¿Qué hay después del verano? Afrontar con ganas las cuatro fases del MIR

A la fase veraniega de preparación del MIR, le sigue un otoño cargado de emociones, positivas por la proximidad del examen y el final a tanto estudio intenso, pero también de miedo y estrés por sentir el 20 de enero de 2024 cada vez más cerca. Si bien este mes de agosto es momento para llevar una rutina de estudio que puede llegar a parecer "más sosegada" porque le acompaña un breve periodo de vacaciones, ¿cómo deben organizarse los aspirantes para afrontar de ahora en adelante los próximos meses y completar así las cuatro etapas del estudio MIR?

Álvaro Velasco, antiguo alumno y actual tutor de CTO, insiste en que la llegada del otoño puede atraer alguna "situación complicada". "En mi caso yo me encontraba tan animado, se me hacían cuesta arriba los días y me costaba mucho más concentrarme. No todos los días se puede estar a tope. Aunque da muchísimo miedo y tensión hacerlo, hay veces que hay que parar. Por ejemplo, en mi caso, tuve algún tema médico propio y también de familiares que me hizo perderme alguna tarde de estudio y estar preocupado y distraído tanto los días de antes como los de después de estos eventos. Y es que es normal, no todo es el MIR, la vida sigue ahí fuera", explica a Redacción Médica sobre la dinámica que se toma de estar "enfrascados" en la preparación.

No suele ser hasta el inicio de la tercera vuelta, en noviembre, cuando empiezan a ser conscientes de que el MIR "ya está ahí". En ese momento, cuando los nervios comienzan a aflorar, Álvaro recuerda que solía visualizarse haciendo el examen y teniendo un buen resultado. "Aunque cuesta y no es fácil. Tiendes, sin querer, a pensar: ¿Y si llevo aquí meses trabajando dándolo todo y aún así no es suficiente? Estos sentimientos crecen cuando tienes un mal simulacro, cuando das un bajonazo", asegura.

Fijar un objetivo de descanso: el verano que da paso a la Navidad

Tras el verano y con la vuelta a la organización cada vez más intensa, otra de las claves puede ser el hecho de fijar un nuevo objetivo de descanso, que suele ser la época de Navidad. "Cuando llegó la Navidad y pasé los días señalados, que en CTO nos los dieron libres, me sirvió para recargar las fuerzas, para que mis familiares me animaran y también para desconectar totalmente, para pasar unos días muy agradables y romper un poco con la rutina, que ya empezaba a agotarme", recuerda.

La última semana previa al MIR, Álvaro reconoce que estuvo menos nervioso que las primeras de enero. "Incluso preparamos la fiesta de la noche del MIR, íbamos a tener que celebrar que por fin acababa esta etapa y lo muchísimo que nos habíamos esforzado. También que la Academia me permitiera realizar el último simulacro en la sede el sábado de antes creo que me sirvió mucho. Me situó, me hizo saber dónde estaría, cómo sería todo", puntualiza.

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"En esta segunda vuelta es cuando más tiempo tenemos para cada asignatura. Además, disponemos de una semana de vacaciones en agosto para desconectar totalmente"

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Las 'cuatro fases' MIR hasta el 20 de enero

María Villamediana, que actualmente está preparando el MIR con CTO y espera conseguir su sueño de hacer Cirugía Ortopédica y Traumatología, explica a Redacción Médica que existen cuatro fases o vuetas al temario. "La primera fue durante el último año de la carrera, y ahora estamos en la segunda. El temario que tenemos que estudiarnos cada día y las asignaturas nos las distribuye la academia, por lo que no tenemos que utilizar tiempo en organizarnos. En esta segunda vuelta es cuando más tiempo tenemos para cada asignatura, y estamos unos cuatro o cinco días con cada una, con una clase de la asignatura que toque cada sábado, excepto dos semanas ahora en las que estamos dos días con cada asignatura, con estudio por la mañana y clase por la tarde", relata sobre esta segunda fase, la actual.

Sobre el descanso y las vacaciones, María insiste en que tuvieron "prácticamente libre" el mes de junio antes de empezar la segunda vuelta, y ahora en agosto también disponen de una semana de vacaciones. Además, asegura que los domingos "son días libres, para descansar y desconectar". "Generalmente los domingos aprovecho para hacer algún plan con los amigos o con mis padres, ya sea en casa o en Pamplona. Para desconectar durante la semana de estudio también leo, salgo a dar una vuelta o hago algo de deporte, y a partir de septiembre participaré en la orquesta de mi universidad tocando la viola. Para mí es importante tener momentos dedicados más a mí durante el día, para evitar la monotonía", recalca.