ve muy mermado", señala.

Residencia de Hematología con "alta carga emocional"

Para Nacho Morellón, R3 Hematología y Hemoterapia en el Hospital Universitario La Paz, la parte más positiva de su especialidad ha sido la posibilidad de conocer los avances en el tratamiento, que cada vez están más orientados a terapias individualizadas a la enfermedad de cada paciente y al perfil molecular: "Yo tenía más en mente que la residencia era una etapa tranquila, pero se trabaja mucho, hay muchos cursos, congresos, casos clínicos, y las guardias son muy duras", explica.

En ese sentido, concreta que Hematología es una especialidad "bastante transparente", desde el punto de vista intelectual y también desde lo emocional, por la parte oncológica. "A mucha gente le tiran para atrás algunas áreas de la Hematología como el laboratorio o el banco de sangre, pero durante la rotación lo terminan disfrutando porque el laboratorio permite hacer un diagnóstico integrado y el banco de sangre se hacen cosas muy interesantes", comenta.


"En Familia, a menudo nos quedamos con esa labor más glamurosa que se hace en el hospital y los residentes ignoramos otras facetas que son grandes desconocidas"


MIR de Oncología y su "visión 360º"


Lo positivo y negativo en el MIR de Oncología Médica, depende del punto de vista con el que se mire. Para Ángel Ricardo Rodríguez Pérez, R5 en el Hospital Fundación Jiménez Díaz, lo positivo, es que se trata de una Medicina "que practicas como especialista pero no deja de ser general y amplia": "Somos desde el médico de Familia, el psicólogo, debemos dominar aspectos de trabajo social, una cultura quirúrgica, de radioterapia, de Biología molecular, de investigación, además de que debemos tener un contacto estrecho con Enfermería oncológica, tienes que tener una visión de 360º en muchos campos".

Precisamente por ser "referentes" para el paciente oncológico, la 'cara B' que destaca de su paso por la residencia ha sido descubrir la cantidad de carga emocional y asistencial que tienen. Por otro lado, la actualidad que requiere la especialidad es constante: "Es bonito esta visión global que se consigue pero a la vez es complicado estar al día de todos los avances, revisar evidencias y estudiar cada tres o cuatro años el modelo estándar de tratamiento que cambia", destaca. También ha analizado la "inquietud" que genera el manejo de las malas noticias y situaciones difíciles, aunque afortunadamente la especialidad "es más curativa".


Romper las ideas "preconcebidas" de Familia


Medicina Familiar y Comunitaria se plantea "desde fuera" como la especialidad con peores condiciones de todas. Una percepción que influye a aquellos nuevos residentes que, aunque tienen la vocación, también tienen cierto "miedo" por el futuro que les espera. Natalia Pérez Rodríguez, R4 de Familia en Lugo, señala que la 'cara A' de esta especialidad es, precisamente, lo que le ha permitido conocer y que no se esperaba: "Algo que no conocía es la Medicina Comunitaria, que son los abordajes fuera de la consulta pensando en la comunidad en la que estás y en hacer actividades para promocionar su salud. Antes de la residencia, no lo conocía y ahora me voy con una percepción distinta en este sentido", explica.

También considera un 'plus' de la especialidad el poder disponer de más medios y mejoras en los centros de salud, lo que permite a estos residentes "ampliar sus miras". "En mi centro, por ejemplo, hacemos ecografías. La tranquilidad que damos a los pacientes, aunque no seamos radiólogos, de poder echarles un vistazo para ver si está todo bien o si hay que tomar acción antes, o poder ver si hay un incipiente embarazo, hay cosas con las que, desde nuestra consulta, podemos dar tranquilidad y seguridad", explica.

La 'cara B' para Natalia es, sin duda, el desbordamiento de las consultas, además de la mayor cantidad de prácticas en hospital que en centros de salud. "Soy R4 y casi toda mi experiencia y guardias han sido en hospitales, y a partir de septiembre seguramente no vuelva a pisar uno para trabajar. A nivel de la sociedad y de los sanitarios damos más importancia a toda esa labor en el hospital más glamurosa y hay facetas que siguen siendo grandes desconocidas", concluye.
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