Gonzalo Ruiz de León ha recibido el Premio 'Fin de Residencia' y revela que la clave es la constancia y la actitud

Gonzalo Ruiz de León ha recibido el premio "Fin de Residencia" por la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial y de Cabeza y Cuello (Secomcyc)
Gonzalo Ruíz de León en una rotación en el Hospital NYU Langone Health en el servicio Hansjorg Department of Plastic Surgery (Nueva York, Mayo 2025).


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Un grado en Odontología, un grado en Medicina, varios másteres en Cirugía Maxilofacial y dos doctorados. Es la formación que lleva a sus espaldas Gonzalo Ruiz de León, el residente del Hospital Gregorio Marañón que ha recibido el Premio 'Fin de Residencia' por la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial y de Cabeza y Cuello (Secomcyc), siendo así reconocido como el mejor MIR de España en esta especialidad.

Su trayectoria para llegar hasta aquí ha sido diferente, ya que, tras acabar el grado en Medicina, ingresó en las Fuerzas Armadas y desarrolló su carrera como médico en el Cuerpo Militar de Sanidad, alcanzando el rango de capitán. Desde esa posición pudo acceder a la especialidad y completar los cinco años de residencia.

Si le preguntas qué hay que hacer para convertirse en el mejor MIR de España en Maxilofacial, lo tiene claro: "No existen atajos. Se necesita constancia, actitud, y también es clave tener iniciativa".

Un perfil proactivo


Lo dice porque durante su trayectoria, siguió completando su formación con cursos especializados (técnicas quirúrgicas avanzadas, cirugía reconstructiva, planificación 3D...), participó en congresos nacionales e internacionales y elaboró trabajos cientificos en revistas especializadas.

Además de asegurar que es fundamental mantener la curiosidad por aprender y mejorar, Gonzalo reconoce que también influye "rodearse de buenos referentes que te inspiren y te exijan dar lo mejor de ti". En este sentido, dice que ha tenido la suerte de formarse en "un servicio que apuesta firmemente por la formación del residente, dentro de un entorno clínico altamente exigente y con un gran volumen de cirugías complejas". 

Y es que, la exigencia en esta rama médica no es casualidad, porque en Maxilofacial existe mucha competencia. "Es una especialidad muy atractiva, muy técnica y con una gran proyección. Dentro del hospital, la competencia entre residentes es sana, pero constante", señala. Esto, sumado al alto nivel de formación y en investigación, hace obligatorio tener un "perfil activo"

Técnica, ciencia y humanidad


Su inclinación por Maxilofacial no fue aleatoria. Gonzalo tenía claro que quería "una especialidad quirúrgica con componente reconstructivo, oncológico y funcional". Características que le acabaron sorprendiento durante su experiencia: "No imaginaba hasta qué punto la especialidad combina técnica, ciencia y humanidad". Esto último lo dice por el impacto humano que tiene la cirugía, que "puede devolver a un paciente no solo la funcionalidad, sino también la estética y la autoestima".

En cuanto al Premio 'Fin de Residencia', se muestra contento porque pone en valor su trayectoria, pero también supone la responsabilidad de "estar a la altura de lo que el premio representa" en un futuro en el que Gonzalo se va a incorporar como médico millitar en el Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla.

"He trabajado con constancia y compromiso durante toda la residencia, centrado en aprovechar al máximo mi formación, pero sin pensar en obtener reconocimientos", asegura, aunque recibir el premio ha sido para él "una gran satisfacción personal y profesional".

Trabajo en equipo


Gonzalo tiene claro que para recibir este premio ha sido muy importante el entorno en el que se ha formado, un equipo "exigente y humano", liderado por el médico José Ignacio Salmerón (jefe de Servicio) y con el apoyo del facultativo Manuel Tousidonis (tutor MIR). Tampoco se olvida de la importancia del trabajo en equipo y de sus compañeros, que acaban convirtiéndose, dice, en una "segunda familia".

A los futuros residentes, les aconseja no tener miedo a empezar desde cero, a equivocarse ni a preguntar. "Es normal sentirse perdido al principio. La clave es mantener la motivación, ser perseverantes y tener la capacidad de aprender y adaptarse continuamente, porque una especialidad requiere tiempo y dedicación".
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